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Carlos Tünnermann: “Ortega está poniendo una lápida a la negociación”

El doctor Tünnermann dice que los últimos acontecimientos han puesto en “alto riego que se continúe con la negociación”, porque “Ortega está demostrando que no tiene voluntad de resolver los problemas de forma pacífica”.

En unas semanas Carlos Tünnermann Bernheim cumplirá 86 años de edad. Para poder movilizarse necesita la asistencia de una muchacha que lo acompaña a las negociaciones o a las entrevistas con la prensa. Se despierta temprano y admite que cada día le cuesta un poco más estar a tiempo en las reuniones por la mañana.
“Tengo dificultades físicas, pero no me he cansado todavía”, dice Tünnermann Bernheim una tarde después de salir de una reunión en el Incae.

Esta entrevista se realizó en dos momentos. Una se hizo el jueves 14 de marzo en un cafetín de Managua, porque por ser vecino de la pareja presidencial, las entrevistas con periodistas por la noche están prácticamente prohibidas. Y la otra se elaboró vía telefónica ayer sábado, después de la represión que la Policía Orteguista ejecutó contra los manifestantes convocados a una marcha en Managua.

El doctor Tünnermann dice que los últimos acontecimientos han puesto en “alto riego que se continúe con la negociación”, porque “Ortega está demostrando que no tiene voluntad de resolver los problemas de forma pacífica”. En esta entrevista habla sobre este tema y sobre las críticas a la Alianza Cívica y los distanciamientos de la Iglesia, campesinos y estudiantes que han sufrido en los últimos días.

¿Cuál es su posición sobre la represión de ayer sábado?
Estoy indignado por la forma brutal de cómo Ortega ha reprimido una movilización cívica y pacífica. Aunque fueron reprimidos, la gente se manifestó. Lo que demuestra la valentía del pueblo y que está dispuesto a mostrar su rechazo al régimen, aun sabiendo que había riesgo. La Policía actuó de una forma increíblemente brutal. No respetaron ni a las personas que están dentro del diálogo.

¿Todavía queda duda sobre la voluntad de dialogar de Daniel Ortega?
Esto demuestra que no existe voluntad de parte de Ortega de resolver los problemas del país por un medio cívico y pacífico. Sino que recurre a la violencia cuando se le presenta algo que no le gusta y quiere resolver los conflictos con el uso de la fuerza. Esto pone en el alto riesgo la continuidad de la mesa de negociación, porque está demostrando una falta de voluntad política.

Desde el primer diálogo ya hubo muestras de represión, incluso contra miembros de la Alianza. ¿Para qué seguir con este diálogo?
Por eso. Nosotros creemos que con esto Ortega le está poniendo una lápida a la negociación que él mismo había convocado. Por supuesto que esto es mi opinión personal. Porque perfectamente hubiera dejado que la gente se manifestara. Eso hubiera demostrado buena voluntad, pero hizo todo lo contrario.

Carlos Tünnermann Bernheim, delegado de la Alianza Cívica. LAPRENSA/O.Navarrete

¿Se esperaba esta reacción?
Realmente es increíble. Yo esperaba lo contrario. Creía que Ortega tenía la voluntad de demostrar que no continuaría con esa política de represión que nos ha llevado a esta situación. Lo que ha demostrado es que la política de represión continúa, que el pueblo no puede manifestarse.

El viernes dijeron que estaban en impasse, pero dejarían abierto los canales informales. ¿Continuarán con la negociación?
Mientras tengamos miembros de la Alianza presos, no nos podemos sentar a negociar. Esto que ha hecho Ortega pone en duda que tenga la voluntad política de llegar a soluciones por la vía del diálogo.

¿Se llegarán a sentar el lunes a la mesa de negociación?
No creo. No podemos sentarnos si no sueltan a las personas que capturaron. Ortega está creando las condiciones para que no volvamos a sentarnos. En esas condiciones no hay diálogo posible. Está envenenando el clima del país con esta represión.

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Teniendo en cuenta a los representantes del gobierno, ¿usted cree que hay seriedad en esta negociación?
Se ha pensado que en esta negociación el gobierno debió haber enviado una delegación que tuviese más facultades para decidir, pero nosotros sabemos que en realidad la contraparte es la pareja presidencial. Nosotros hemos mantenido dentro del diálogo un mutuo respeto, e inclusive lo tenemos como una regla. Por supuesto que ellos permanentemente consultan y nosotros también.

Demoraron dos semanas en ponerse de acuerdo sobre la Hoja de Ruta, ¿qué tanto se discutió en ese tiempo?
Lo que pasa es que la gente cree que discutimos la logística. Lo de la computadora, la copiadora, etc. Esos fueron detalles que pasaron rápidamente. Donde se invirtió mayor tiempo fue en el rol que iban a tener los testigos y acompañantes y los garantes. Y si los garantes iban a ser solo nacionales o nacionales e internacionales. Y cuál iba a ser su rol. Y si los garantes estarían en todo el proceso o si solo iban a estar en acuerdos del proceso.

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Hace una semana se produjo el impasse por el rechazo que hicieron los obispos. Ustedes dijeron que iban a consultar con ellos. ¿Qué les respondieron?
La respuesta fue que ellos preferían que eso fuera tarea de los laicos. Que como era un problema de la sociedad civil, de tipo político, preferían que ese fuera un rol que asumieran los laicos. Nosotros respetamos la decisión.

Muchas personas interpretaron el retiro de la Iglesia como que no confían en esta negociación.
Los obispos y el señor cardenal son personas que nos conocen perfectamente. Ellos saben que jamás nos prestaríamos a que paralelamente haya otra negociación por debajo de la mesa. La negociación se está llevando por encima de la mesa y no hay ninguna negociación paralela. La negociación en el Incae es la única. La idea de un arreglo entre cúpulas no tiene base.

¿Si no es la Iglesia quién puede legitimar este proceso?
Nosotros hemos invitado formalmente a la Secretaría de la Organización de Estados Americano (OEA). Incluso ya ha estado con nosotros en estos día el delegado personal del doctor Luis Almagro, el señor (Luis Ángel) Rosadilla, que viene en una misión más concreta. Por el momento está aquí para observar y evaluar el proceso de negociación y para evaluar su eventual participación en el proceso.

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Pero después de que se fue la Conferencia Episcopal, también ha habido distanciamientos de los campesinos, los estudiantes, la Unidad Azul y Blanco, entre otros movimientos opositores. ¿Otra vez se quedaron los empresarios negociando con el gobierno?
Pero los empresarios no están ahí defendiendo intereses empresariales. Yo puedo dar fe que están como ciudadanos al igual que el caso mío, con el propósito de contribuir a la solución. Los empresarios han dicho que para resolver el problema económico se tiene que resolver el problema político. Yo no los he visto llevando al diálogo el problema de la reforma tributaria o la crisis del Seguro Social. Los he visto interesados en la agenda que hemos presentado.

¿No cree usted que la Alianza se está dividiendo?
En la Alianza no tenemos división. Los estudiantes no se retiraron de la Alianza, simplemente mostraron su desacuerdo de que regresáramos a la mesa de negociación. Nosotros estamos claros que la unidad es fundamental y las divisiones favorecen al régimen y hay que evitar causas que provoquen estas divisiones.

Varios sectores se han distanciado de esta alianza, incluso su suplente, Azahálea Solís, se mostró inconforme con regresar a la mesa. ¿Qué tendría que pasar para que usted se levante de la mesa?
El día que me diera cuenta que hay un arreglo por debajo de la mesa. Si yo supiera que paralelamente se está haciendo otra negociación. Como ha ocurrido en el pasado. De manera que si yo tengo conocimiento de otro arreglo, que no es el que el pueblo de Nicaragua desea ni que se corresponde con las expectativas, sería el primero en retirarme.

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Usted ya tiene casi 86 años de edad. ¿Por qué sigue en esto?
Es cierto que tengo limitaciones físicas. Pero gracias al Señor creo que no tengo limitaciones mentales. Si tuviera estas limitaciones, no hubiera aceptado. Si estoy aquí es porque amo a este país, y amo al pueblo de Nicaragua. No crea, para una persona de mi edad es más difícil la movilización, sesiones prolongadas. Hoy, por ejemplo, comenzamos reuniones desde las ocho de la mañana. Yo les he dicho que para mí es difícil estar a esa hora. Entonces hoy llegué con cierta demora, pero hubo algunos que tampoco habían llegado.

Los diferentes sectores han expresado que el problema político se resuelve con la salida de la pareja en el poder. ¿Cuál es su posición?
Lo que nosotros hemos visto es que el clamor es que Nicaragua necesita un cambio. Este país no saldrá del atolladero donde se encuentra si no hay un cambio. Y que ese cambio no sea a través de la vía de la violencia. Que sea a través de la vía cívica. Y ese proceso sería con una reforma constitucional que permita celebrar elecciones adelantadas. Eso es un punto de alta prioridad.

Nosotros creemos que con esto Ortega le está poniendo una lápida a la negociación que él mismo había convocado. Por supuesto que esto es mi opinión personal. Porque perfectamente hubiera dejado que la gente se manifestara. Eso hubiera demostrado buena voluntad, pero hizo todo lo contrario.”.
Carlos Tünnermann Bernheim, delegado Alianza Cívica

En la agenda del gobierno contempla reformas electorales hasta el año 2021. ¿Cómo harán para conseguir elecciones adelantadas?
Si esperamos hasta el año 2021 este país va a colapsar. Lo que creemos es que para que este país se reactive económicamente y social se necesita un cambio y ese cambio tiene que ser a través de un proceso electoral. Porque cuando hay estas crisis lo normal es consultar al soberano.

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Carlos Tünnermann Bernheim. LAPRENSA/O.Navarrete

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¿No cree que el gobierno solamente se está sentando con la Alianza para generar los titulares de que ya se está entendiendo con la oposición para atrasar las sanciones?
Esta semana vimos que esto no sucede así, porque no se hubiera producido la resolución de la Unión Europea. Es decir, los eurodiputados saben que estamos en la negociación, pero se dan cuenta que la negociación no ha alcanzado los acuerdos que podrían evitar las sanciones. Es decir, depende del resultado de la negociación. El resultado serán las elecciones justas, y eso será un acuerdo importante para que las sanciones no se apliquen. Ahora, si esta negociación fracasa, fracasa Nicaragua.


Plano personal

Es abogado y educador. Nació el 10 de mayo de 1933, en Managua.

Casado con la educadora Rosa Carlota Pereira, con la cual procreó siete hijos.

Carlos Tünnermann Bernheim es amante de la lectura y llegó a tener una colección de 10 mil libros, pero hace poco donó su biblioteca al Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA).

También le gusta la poesía y escribió un poema, Mi primer beso, sobre el primero que dio en su vida y dice que fue a su esposa Rosa Carlota.

No le gusta usar teléfono celular, pero sí tiene un aparato electrónico favorito: el reproductor de discos.

Su personaje actual favorito es el papa Francisco, y en el cine es admirador de Steve Martin.

Tuvo su momento de periodista. Fue director de un semanario llamado La Salle que se publicaba en el Colegio Pedagógico.

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