Por supuesto, no son todas pero sí de las más reconocidas. Mujeres que han resistido en las protestas, en las trincheras, en las mesas de diálogo. Inquietas, fuertes, incansables. Tienen distintas edades y perfiles pero se han unido para demandar cambios, libertad y justicia. Sus rostros y voces son ícono de lucha en Nicaragua.
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Amaya Eva Coppens tiene nacionalidad nicaragüense y belga. La joven de 23 años destacó en las protestas que en León en medio de la crisis. Hasta antes de abril era una estudiante de quinto año Medicina en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-León). Sus primeras acciones estuvieron enfocadas en la atención a los jóvenes heridos durante los enfrentamientos con las fuerzas de la Policía. Pero su liderazgo la “metió de cabeza” a la lucha, organizando jóvenes, marchas y distintas actividades. El 10 de septiembre de 2018 (como se ve en la foto) fue arrestada por la Policía Orteguista en una de las calles de la ciudad. Fue acusada por los delitos de secuestros simples y terrorismo. Portación ilegal de armas y entorpecimiento de servicios públicos. Coppens permanece encarcelada en el Sistema Penitenciario de Mujeres La Esperanza, en Tipitapa. Recientemente, Amaya suspendió, junto a otras siete mujeres, una huelga de hambre que mantuvieron por casi 15 días, exigiendo la liberación de los presos políticos y en el inicio de las negociaciones del Gobierno y la Alianza Cívica.
Irlanda Jerez tiene 38 años y es odontóloga. En el 2007 se convirtió en comerciante y en abril de 2018 se levantó como líder en el mercado Oriental. Con la crisis organizó a los comerciantes y encabezaba marchas y otras formas de protestas contra el gobierno. El 18 de julio del año pasado fue apresada y acusada por los delitos de coautoría usurpación del dominio privado, estelionato, uso de documento falso, falsedad ideológica en perjuicio de otra ciudadana, en un caso que empezó en el 2016. Sigue siendo de las voces fuertes, aún desde la cárcel. En la foto, comerciantes del Mercado Oriental reunidos en junio de 2018, Irlanda al frente de la convocatoria.
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Francisca Ramírez (al centro de la foto) es la lideresa que se dio a conocer con la lucha anticanal. Hasta antes de abril pasado, a través de marchas, pronunciamientos y otras actividades buscaba cómo derogar la Ley 840 que amenaza con desplazar a miles de familias a lo largo la “ruta canalera”, Desde que inició la crisis en el país se puso al frente de decenas de campesinos para apoyar para exigir la salida del gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Junto con otros líderes movilizó a “su gente” hasta la capital, donde participó en marchas nacionales que se realizaron el año pasado.
El 14 de octubre, la exguerrillera del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y defensora de derechos para las mujeres, Marlen Auxiliadora Chow Cruz, fue detenida con violencia junto a 38 personas más en Camino de Oriente, Managua, cuando intentaban manifestarse contra el régimen orteguista. En el Chipote, Chow, de 68 años, fue cuestionada. Los agentes le preguntaron a qué organización pertenecía y ella contestó que era parte de la Banda de Mujeres del Pico Rojo, mientras pintaba sus labios. Después pasó su labial a las demás prisioneras para que hicieran lo mismo. La anécdota se replicó en las redes sociales. Miles de nicaragüenses se unieron a la campaña, colgaron su foto con los labios pintados en rojo acompañado con #YoSoyPicoRojo. Fue toda una revolución.
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Azahálea Solís es una feminista nicaragüense. Integrante del Movimiento Autónomo de Mujeres. Ha estado en diferentes momentos desde que inició la crisis en Nicaragua. Su participación ha ido más allá de las marchas. Como miembro de la Alianza Cívica fue parte del primer intento de Diálogo Nacional que se inició con el gobierno de Daniel Ortega en mayo de 2018. Actualmente es miembro suplente de las negociaciones que sostiene la Alianza Cívica con los delegados de Ortega.
El 18 de mayo del año pasado Miriam del Socorro Matus, más conocida como “Doña Coquito” regaló su venta de agua helada a los manifestantes que llegaron a las afueras del Seminario Nuestra Señora de Fátima, donde se realizó el segundo encuentro del primer Diálogo Nacional. “Siento el dolor de las madres que han perdido a sus hijos, porque ya viví una guerra y no la quiero volver a vivir”, dijo Doña Coquito ese día a los medios de comunicación que estaban en el lugar. Doña Miriam, de 77 años, se convirtió en todo un personaje de la resistencia ciudadana. Desde ese momento se sumó a todas las marchas en apoyo a los autoconvocados. Pero a pesar de su edad, también fue golpeada y amenazada por la Policía Orteguista. En una ocasión fue apresada y llevada hasta el Chipote. Horas después fue puesta en libertad. En la imagen, el día que Coquito regaló su venta de agua.
Con un traje de huipil azul y blanco, Flor Ramírez, de 63 años, destacaba en medio de las decenas de protestas a las que pudo asistir. Ella diseñó y cosió su traje en dos días, con los colores de la Bandera de Nicaragua. Fue la manera que encontró para desafiar al gobierno sandinista que ha “temblado” ante el uso de la Bandera Nacional. Vestir su traje azul y blanco y asistir a las manifestaciones le trajo amenazas y persecución. Un día fue arrestada, junto con Doña Coquito, y horas después ambas fueron liberadas.
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Valeska Valle, de 22 años. Estudiante de Contaduría Pública en la UCA. Es otro de los rostros reconocidos en esta lucha por la libertad que ya casi cumple un año. Se involucró en las protestas desde el 19 de abril. Ha estado en distintos escenarios: levantó barricadas, trasladó víveres, se atrincheró en la Universidad de Ingeniería (UNI) y finalmente en la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), donde se sumó al Movimiento 19 de Abril (M19). Participó en el primer Diálogo Nacional en representación de la Coalición Universitaria y también estuvo en las negociaciones de la Alianza Cívica con el Gobierno.
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Lucía Pineda Ubau, de 45 años, en su amplia trayectoria periodística se ha caracterizado por cuestionar a los gobernantes de turno. Cuando empezó la crisis en abril, trabajó día y noche para mantener informada a la población. El 21 de diciembre fue capturada por la Policía Orteguista en las instalaciones de 100 % Noticias, donde era jefa de prensa, junto al periodista Miguel Mora. Ubau es acusada de provocación, proposición y conspiración para cometer actos terroristas. Lucía, también con nacionalidad costarricense, no dejó el país a pesar de las múltiples amenazas y peligros que significaba continuar con su labor periodística. Esa determinación sumada a su trayectoria le han valido para ser propuesta como candidata al premio Coraje en Periodismo 2019, que otorga la Fundación Internacional de Mujeres Periodistas (IWMF, por sus siglas en inglés).
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Vilma Núñez de Escorcia, a sus 81 años sigue “peleando” por los derechos humanos. Como presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humano (Cenidh) ha denunciado ante medios de comunicación y organismos internacionales las muertes, violencia y agresiones contra el pueblo nicaragüense desde abril pasado. En diciembre de 2018 la Asamblea Nacional canceló la personería jurídica al Cenidh. Horas después, antimotines sitiaron las oficinas del organismo para impedir el acceso, además de allanar las instalaciones. El coraje de Núñez la llevó a enfrentar a los uniformados en diferentes momentos, como se puede ver en la imagen. Finalmente terminó yéndose del país, pero continúa denunciando la crisis que se vive en Nicaragua, al igual que su equipo de trabajo.
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