¿El comandante está en campaña para reelegirse en el 2021? ¿O intenta mandar un mensaje para tranquilizar a su reducida base política? Esas son las interrogantes que el dictador Daniel Ortega levantó el jueves pasado luego que su personal de seguridad llevara gorras con el eslogan “Daniel 2021”, durante la inauguración del paso a desnivel Nejapa, en el sector suroeste de Managua.
Las letras rojas inscritas en la gorra negra de los conocidos como “los camisas azules” —el grupo de seguridad personal de Ortega— desataron críticas en las redes sociales, la mayoría de ciudadanos que rechazan que el exguerrillero busque su cuarto mandato consecutivo luego de la masacre causada con la represión a las protestas ciudadanas.
Entre 325 y 535 nicaragüenses fueron asesinados durante la jornada represiva de la Policía Orteguista (PO) y los paramilitares a las manifestaciones iniciadas en abril del 2018 que demandan la salida del poder de Daniel Ortega y de su cogobernante y esposa Rosario Murillo a través de elecciones adelantadas.
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Las personas en las redes sociales, entre estas políticos, opinaron que con lo escrito en las gorras de sus guardias Ortega mandó el primer mensaje de que no aceptará el adelanto de las elecciones cuando toquen el tema de las reformas electorales en las negociaciones que sostiene el régimen con la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia.
Ortega retornó al poder en 2007 y se ha reelegido a través de las fraudulentas elecciones de 2011 y 2016, según han denunciado los opositores.
“Está diciendo que hará lo posible por prolongarse en el poder hasta el 2021, que no cederá ningún espacio ni siquiera en el Frente Sandinista, donde no permitirá que otro sea candidato, ni Murillo”. Esa es una de las lecturas de Óscar René Vargas, antiguo aliado del caudillo del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
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La agenda en las negociaciones de la Alianza Cívica, en el punto del fortalecimiento de la democracia y las reformas electorales incluye “el anticipo de las elecciones mediante una reforma constitucional”.
El régimen de Ortega ya habló en su agenda de negociar reformas electorales con base en las recomendaciones de la Organización de Estados Americanos (OEA), para implementarlas en los comicios de 2021.
Dudas
Del discurso del jueves pasado de Daniel Ortega el sociólogo Vargas tiene dos lecturas: atrasará cuanto pueda el tema electoral, y trata de detener la erosión entre la base del FSLN.
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“La parte que pongo en duda es que él será candidato en las elecciones del 2021, y lo dudo porque los Estados Unidos están presionando para que Ortega salga ya del poder. Las declaraciones de Robinson de que tiene que haber un nuevo liderazgo para componer el país, significa que no puede haber continuidad de Ortega”, afirmó Vargas.
El responsable de Centroamérica en el Departamento de Estado, Todd Robinson, el pasado 15 de marzo dijo que quiere ver “nuevos líderes” en las próximas elecciones en Nicaragua y que a Ortega le pidieron un adelanto de esos comicios.
Vargas tiene una segunda lectura de la posición de Ortega, y es mostrarse fuerte para tratar de calmar a sus simpatizantes, “porque tiene el temor de que las bases se fracturen más, porque se fracturaron mucho por la represión”.
En las redes sociales las cuentas ligadas al partido de Gobierno han expresado masivamente su rechazo a la liberación de presos políticos prometida por el régimen, a los que Ortega intentó venderles que eran asesinos, golpistas y terroristas para justificar la masacre.
“Está viejo y agotado”
El analista Óscar René Vargas sostiene que el dictador Daniel Ortega además de estar debilitado como político por la represión que ha dejado cientos de asesinatos, exiliados, presos políticos y una economía en recesión, “físicamente está deteriorado”.
“No será fácil que acepte el adelanto de las elecciones, pero si lo observás en su presentación está viejo y agotado físicamente, está muy envejecido, se ve enfermo y eso también va en su contra por lo que no creo que él sea el candidato” del FSLN en los comicios del 2021, opinó Vargas.
Necesita contentar a bases
En las imágenes del evento del jueves pasado, transmitidas por los medios oficialistas, se ve que las gorras con el eslogan “Daniel 2021” solo las portaba el personal de seguridad del dictador Daniel Ortega, pero no así el grupo de la Juventud Sandinista y de funcionarios, quienes se dedicaron a hacer coreografías de las canciones trilladas del FSLN.
Ortega usó una gorra con la insignia de la PO, lo que el político y exdiputado Eliseo Núñez interpreta como un gesto de compromiso con su fuerza represora contra la población.
Núñez dijo que Ortega intenta elevar la moral a sus simpatizantes “y por eso necesita decirles que llega al 2021 en el Gobierno, porque eso es asegurarles a sus bases tres años más de empleo e impunidad”. “Pero no es una campaña electoral porque Ortega sabe que ya no tiene capacidad de gobernar un país donde la mayoría de la gente lo desprecia y con represión no podrá seguir”, dijo.