La tómbola de la vida le dio a Elián Miranda la capacidad de vivir sin miedo. En noviembre de 2018 se fue a los entrenamientos de Chinandega para la Liga Profesional. Con unas estadísticas de .209 de promedio y un jonrón en 27 partidos en el Campeonato de Primera División. ¿Qué jugador se atreve a tocar la puertas del siguiente nivel de nuestra pelota con solamente 19 años? Sí, no tenía nada que perder, la inquietud de brillar y cumplir el sueño de saltar la barrera de la pobreza lo impulsaron.
“Nadie me invitó, quise probarme. Me dije voy para allá y nadie me va a parar. Conforme pasaron los partidos de fogueo, fui viéndome cada vez mejor”, confiesa el aventado joven. No solo fue del agrado del mánager panameño Lenín Picota, sino que rápidamente se ganó la titularidad y en una temporada de 24 juegos, participó en 20 de ellos, terminó como el tercer mejor bateador del equipo con .257, solamente detrás de Grant Heymant y Jesús López. Sus 18 imparables, seis impulsadas y ocho bases por bolas recibidas en 70 turnos fueron fundamentales en un momento en que los Tigres estaban en peligro de extinción.
A pesar de tener 19 años, Miranda no pierde las esperanzas de ser firmado por un equipo de Grandes Ligas. La opción se ve compleja, pero han habido organizaciones que lo han probado y han encontrado en él a un pelotero que hace contacto sólido con la pelota y de evidente proyección de poder. No obstante, es una incógnita si la lumbrera tocará su puerta con la noticia anhelada.
“Yo trabajo de mañana y de tarde diariamente. Róger Peralta y Próspero González me han ayudado mucho en hacer algunos ajustes, también Yosmany Guerra me hizo unas correcciones en la Liga Profesional”, agrega Miranda, quien dice con orgullo que por su boca no ha pasado un cigarrillo o alguna bebida alcohólica.
Cuando no está en el campo, ayuda a su familia a vender discos en El Viejo, Chinandega. “Ese negocio nos ha mantenido a toda la familia, ha sido nuestro sustento, de ahí se saca la comida”, indica. Hace tres años terminó de estudiar la secundaria, pero todavía no ha dado el paso de la universidad. “Cuando estaba en cuarto año nos dieron una charla sobre agronomía y quedé enamorado de eso. Me gustaría estudiar el próximo año Ingeniería Agrónoma”, señala con un entusiasmo desmedido.
Ahora en el Campeonato de Primera División es el mejor jugador de Chinandega. Batea .449, conecta tres jonrones y empuja 16 carreras. “Mi primer objetivo es que me vean y ser firmado, pero si no ocurre me gustaría llegar a los 100 jonrones, mi poder es natural. Ya tengo sumado siete desde que debuté en 2017 con el Chinandega”, vaticina Miranda.
“Para este año me propuse conectar 10 cuadrangulares”, añade. Miranda admira a Ofilio Castro: “Me gusta mucho su humildad y cómo juega. A nivel de Grandes Ligas me gusta José Altuve porque lo hace todo a pesar de su estatura”. Confiesa que Jorge Bucardo le da muchos dolores de cabeza y el jonrón que más ha disfrutado se lo pegó al zurdo firmado por los Dodgers de Los Ángeles, Leonardo Crawford, en la Profesional.
La valentía para confiar en su naturaleza con el madero le ha abierto un capítulo en nuestro beisbol… de él dependerá su epílogo.