El 10 de julio de 1988 una manifestación de opositores fue reprimida en ese municipio granadino por la Policía
Sandinista y encarcelaron a casi 40 personas. Recordar ese hecho es como estar viendo la represión que actualmente ejerce el orteguismo contra los azul y blanco
Unas 15 mil personas, lideradas por la Coordinadora Democrática Nicaragüense, decidieron realizar una marcha en Nandaime contra el gobierno sandinista, el domingo 10 de julio de 1988. La protesta culminó bajo el grito: “¿Qué es lo que quiere la gente? Que se vaya el Frente”. Luego la Policía Sandinista lanzó gases lacrimógenos y comenzó a apresar.
Las personas que protestaron relataron que la guardia sandinista “cayó con todo” contra las personas que protestaban. El Ministerio del Interior (Mint) informó que ese día capturó a 42 personas y que 10 policías resultaron heridos a manos de los manifestantes.
Los manifestantes de Nandaime se defendieron con piedras de los policías sandinistas, lo cual fue aprovechado por los medios oficialistas, tal como también lo hacen hoy en día, para decir que los manifestantes recurrieron a la violencia y que la Policía debía actuar para mantener el orden público.
La violencia de la Policía Sandinista en Nandaime fue captada por los fotógrafos de agencias internacionales. Para los fotógrafos de LA PRENSA era muy arriesgado registrar con sus lentes la represión porque el régimen los veía como enemigos.
La recién fallecida dirigente conservadora Miriam Argüello, a quien en ese entonces le decían “la niña Miriam”, fue una de las personas encarceladas. Ella era dirigente de la Coordinadora Democrática y fue acusada de subvertir el orden público. Durante los juicios que se celebraron contra los reos, ellos advirtieron que estaban siendo víctimas de una revancha política.
Agustín Jarquín Anaya, del Partido Socialcristiano, a quienes les decían “los pescaditos”, fue otro de los reos de Nandaime. Durante el juicio político que se llevó contra los reos se cometieron grandes abusos que fueron denunciados por los mismos prisioneros y el proceso fue calificado como “uno de los más oscuros y plagados de injusticias de la historia de Nicaragua”.
Róger Guevara Mena, otro de los reos, alegó en el juicio que las armas de los opositores solo eran “la palabra y el diálogo”.
Marcha en Nandaime de los sandinistas, para contrarrestar la protesta que iban a realizar los opositores. Barricada informó que “el pueblo de Nandaime se tomó las calles para patentizar su repudio a las maniobras y planes desestabilizadores de la derecha y los Estados Unidos”.
Familiares de los reos escuchando las sentencias contra los prisioneros políticos de Nandaime. El único consuelo que recibían era el de los abogados defensores, quienes les aseguraban que iba a apelar.