Byron José Corea Estrada, de 23 años, estudiaba quinto año de la carrera de Odontología en la UNAN-León. Fue secuestrado por paramilitares orteguistas alrededor de las 5:15 de la tarde del 25 de agosto pasado, al final de una de las multitudinarias marchas en las que los leoneses se desbordaron durante cinco meses en repudio al régimen sangriento de Daniel Ortega.
Minutos antes de su secuestro, Byron grabó un video con su celular en el que exigía “justicia para que se deje de apresar a los jóvenes”.
La manifestación concluyó en el sector de la Iglesia El Laborío, hasta donde llegó Yessenia Estrada a buscar a su hijo.
A los diez minutos de haberlo abrazado para despedirlo, Yessenia escuchó el alboroto de la gente porque habían capturado a Byron junto a los estudiantes Luis Quiroz, Cristhoper Nahiroby Olivas, Juan Pablo Alvarado, Levis Rugama, Yaritza Mairena y Victoria Obando.
A ese grupo de universitarios lo acusan sin pruebas de la quema del CUUN, donde murió calcinado el joven Cristhiam Emilio Cárdenas.
Han sido ocho meses de calvario para Yessenia con el fin de conseguir la libertad de Byron, uno de los 779 autoconvocados presos.
¿Cómo se involucró Byron en las protestas?
Cuando vio cómo los dirigentes de la UNEN, que en León es el CUUN, golpearon a los jubilados el 18 de abril. Ese día llegaron los dirigentes del CUUN a la universidad a llevarse a los chavalos, diciéndoles que iban a una manifestación de apoyo al Gobierno. Los muchachos no sabían a qué iban. Ya estando en la manifestación vieron que era para reprimir a los ancianos que protestaban porque este Gobierno les estaba quitando el 5 por ciento de sus pensiones con esa reforma miserable que aprobaron. Mi hijo me contó que con sus amigos se negaron a participar en esa miserable acción. Al día siguiente, el 19 de abril, todo los estudiantes, entre ellos mi hijo Byron, protestaron en defensa de los ancianos.
Las protestas fueron muy fuertes en León, pero también la represión. ¿Qué recuerda usted de esos días?
Las marchas se intensificaron, la gente nos desbordamos a las calles apoyando a los muchachos que fueron atacados de forma criminal por este gobierno. Los muchachos protestaban en defensa de los ancianos, por la autonomía universitaria. Recuerdo que el 20 de abril a los estudiantes de Medicina, entre ellos a Byron, las turbas los encerraron en el Heodra (hospital). Ahí la directora Judith Lejarza ordenó a los antimotines entrar al hospital, quienes tiraron bombas lacrimógenas, los golpearon brutalmente, les robaron hasta los víveres que la gente les había regalado a los estudiantes horas antes.
¿Cómo Byron se convierte en un líder de las protestas?
El pueblo lo convirtió en un líder porque mi hijo nunca le tuvo miedo al Gobierno, jamás tuvo miedo en decir la verdad sobre los abusos contra los nicaragüenses. Era un liderazgo compartido con sus amigos de lucha. Cuando convocaban las marchas la gente acudía sin dudar, los seguían. En cada una de las protestas él animaba, con un micrófono animaba a la gente y denunciaba los crímenes de la Policía, con esa sonrisa que nunca pierde. En La Modelo (Sistema Penitenciario), en la galería 16-1 ese chavalo está con esa sonrisa y moral en alto, porque él levanta su frente porque es inocente. Su lucha es por la autonomía universitaria y por la libertad de Nicaragua.
¿A su hijo lo intentaron matar antes de detenerlo?
Fueron meses de terror en León y en el país. Una de las veces en que lo intentan matar fue el 14 de agosto, el día de la Gritería Chiquita. Me pidió que vistiera la imagen de la Virgen que tenemos porque la iba a ‘gritar’ por el Colegio La Salle. Hasta ahí llegó un hombre que le dicen ‘el abuelo’, diciendo que lo iban a matar. Los del Movimiento 19 de Abril evitaron que lo mataran, sacaron a Byron por la parte de atrás del colegio. La segunda vez fue cuando en la trinchera de Punta Caliente los autoconvocados agarraron a Lezmar Téllez, hijo del exalcalde de León Tránsito Téllez. Lo que supimos es que Téllez con otros orteguistas iban con la orden de matar a Byron, a Aníbal Toruño (dueño de Radio Darío). Dijeron que tenían tres tiros en la escopeta para matar a Byron Estrada.
¿Cómo se enteró de la detención?
A la juventud no la van a detener. Mirá que a pesar de la represión hay piquetes de los chavalos. Como madre le aconsejaba ‘no sigás’, pero siempre me decía “madre esta lucha es por la autonomía universitaria, por un país libre”. Me tocó apoyarlo, pero cada cinco minutos lo llamaba para saber cómo estaba. El día que lo detuvieron, el 25 de agosto, le había llevado una ropa para que se cambiara. Recuerdo que Byron me dio un gran abrazo. Lo vi caminar hacia el carro en el que se montó. Recuerdo que bebía agua de una botella cuando escuché ‘alerta, alerta… acaban de agarrar al grupo de Byron Estrada’. Lo único que dije: ‘me lo mataron’, y me desmayé. Cuando reaccioné junto a las demás familias de los muchachos secuestrados, nos fuimos a protestar a la estación de la Policía.
¿Cuándo volvió a ver a su hijo?
Seis días después que lo secuestraron, lo llevaron al Chipote. Pude verlo por tres minutos, Byron me contó que lo torturaban diciéndole: ‘a tu mama la matamos, a tu hermana y a tu mita (abuela)”. Las mamás de León nos dimos cuenta que a nuestros hijos los habían drogado en la cárcel, porque se comportaban erróneamente. Todos los días que fuimos a buscar a nuestros hijos al Chipote un grupo de personas pagadas por el gobierno nos insultaba, nos escupía, tiraba la comida, tiraba morteros y nos insultaba.
¿Sigue pensando que su hijo actuó bien a pesar de lo que han sufrido?
Yo siempre, siempre, siempre le voy a acompañar. Donde sea que esté. Yo peleo como una leona por mi hijo. Nadie puede hablar mal de mi hijo en la calle porque me le enfrento, con la cabeza en alto les digo que mi hijo es inocente. Me han dicho “tu hijo es terrorista”, y mi respuesta es me siento orgullosa porque mi hijo es honesto, un joven que ama de verdad a Nicaragua. Voy a luchar hasta que salga libre.
¿Qué tipo de torturas ha recibido Byron en la cárcel?
Han recibido varias golpizas. Brutales. Pero nuestros hijos son chavalos con una fortaleza enorme, porque su lucha es por liberar a Nicaragua de un tirano, tan así que en la galería 16-1 siguen protestando. Se subieron al techo a protestar con la bandera azul y blanco, fueron varios días. En represalia les cortaron el servicio de agua potable, los muchachos tuvieron que beber agua insalubre. A mi hijo le tocó beber agua de manjol y eso lo enfermó.
El régimen se comprometió a liberar a los presos políticos antes de noventa días, pero entiendo que los reos dieron un ultimátum.
Son secuestrados políticos. Nuestros hijos dicen que si no los liberan antes 19 de abril, habrá caos en La Modelo.