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En el 2015, José Castillo, fue exaltado al Salón de la Fama del Deporte Nicaragüense. Foto Archivo La Prensa Lissa Villagra.

Ex árbitro nicaragüense José Castillo en delicado estado de salud

José Castillo participó en el Mundial de Cuba 1984; el de Italia, en 1988, y el de Nicaragua, en 1992.

Las últimas semanas han sido bien duras para José Francisco Castillo Mejía, quien en el 2015 fue exaltado al Salón de la Fama del Deporte Nicaragüense luego de una respetada trayectoria como árbitro, tanto nacional como internacional.

Hasta ayer, Castillo, a quien cariñosamente le llaman Sorbetero, se encontraba en el hospital Sumédico, de Managua, adonde ingresó previo a Semana Santa por problemas de agua en sus pulmones. Lo han desahuciado.

“Mi papá ya quiere irse a casa, pero todavía no sabemos cuándo le darán el permiso”, informó su hija Beatriz Castillo.

Beatriz cuenta que ayer, durante la visita en el hospital antes del mediodía, su papá le hizo una petición especial.

“Mi padre me ha pedido que informe a sus amigos sobre su situación de salud. Se cansa mucho al hablar. Está débil. Hoy (ayer) que fui a verlo me dijo que quiere que la gente sepa que fue el mejor árbitro de Nicaragua, que siempre le apasionó su trabajo y de que trató de hacer todo bien en el terreno, quiere que sea como un homenaje a su vida”, agregó con la voz entrecortada Beatriz.

A sus 77 años, Beatriz relata que su papá seguía impartiendo justicia en el terreno de vez en cuando.

“Ya estaba jubilado, pero de vez en cuando lo llamaban de algunos campos para que fuera a pegar sus cuatro gritos, sobre todo a juegos de softbol”, contó su hija.

Castillo procreó siete hijos en total, producto de varios matrimonios: seis son mujeres.

Comprometido con sus hijos

La voz se le sigue entrecortando a Beatriz cuando se le consulta de cómo ha sido, su padre con ella.

“Desde que estaba niña mi padre siempre ha estado conmigo, me ha protegido y cuidado incluso hasta cuando me pegaba mi mamá (por alguna travesura), siempre he sido su hija preferida”, prosigue Beatriz.

La hija del árbitro asegura que ha sido testigo de la pasión de su papá por el deporte.

“Quiero que la gente sepa que el arbitraje siempre ha sido su mundo. Desde pequeña siempre lo he visto con su bulto negro y sus cosas de trabajo, esa siempre ha sido su pasión, su distracción”, finalizó Beatriz.

Desde hace varios años, Castillo, vive en la tercera etapa del barrio capitalino Hialeah, adonde espera regresar pronto para reunirse con su familia y amigos.

Castillo impactó no solo por su fornida figura y estatura de 6.2 pies, sino también por su manera de sentenciar los strikes.

Desde hace algunos años, el ex árbitro usa marcapasos, que poco a poco le fue cambiando su manera de vivir, pero sin arrebatarle la alegría ni los sueños que ha compartido junto a su familia.

Más

José Castillo participó en el Mundial de Cuba 1984; el de Italia, en 1988, y el de Nicaragua, en 1992.

Su apodo, Sorbetero, fue gracias a su mamá, a quien acompañaba a vender sorbetes cuando era un niño. Un apodo que ha cargado con orgullo hasta ahora.

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