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El estado de la dictadura

El Consejo Permanente de la OEA realizó este viernes su segunda y tercera sesión especial sobre la crisis política de Nicaragua, en el mes de abril corriente. “Situación y estado de la democracia en Nicaragua”, fue denominada la primera de las dos sesiones de ayer del Consejo Permanente de la OEA; y “Situación de Nicaragua” la segunda.

En realidad, el primer debate de este viernes no fue sobre el estado de la democracia, sino de la dictadura que ha sido impuesta por Daniel Ortega y su camarilla. En Nicaragua no hay democracia. Esto es del conocimiento público internacional y así lo demostró convincentemente el miembro de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, José Pallais Arana, ante el Consejo Permanente de la OEA.

Otros expositores, como Rubén Perina, de la Universidad George Washington, y Harold Rocha, del Centro Nicaragüense-Americano para la Democracia, demostraron a su vez que todos los valores, instituciones y prácticas de la democracia no existen en Nicaragua, y si están escritos en el papel de la Constitución y la ley Daniel Ortega no los respeta.

De hecho Ortega comenzó a ignorar los preceptos de la democracia y a desmantelar las instituciones democráticas, desde que recuperó el poder presidencial en enero de 2007 gracias al pacto con Arnoldo Alemán y su partido PLC.

Harold Rocha precisó cada uno de los pasos de Ortega para imponer su régimen autoritario. Pero fue a partir del estallido social de abril de 2018 que Ortega y su camarilla mostraron completamente su naturaleza dictatorial, al desencadenar la sangrienta represión que ha horrorizado a la comunidad internacional.

También Haydée Castillo, representante de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), habló ante el Consejo Permanente de la OEA y detalló con emotividad la acción represiva de la dictadura de Daniel Ortega y las brutales violaciones de los derechos humanos.

En realidad, hablar del estado de la democracia en Nicaragua es una ironía. La Carta Democrática Interamericana de la OEA define en su artículo 3 los elementos esenciales de la democracia representativa, que deben ser respetados por todos los gobiernos de sus Estados Miembros. Ninguno se cumple ni se respeta en Nicaragua, donde impera la feroz dictadura de Daniel Ortega.

Sin embargo, los artículos 20 y 21 de la misma Carta Democrática Interamericana obligan a la OEA a actuar contra aquellos gobernantes que, como Daniel Ortega en Nicaragua, desconocen o violan el compromiso internacional de respetar la democracia. Esto no significa intervención extranjera en un Estado soberano. Como explicó Rubén Perina en su exposición ante el Consejo Permanente de la OEA, el principio de no intervención es para defender la democracia. Y para defenderla hay que actuar contra los gobiernos o gobernantes que la violan o la distorsionan.

La OEA tiene que ir más allá de los discursos. Debe apurarse a sancionar a la dictadura de Daniel Ortega, como lo manda expresamente la Carta Democrática Interamericana.

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