Antes del terremoto de diciembre de 1972, en los hogares nicaragüenses reinaba la Radio Mundial y se suspiraba por las historias que vivían los personajes de las radionovelas. En la foto se aprecia a parte del cuadro dramático de la Mundial ensayando una escena, con los artistas muy apropiados de sus personajes.
Así lucía la Quinta Angélica en mayo de 2005. Todavía se apreciaban las ruinas de la hermosa casona que hace muchos años adquirió fama de embrujada y cayó en el abandono. Protegida por dos hileras de alambre de púas, parecía una casa recién bombardeada y provocaba por lo menos inquietud en quienes la visitaban. Abundaban las historias de terror: como que una familia entera había muerto ahí, de forma extraña y violenta; algo que años después esa misma familia, propietaria de la quinta, negó. A la fecha persiste la reputación de casa embrujada y reino de lo paranormal, pero de la antigua casona solo quedan unos cuantos escombros. Dicen los vecinos que las paredes fueron destrozadas por vándalos.
El tercer niño, de izquierda a derecha, es Edén Pastora cuando estudiaba en el Colegio Centro América y era educado por sacerdotes jesuitas. Por entonces era un muchacho huraño que tenía dificultades para leer y los alumnos de otros grados se burlaban de él y lo marginaban, relató a la revisa Magazine en 2006. Fue un padre jesuita quien lo ayudó a integrarse a un grupo. Años más tarde ese niño se convertiría en el comandante Cero y desde 2018, cuando estalló la crisis en Nicaragua, se ha dedicado a lanzar ataques verbales y amenazas contra la Iglesia católica.
Al mediodía del 19 de julio de 1979 un pelotón conformado por unos veinte muchachos guerrilleros fusiló a Alberto Gutiérrez, alias Macho Negro, ante una muchedumbre que presenció la ejecución. Al servicio de la dictadura de los Somoza, Gutiérrez había hecho méritos para que en Managua se le conociera como “el terror de los barrios orientales”, pero fue ejecutado en Monimbó, Masaya, donde se escondía, frente a la pared de una vieja casa. La descarga lo levantó del suelo y lo estrelló contra el muro. Apenas le dio tiempo para arrugar la cara. Luego se derrumbó como en cámara lenta, ante la multitud que observaba en silencio.
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En agosto de 1968 Managua se llenó de parquímetros y la respuesta de los capitalinos fue dejar desiertas las zonas en que estaban instalados. Motociclistas y conductores de carros huían día y noche para escapar de los aparatos y del cobro por estacionamiento. Se quejaron también los cuidadores de vehículos y los ciudadanos que se dedicaban al acarreo comercial. La gente sabía que se trataba de un negocio privado, mal planificado e impuesto a la ciudadanía, y al final LA PRENSA descubrió que el propietario de los parquímetros era nada más y nada menos que el hijo del general José R. Somoza. El negocio, como sabemos, no prosperó.
Este es “el último de la saga de los vagones de lujo de la era de oro del ferrocarril: el vagón presidencial Momotombo”, explica la revista Magazine en su edición del 29 de agosto de 2004, cuando se publicó esta fotografía. Durante los 116 años de vida del ferrocarril, se usaron muchos vagones de primera clase para trasladar a ilustres personajes. Se estima que unos 22 gobernantes viajaron en distintos vagones presidenciales y también personajes como Rubén Darío a su regreso triunfal a Nicaragua.
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Una instantánea de la Managua de los años 80. Dos jóvenes vestidos a la usanza de la época compiten bailando música disco y breakdance en la discoteca Infinito, que estaba ubicada en Camino de Oriente.
El muchacho en el extremo derecho de la fotografía es Enrique Bolaños Geyer. De joven al expresidente de Nicaragua le gustaba mucho jugar beisbol y futbol. Fue cácher y se desempeñó como mediocampista en el equipo de su colegio. Todavía le gustan ambos deportes. LA PRENSA/ Cortesía de Jaime Morales Carazo
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El 23 de noviembre de 1974 Alexis Argüello ganó su primera corona mundial de boxeo, tras derrotar en 13 de 15 asaltos al mexicano Rubén “El Púas” Olivares. Tenía 22 años. Al día siguiente solo pidió una cosa: que lo llevaran a conocer el parque temático de Disney en California. En la foto se encuentra con Silvia Urbina, su primera esposa.
Esta foto apareció en la revista National Geographic en agosto de 1944 y muestra a un tiburón toro, pescado en el lago Cocibolca. El ejemplar, de 76 libras, fue enviado junto con otros dos al Instituto Smithsoniano, museo de historia natural de Washington DC. El toro “es una de las pocas especies de tiburones, sino la única, que hace migraciones de agua salada a agua dulce a lo largo del año”, explica el ecólogo Fabio Buitrago Vannini. Se trata de una especie particular, pero bastante común en el mundo. Actualmente su población en el Cocibolca es casi nula.
El 10 de agosto de 1993 la dejada de Santo Domingo terminó en tragedia. Ya había regresado el santo a su iglesia en Las Sierritas cuando de pronto unos “pandilleros” empezaron a tirarse encima de los promesantes que avanzaban de rodillas. El resultado fue una avalancha humana que desató el terror en el atrio de la parroquia. Desde arriba de un muro, Manuel Esquivel, fotorreportero de LA PRENSA, captó el momento de angustia. Se contaron cuatro muertos por asfixia, cincuenta heridos y al menos sesenta detenidos.
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