Este Albert Pujols que intenta extraer juventud de su pasado y que ahora batalla frente lanzamientos que antes los enviaba sobre la cerca, es sin duda uno de los más grandes artilleros de la historia y quizá el mejor entre los latinos.
La tarde del domingo, Pujols llegó a 1,998 remolques, con los que dejó atrás a Barry Bonds (1,997) y se ubicó a dos pasos de entrar al club de las 2,000 empujadas, compuesto solo por Hank Aaron (2,297) y Alex Rodríguez (2,086).
Y aunque algunas veces es capaz de sacar agua de una piedra, no se parece en nada al gran artillero que sembró el pánico con los Cardenales, con una increíble mezcla de habilidad para batear y poder para conectar jonrones.
Un seguro miembro del Salón de la Fama en cuanto sea elegible, Pujols tiene ya más de 600 jonrones (637), más de 3,000 hits (3,102) y ahora va en ruta a las 2,000 carreras empujadas (1,998), en un desempeño extraordinario.
Los únicos jugadores que han logrado eso en la historia de las Mayores son Aaron (755, 3,771, 2,297) y Rodríguez (696, 3,115, 2,086). Nadie más. De modo que Pujols es algo más que un veterano en su etapa crepuscular.
Pujols es además ejemplo de superación. Nacido en Santo Domingo, República Dominicana, creció sin su mamá, solo con su abuela y un papá alcohólico, a quien a menudo debía recoger y llevar hasta su casa muy tomado.
La clave fue migrar hacia EE. UU. donde logró entrar a la secundaria y ser elegible al draft del beisbol amateur en 1999. San Luis lo tomó en la ronda 13, luego de que otros 401 peloteros habían sido seleccionados.
Las dudas con Pujols eran respecto a su edad. Muchos equipos no le prestaron mucha atención porque pensaron que eran mayor de lo que decían sus datos, pero los Cardenales lo tomaron y se ganaron el premio.
Durante los primeros 10 años, bateó más de .300, con más de 30 jonrones y más de 100 empujadas en cada uno. Se agenció el premio al Novato del Año y ganó tres títulos al Jugador Más Valioso.
Con los Angelinos la historia es otra. Firmó por 10 años y 240 millones en 2012, en contrato al que le restan tres campañas (incluyendo esta de 2019) y 87 millones de dólares, es decir, termina en 2021.
Pujols tiene cuatro años en los que no batea ni .270 y en últimos dos no llega ni a .250, pero nada de lo que le suceda de ahora en adelante, afectará la grandeza de un jugador que elevó los estándares para los artilleros latinos.
Y quizá lo mejor, es que Pujols nunca ha estado bajo sospecha de hacer trampa con esteroides. La vez que alguien osó poner en tela de juicio su honorabilidad, debió pedir disculpas públicas y perdió su trabajo.
De manera que el Salón de la Fama aguarda por él.
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