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Francisco Aguirre Sacasa, excanciller de la República. LA PRENSA/ ÓSCAR NAVARRETE

Francisco Aguirre Sacasa: Nicaragua va por el camino del caos de Venezuela

Francisco Aguirre Sacasa señala que una eventual caída de Nicolás Maduro significaría un golpe a la pareja presidencial y el país se deberá preparar para rendir cuentas sobre millonarios fondos que han ingresado de la cooperación petrolera

Francisco Aguirre Sacasa es una de las personas que mejor conoce cómo ven a Nicaragua desde Washington. Lo sabe porque fue canciller de la República a inicios de los años 2000 y también fue embajador de Nicaragua en los Estados Unidos.

En esta entrevista con LA PRENSA desde Washington, EE. UU., Aguirre Sacasa señala que Nicaragua podría seguir el mismo camino del caos de Venezuela, porque “son una suerte de gemelos siameses por las relaciones íntimas que existen entre sus gobernantes”.

Por lo tanto, no descarta que la caída de Nicolás Maduro en Venezuela provocará “un grave golpe en la pareja presidencial de Nicaragua” que podría generar un cambio político en el país.

Además, en esta entrevista habla sobre las posibilidades y consecuencias de la aplicación de la Carta Democrática, las amenazas de sanciones y la mesa de negociación, cuya “huella de Estados Unidos se encuentra en todo lo que concierne a la Alianza Cívica”.

¿Cómo ve la situación de Venezuela con relación a Nicaragua?

Comparando Nicaragua con Venezuela, te ofrezco las siguientes reflexiones: primero, en solo un año desde la sublevación pacífica y cívica, Nicaragua ha sufrido muchos más muertos que Venezuela. O sea que en cuanto a este poderoso indicador, lo que ha pasado acá ha sido más terrible no solo en términos relativos, sino en términos absolutos. Y, segundo, hasta la fecha el manejo macroeconómico en Nicaragua ha sido mucho mejor que el de Venezuela. Nuestra inflación sigue bajo control, y no hay mercado negro ni desabastecimiento. Es más, el gobierno sigue haciendo obras como el paso a desnivel en Las Piedrecitas y la carretera hasta Bluefields. Claro, nuestra economía se encuentra en una fuerte recesión. Y de no resolverse la crisis política, caerá en una depresión más profunda que la Gran Depresión de los años treinta del siglo pasado. Eso debería de preocuparnos a todos.

¿La situación de Venezuela es el mismo camino para Nicaragua?

Ese es el gran peligro. He dicho que si no se solventa la crisis política nicaragüense rápidamente, nuestra economía caerá en un espiral vicioso que iría acelerándose con el tiempo. Y ya estamos viendo al gobierno cometer errores de manejo macroeconómico que apuntan a eso. Una de estas medidas es el intento de “regular” las remesas, una medida que golpeará a más de medio millón de familias nicaragüenses. Esta acción es una seria equivocación porque podría resultar en una disminución en los más de mil millones de dólares que la diáspora inyecta en nuestra economía anualmente y socavaría, aún más, al ya anémico nivel de confianza que existe en nuestro país.

¿La caída de Maduro aceleraría la de Daniel Ortega?

Siempre he dicho que Venezuela y Nicaragua son una suerte de gemelos siameses, por las relaciones íntimas que existen entre sus gobernantes. Obviamente la caída del gobierno de Maduro sería un grave golpe para El Carmen. Y no se puede descartar que contribuyera a un cambio político acá, similar a la reacción en cadena que vivió Europa del Este cuando se desmoronó el comunismo en la vieja Unión Soviética.

¿Qué consecuencias puede tener un cambio de gobierno en Venezuela?

La caída de Maduro resultaría, pienso yo, en un gobierno de transición y, posteriormente, en elecciones libres y democráticas. La tarea de ese gobierno sería estabilizar la economía y rehabilitar al sector petrolero, la gallina que pone el huevo de oro en Venezuela. Sin embargo, sé que venezolanos allegados a Leopoldo López piensan que hay que investigar qué pasó con los miles de millones de dólares que Chávez y Maduro le dieron a miembros del Alba, como Nicaragua. Existe un repudio en Venezuela a los programas de asistencia que Caracas brindó a sus aliados, y tenemos que estar listos para una rendición de cuentas que podría salpicar a El Carmen.

¿Cree posible la aplicación de la Carta Democrática para Nicaragua?

Con cada día que pasa es más probable que se le aplique la Carta Democrática a Nicaragua. En las reuniones del Consejo Permanente de la OEA del viernes pasado, vimos un creciente número de países afirmando que en Nicaragua existe una ruptura del orden democrático y que había que aplicarle la Carta Democrática a Nicaragua en la próxima reunión de cancilleres hemisféricos, que será a finales de junio en Medellín. Se necesitan 24 votos para suspender a Nicaragua de la OEA, y con cada día que pasa creo que habrá más votos para tomar esta acción. Entre esos nuevos votos incluyo a El Salvador y Venezuela, cuya silla es ocupada ahora por una persona nombrada por Juan Guaidó. El desafío para las democracias hemisféricas, y especialmente para Estados Unidos, es sumar unas cuantas islas anglófonas del Caribe a la mayoría que ya está a favor de aplicarle la Carta Democrática a Nicaragua. Sería una gran derrota para Washington si no lograse esto antes de Medellín.

¿Cuál sería el escenario de llegarse aplicar la Carta Democrática?

Quedaría más aislado que nunca el cogobierno Ortega-Murillo. Además, podría resultar en que el Banco Interamericano de Desarrollo no solo mantuviese engavetado nuevos préstamos a Nicaragua, sino que se parasen los desembolsos de préstamos existentes. Finalmente, crearía un clima más favorable para que otros países como Estados Unidos, por ejemplo, considerasen medidas más enérgicas para efectuar un cambio democrático en nuestro país.

¿Cuál es su análisis de la posición de Estados Unidos sobre las negociaciones en Nicaragua?

La estrategia estadounidense claramente se estriba en una salida democrática y negociada. En este sentido, es obvio que el Diálogo Nacional existe en gran medida por acciones norteamericanas. Resultó, no olvidemos, después de la reunión del embajador (Michael) McKinley con Daniel y doña Rosario hace un par de meses. Mirá, las huellas digitales estadounidenses se encuentran en todo lo que concierne a la Alianza Cívica. Con eso te digo todo.

¿Qué acuerdos está esperando la comunidad internacional para actuar a favor o en contra?

Por las intervenciones de voceros de diferentes países hemisféricos, creo que a corto plazo quieren acciones —no hojas de ruta ni comunicados— relacionadas a temas como la liberación de presos, el regreso de exiliados, libertad de prensa y reformas electorales. Además, quieren una apertura del gobierno al regreso de órganos de protección a los derechos humanos. ¡Y todo esto “up front” o anticipado! A eso, sumaría yo, tienen que haber expectaciones realistas en cuanto al diálogo. En este diálogo no se trata de una rendición incondicional. ¡Nadie puede ganar o perderlo todo!

¿Existen otras amenazas de sanciones que pueden agravar la crisis económica?

Creo que sí. A como le gusta decir a John Bolton, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, “todo está sobre la mesa”. Pienso que esto incluye excluirnos del Tratado de Libre Comercio DR-Cafta, cosa que demolería a nuestras zonas francas. Hay un dicho en Estados Unidos que reza que todo lo político es local. En el contexto nuestro, tenemos que comprender que el presidente Trump ya está pensando en su reelección en 2020. Y él sabe que no podrá ganar la presidencia si no cuenta con los votos electorales de la Florida, el más reñido de los estados grandes norteamericanos. Para lograr esto, necesita los votos de la diáspora nicaragüense. ¡Es tan sencillo como eso!

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