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Miserias humanas

En su discurso del 30 de abril en recuerdo del extinto comandante sandinista Tomás Borge, Daniel Ortega perdió los estribos y calificó como “miserias humanas” a los miembros de la Alianza Cívica y todos los que, según él, se alegran por las sanciones externas impuestas a miembros de su íntimo entorno familiar y político.

Ortega ha pedido a la Alianza suscribir una petición conjunta a los Estados Unidos (EE. UU.), de que suspenda las sanciones dictadas contra sus allegados. Pero la representación opositora la ha rechazado porque el dictador Ortega no cumple los acuerdos adoptados en las negociaciones políticas del Incae.

La dictadura no ha liberado a los presos políticos ni restablecido el derecho de manifestación pacífica en los ámbitos públicos. Tampoco ha liberado el papel y demás insumos para la impresión de los periódicos independientes, que tiene secuestrados en Aduanas, entre otros compromisos firmados. De manera que no tiene sentido que pida a la oposición abogar ante EE. UU. para que se suspendan las sanciones impuestas a personas señaladas de cometer graves violaciones a los derechos humanos y actos de corrupción.

Según Ortega, los miembros de la Alianza Cívica y todos los que se alegran por las sanciones impuestas a sus allegados, “no tienen ni alma, ni corazón”, son “una expresión de la miseria humana”. De esa manera Ortega mostró que las sanciones son su punto más débil, lo que le hace más daño después que aplastó sangrientamente la rebelión popular. Sanciones que por cierto no son a Nicaragua, como él dice, sino directamente a la dictadura.

Se dice que hay dos clases de miseria humana la material y la moral.

La miseria material es indigna a la condición humana y existe el consenso social de que tanto el Estado como la sociedad deben tomar providencias para erradicarla. Pero la miseria moral es propia de aquellos individuos que carecen de humanismo y de valores éticos como la generosidad, la solidaridad, la compasión y la caridad. Se trata de personas desajustadas moralmente que actúan con malicia y artimañas para lograr algún objetivo o denigrar gratuitamente a los demás.

La miseria humana mental se manifiesta también en acciones concretas ejecutadas para hacer daño físicamente a otras personas que se encuentran en situación desventajosa. Matar a centenares de seres humanos incluyendo niños de pecho solo por odio y para mantenerse en el poder a cualquier costo, es una enorme muestra de miseria humana. También lo es encarcelar a personas inocentes, negarles el derecho al debido proceso, torturarlas para sacarles información, recluirlas en calabozos inmundos y ensañarse con ellas en prisión. Quienes cometen esas monstruosidades y se divierten haciendo daño a seres indefensos, muestran la más horrible miseria humana.

En cambio los denigrados miembros de la Alianza Cívica son personas honorables y respetables que buscan el bien para todos.

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