Un niño de aproximadamente 10 años y un hombre, de unos 40, ambos todavía sin identificar, fueron asesinados a machetazos por personas desconocidas en una finca de la comunidad Buena Esperanza de Wina, ubicada en la microrregión de Ayapal, municipio de San José de Bocay, Jinotega.
Los cuerpos de las víctimas fueron encontrados por lugareños la madrugada del martes 7 de mayo en una propiedad perteneciente a Ramón Montenegro Herrera, informó preliminarmente la Policía.
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Ambos cadáveres presentaban múltiples machetazos en distintas partes, principalmente en la cabeza. Los investigadores policiales presumen que se trata de padre e hijo, aunque seguían sin conocer las identidades de las víctimas.
El niño vestía pantalón azul y camiseta, además de una gorra roja y botas de hule. Mientras que el hombre andaba una camiseta, pantalón azul, un reloj en la mano izquierda y botas cafés. Junto al cuerpo de este, los peritos de la Policía hallaron 15 tiros calibre 22 y 480 córdobas en efectivo.
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La Policía continuaba en el sitio tratando de identificar a las víctimas, así como a los autores, además de los motivos para el doble crimen.
Los vieron en Ayapal
El hombre y el niño fueron vistos en el caserío de Ayapal, 40 kilómetros al norte de San José de Bocay, donde presuntamente realizaron compras diversas, incluyendo un panel solar, comentó un habitante de ese poblado.
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Según la fuente, es costumbre que comerciantes que entran en vehículos a algunas comunidades para comprar granos, den aventones y en ocasiones cobren por llevar a quienes vayan de regreso por esas rutas, por lo que “en una camioneta, el señor iba con el niño y las cosas que compró, pero también se montaron (dos hombres) más que no se sabe quiénes son”.
“La camioneta los dejó hasta cierta parte, entonces comenzaron a caminar como a las 2:00 a.m., pero a las 4:00 a.m. los hallaron muertos ya sin nada de lo que habían comprado, y de los otros dos hombres no se sabe nada”, comentó el habitante de Ayapal.
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Las muertes de etiología homicida siguen incrementando en Jinotega, principalmente en los municipios Wiwilí, El Cuá y San José de Bocay, territorios que formaron parte del llamado “Corredor de la Contra”, como escenarios importantes en la guerra de los 80, y que en la categoría de municipios son de los más jóvenes del país, los dos primeros creados en 1989 y el último en 2002.