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El presidente brasileño Jair Bolsonaro (R), junto al gurú de extrema derecha Olavo de Carvalho (C) y al ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Ernesto Araujo (L). LA PRENSA/AFP/Presidencia brasileña

Olavo de Carvalho: un incendiario escritor y filósofo que ejerce desde su exilio en EE.UU

Carvalho de 72 años, tiene numerosos "discípulos" y un millón de abonados en las redes sociales, a las que recurre como un adicto: a veces pueden llegar a ser 12 tuits por hora

Designa ministros y desestabiliza a otros en Twitter: Olavo de Carvalho, un incendiario escritor y filósofo, ejerce desde su exilio en Estados Unidos una gran influencia en el gobierno de Jair Bolsonaro en Brasil, donde abrió una crisis con los militares.

Carvalho, a quienes muchos llaman el “gurú” de Bolsonaro, acaba de ser condecorado por el presidente con el grado más alto de la Orden de Rio Branco, un prestigioso reconocimiento que distingue a personalidades “por su destacado servicio o mérito”.

Este honor, que resalta el compromiso del mandatario de extrema derecha con su asesor, ha provocado airadas reacciones.

En las redes sociales Carvalho es conocido por insultar a los enemigos -reales o supuestos- de Jair Bolsonaro con un discurso de odio desinhibido.

“Cualquier hijo de puta que esté dentro del gobierno y sea desleal al presidente Bolsonaro es desleal a la nación brasileña”, tuiteó recientemente el astrólogo de 72 años, que vive en Richmond, Estados Unidos, desde 2005.

“Es una basura total. El lugar de este matón es la cárcel”, escribió la semana pasada sobre Bill de Blasio, el alcalde demócrata de Nueva York, al que también llamó de “fantoche de los sandinistas” después que Blasio liderara una campaña contra la llegada del presidente brasileño a la ciudad para recibir un premio.

Feroz anticomunista, Carvalho dispone de vastas redes en los círculos de poder en Brasilia.

Logró, por ejemplo, que en enero Bolsonaro designara como ministros a dos de sus protegidos: en la cancillería Ernesto Araújo, un diplomático empecinado en combatir el “marxismo cultural”; y a Ricardo Vélez, un exizquierdista convertido al bolsonarismo más puro, en Educación. Velez fue luego destituido.

Olavo de Carvalho tiene numerosos “discípulos” y un millón de abonados en las redes sociales, a las que recurre como un adicto: a veces pueden llegar a ser 12 tuits por hora.

“Apuesta al caos”

Desde hace aproximadamente una década, ofrece conferencias pagas online en las que mezcla filosofía y política. Huye de los medios como de la peste (“medios de mierda”, dice). Carvalho no respondió al pedido de entrevista solicitado por la AFP.

“Existe a través de la provocación y de la ofensa. Esa es su estrategia: causar el mayor número de conflictos posible, incluso al interior del gobierno”, apunta Maud Chirio, historiadora en la Universidad de Paris-Est Marne-la-Vallée. “Apuesta al caos para regenerar una sociedad a la que califica de decadente”.

Steve Bannon, principal figura de la alt-right de Estados Unidos, de quien el brasileño se siente cercano, ve en él a “uno de los mayores intelectuales vivos del mundo”. El diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente, comparte con Carvalho sus valores. Y el gusto por las armas de fuego.

El último blanco de este polemista han sido los militares de alto rango, presentes en gran número en el gobierno brasileño. “Si esto sigue así, en seis meses (el gobierno) está liquidado”, dijo en marzo en alusión a los generales que ocupan cargos en el Ejecutivo y que, según él, se aprestan a traicionar al presidente.

Con el apoyo de otro hijo de Bolsonaro, Carlos, concejal de la Asamblea de Rio, Carvalho acaba de lanzar una violenta campaña contra el general retirado Carlos Alberto dos Santos Cruz, secretario de Gobierno, que defendió cierto control de Internet.
“Santos Cruz (…) Controla tu boca, especie de mierda”, tuiteó el domingo pasado.

Otro militar retirado, el vicepresidente Hamilton Mourão, que se ha mostrado para sorpresa de la opinión pública como un moderado, también ha sufrido ataques del “gurú”.

Carvalho lo calificó de “idiota”, “charlatán despreciable” y “vergüenza para las Fuerzas Armadas y para Brasil”. Impasible, el vicepresidente le respondió que se “limitara a la función que cumple de manera satisfactoria: la de astrólogo”.

“Supera todo límite”

Pero para la mayoría de los militares del entorno de Bolsonaro el agua ya desbordó el vaso.

Olavo de Carvalho “supera todo límite”, dijo el martes al diario Estado de S.Paulo el general Eduardo Villas Bôas, excomandante de las Fuerzas Armadas.

“Exhibe una falta de respeto total por las Fuerzas Armadas”, afirmó. Jair Bolsonaro debió finalmente reaccionar, y el martes pidió en Twitter a “cada una de las partes que den vuelta la página”.

Unas declaraciones vistas como ambiguas, dado que por un lado el presidente manifestó su “admiración” por los militares y, por el otro, en el mismo tuit, ensalzó al “ícono” Carvalho, cuya acción, escribió, “contribuyó en mucho a (su) llegada al poder”.

“Bolsonaro debe decir de qué lado se coloca”, escribió el miércoles O Globo en un editorial tras los ataques “despreciables de Olavo”. “El presidente debe defender al gobierno”.

Pero para Maud Chirio, Jair Bolsonaro “aparece como una figura débil, con muy poco liderazgo” y “no es capaz de golpear la mesa y restaurar su autoridad”.


 

Autor del libro “Lo mínimo que se necesita saber para no ser un idiota”, Olavo de Carvalho, nacido en 1947 en São Paulo, es escritor, filósofo, astrólogo, periodista, columnista polémico,  astrólogo, conspirador

Ha dado a conocer sus escritos en O Globo,Jornal do Brasil, Jornal da Tarde, Zero Hora y Époc;  también divulga sus controversiales ideas en su blog y cuentas en Facebook, Twitter y YouTube, con un millón de seguidores.

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