Aunque no hay dudas que los jugadores de la Selección de Futbol van a desplegar su mejor esfuerzo ante Argentina el próximo 7 de junio, no hay dudas que lo esencial no es el resultado, sino el juego en sí.
A este equipo, al que ahora lo buscan potencias como la sudamericana, antes lo evitaban hasta los vecinos. Y tenían razón. Nuestro equipo carecía de todo, pero fundamentalmente de futbol.
Tampoco es que ahora la Azul y Blanco haya escapado a sus limitaciones hasta convertirse en un pujante equipo al que los demás temen. No, no es nada de eso, pero su progreso es muy notorio.
Pasó de ser un equipo más pendiente de su arco, a uno que propone, que juega hacia adelante, con un estilo que le identifica y un orden táctico al que se somete sin afectar su creatividad.
Y el gran responsable de todos esas transformaciones es Henry Duarte, el técnico tico que le hizo cambios valiosos a todo el plantel, pero sobre todo, le cambió la mentalidad a los jugadores y los puso a soñar.
Ahora los jugadores quieren brillar en sus equipos y militar en la Selección, pero su meta está más allá de la frontera. Han comenzado a creer que son capaces de ir a jugar al extranjero. Y van.
“Recuerdo la primera vez que vi un partido de futbol de Nicaragua. Solo me dije, que mal que juegan al futbol, pero ahí hay buenos jugadores”, reveló Duarte, en un diálogo con sus seleccionados.
Desde que vino al país, el técnico tico se ha dedicado a la búsqueda de esos buenos jugadores y los ha juntado para hacerles creer que son capaces de grandes cosas, como jugar con Argentina.
Los argentinos va hacia la Copa América. Nosotros a la Copa Oro, evento al que antes solo nos asomábamos como espectadores. Ahora jugamos. Eso es un avance que no se puede discutir.