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La empresa Albanisa nació en el marco del acuerdo petrolero entre Venezuela y Nicaragua. Ahora es mencionada en supuestas operaciones de lavado de dinero. LA PRENSA/ARCHIVO

Albanisa vinculada a red de lavado relacionada a PDVSA para crear negocios fachada

Según una investigación, Albanisa es una de las más rentables de la llamada red criminal, debido a que “la subsidiaria nicaragüense recibió más fondos que superaban con creces las importaciones” del petróleo enviado desde Venezuela

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La empresa Alba de Nicaragua SA (Albanisa) sería parte de una “red criminal internacional” relacionada a Petróleos de Venezuela SA (PDVSA) para crear negocios fachada para fines de corrupción y lavar dinero con la protección de los líderes de los países del ALBA, según una investigación realizada por los consultores estadounidenses Douglas Farah y Caitlyn Yates.

“El caso de Albanisa, el dinero provisto totalizó entre 4 mil y 6 mil millones de dólares de fondos ilícitos durante la última década”, manejados por “un pequeño número de élites políticas” del partido gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), dice el documento.

El informe “La última resistencia de Maduro: la supervivencia de Venezuela mediante la empresa criminal conjunta bolivariana” es resultado de cinco años de investigación de campo, obtención y análisis de documentos en once países.

En este se describe una “red mafiosa” creada por el expresidente venezolano Hugo Chávez con apoyo de sus aliados políticos en Nicaragua, Cuba, Bolivia, Ecuador, Surinam y El Salvador, élites económicas y organizaciones criminales que veinte años después se extiende a nivel global, incluyendo Estados Unidos, Rusia, hasta Hong Kong y paraísos fiscales financieros.

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Se logró identificar a 181 individuos y 176 compañías operando en al menos 26 países de lo que la investigación denomina “Empresa Criminal Conjunta Bolivariana”. Entre esas están Albanisa, sus empresas subsidiarias y su Banco Corporativo SA (Bancorp).

El rol de Albanisa

Según la investigación, Albanisa es una de las más rentables de la llamada red criminal, debido a que “la subsidiaria nicaragüense recibió más fondos que superaban con creces las importaciones” del petróleo enviado desde Venezuela.
Esa empresa la crearon Chávez y el dictador Daniel Ortega en 2007. PDVSA es propietaria del 51 por ciento y la nicaragüense Petronic del otro 49 por ciento. La empresa es controlada por los allegados a la familia de Ortega, a través de la que durante estos años controló la importación, refinamiento y distribución del crudo y derivados importados de Venezuela bajo el acuerdo petrolero.

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Albanisa es parte de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratados de Comercio de los Pueblos (ALBA), un proyecto político de Chávez (ya fallecido) para contrarrestar la influencia política y económica de Estados Unidos (EE. UU.) en América Latina, reemplazándolo con apoyo financiero del acuerdo petrolero. Al menos así se vendió.

Sin embargo, la investigación revela que desde Chávez y ahora su heredero político, Nicolás Maduro, usaron a PDVSA para crear un consorcio de empresas en la región con el fin de mover el dinero que defraudan a la petrolera venezolana, así como el proveniente del narcotráfico, pues el informe sostiene que hay una “fusión” con el grupo terrorista Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

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Durante los 12 años que lleva Ortega en el poder ha usado la llamada cooperación petrolera para financiar su proyecto político con algunos programas asistencialistas, dando bonos productivos, créditos para viviendas a familias, la mayoría simpatizantes del FSLN. Pero la mayor parte del dinero se ha usado para comprar hoteles, canales de televisión, radios, haciendas ganaderas, gasolineras, así como invertir en proyectos hidroeléctricos, entre otros.

“Empresas de papel”

De acuerdo con el reporte, “Alba Petróleos y Albanisa establecieron decenas de compañías y empresas de fachada donde invertían fuerte, al menos en el papel”, con el giro de producción de alimentos, instituciones financieras, aerolíneas, centros de estudio, proyectos de energía alternativa, adquisición de tierras, gasolineras y otras actividades.

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Alba Alimentos y Alba Generación son parte de esas subsidiarias, que las controlan juntas directivas integradas por “incondicionales del partido” FSLN, funcionarios del Gobierno y de PDVSA, que evitan presentar informes financieros para ocultar los pormenores de esos negocios, porque en su mayoría solo existen en el papel, indica la investigación.

Los investigadores encontraron que “la dinámica es que la mayoría de los proyectos que las compañías petroleras afirman financiar, no existen físicamente ni producen bienes o servicios”.

Refinería, solo una fachada

La refinería El Supremo Sueño de Bolívar era uno de los proyectos insignia del régimen de Ortega, el cual resultó una estafa. Se dijo que en 2017 debía empezar a operar, para que en el 2020 estuviera cubriendo el 41 por ciento de la demanda de hidrocarburos de Centroamérica y el 65 por ciento del diesel en la región. Así lo prometió Ortega hace diez años, pero solo se ha construido el centro de distribución y almacenamiento de Miramar, en el municipio de Nagarote, León.

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Farah y Yates en sus investigaciones encontraron que esa refinería es parte de decenas de proyectos de infraestructuras ideados por los Estados Alba para “lavar fondos”, al transferir grandes sumas de dinero a proyectos “inexistentes” o que nunca se concretarán.

Chávez y Ortega prometieron en 2007 la construcción en Nicaragua de la refinería para el petróleo pesado de PDVSA. Entonces el costo estimado fue de 6.6 mil millones de dólares, “una suma de dinero absurda y económicamente irracional para un proyecto como tal”, valoraron los autores del informe.

500 millones de dólares

“Alrededor de 500 millones de dólares habrían pasado por este proyecto, dejando muy pocos resultados visibles. Múltiples visitas al sitio de la construcción entre 2014 y 2016 sólo revelaron un campo vacío con algunos tanques de almacenamiento y una cerca de madera, sin ningún otro signo de construcción de una refinería, excepto los mencionados tanques”, sostiene el reporte.

LA PRENSA constató que se logra ver la obra finalizada del centro de distribución y almacenamiento. No hay indicio de una segunda fase del complejo.

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La investigación concluye que el proyecto de la refinería se ha usado para mover fondos de PDVSA a través de Albanisa, de donde se ha pagado “por trabajos nunca realizados y materiales inexistentes a compañías contratistas” que no existen físicamente pero están “vinculadas a los gobiernos” orteguista y chavista.

“Estas compañías fantasma —se afirma en el reporte— movían el dinero, ahora ‘limpio’, de regreso bajo control de las estructuras delictivas de Nicaragua y Venezuela”.

“Si bien la refinería fue uno de los más grandes proyectos ficticios de infraestructura que descubrimos en nuestras investigaciones de campo, fue sólo una de las docenas de empresas similares que lavaron cientos de millones de dólares con el apoyo de la Empresa Criminal Conjunta Bolivariana”, reza el texto.

Bancorp para blanqueo

Entre los proyectos diseñados en las “actividades delictivas utilizadas por la empresa” Albanisa está Bancorp, fundado en 2014 en Nicaragua. Tras ser sancionado por EE. UU. en febrero del 2019, precisamente por manejar los fondos de PDVSA y Albanisa, la directiva del Bancorp anunció su disolución voluntaria al estar imposibilitado de seguir haciendo negocios.

La investigación revela que Bancorp, controlado por Ortega y “un grupo de sus más cercanos cómplices”, era parte del esquema de la red criminal para “las transferencias banco a banco”, para mover “la abundancia de recursos” que pasaban por PDVSA y sus subsidiarias en los países del ALBA.

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Bancorp funcionó como un depositario de un fondo de 1.5 mil millones de dólares de Albanisa y sus subsidiarias y más de mil millones de dólares “en otros fondos”. Sin embargo, se reseña que aunque el banco se decía que se especializaría en el manejo de inversiones “llevaba adelante muy pocas operaciones regulares”, de la banca.
Se hicieron fuertes trasferencias al banco en poco tiempo. En diciembre de 2016 de un solo se depositó 16 millones de dólares en efectivo; en 2017 los depósitos aumentaron a 340 millones de dólares, “esto a pesar de la falta de clientes o de una actividad comercial clara”.

Por ello, “sonaron las alarmas” en el Sistema Financiero del país, pues según la investigación varios líderes del sector bancario “se reunieron con oficiales de la embajada de EE. UU. para asegurar no tener relación con el banco de Albanisa.

La triangulación

La investigación indica que como Bancorp no tenía relación con bancos corresponsales para acceder al sistema financiero de EE. UU., se diseñó un esquema en Panamá, Hong Kong y Corea del Sur “para mover el dinero fuera de Nicaragua”.

Para eso desde Bancorp se abrió una cuenta en la sucursal panameña de un banco asiático (no se da el nombre), que a su vez tenía sucursales en Hong Kong, Corea del Sur y Panamá, refiere el informe.

“Así fondos de la Empresa Criminal Conjunta Bolivariana eran entonces transferidos desde Nicaragua a la cuenta del Bancorp con el banco asiático en Panamá, para finalizar su recorrido en la filial de Hong Kong. Allí los fondos eran blanqueados y colocados en diferentes cuentas controladas por Ortega y sus aliados, así luego el dinero podía fácilmente ser movido desde Hong Kong y transferido electrónicamente a cualquier parte del mundo, incluidos los Estados Unidos”, revela la investigación.

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Esa triangulación del dinero petrolero funcionó muy bien durante cuatro años, pero todo cambió tras la sanción al Bancorp por EE.UU., en febrero de 2019, debido a su vinculación a la corrupción del régimen orteguista.

En el reporte se recoge que en “una opción audaz” Ortega ordenó que el Estado comprara Bancorp por 23 millones de dólares y se convirtiera en el Banco Nacional de Nicaragua. Si bien los diputados orteguistas en la Asamblea Nacional aprobaron la transacción, la ley no fue publicada en La Gaceta, diario oficial, el último paso para legalizarla.
Tras reiterar EE. UU. la sanción al Bancorp, sus dueños decidieron disolverlo.

6,000 millones de dólares se llega a estimar el dinero manejado por Albanisa de fondos ilícitos en diez años, sostiene la investigación de los consultores Douglas Farah y Caitlyn Yates.

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