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Daniel Ortega

El dictador Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo durante un acto aparecieron más solitarios y con una reducida base de partidarios. LA PRENSA/AFP

El fracaso de la dictadura orteguista con sus mentiras sobre las violaciones a los derechos humanos en Nicaragua

En cada foro internacional el régimen de Daniel Ortega lleva informes poco creíbles que son rechazados en todo el mundo

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La del 16 de mayo fue una tarde extensa y cansada para él. Después de más de 20 minutos leyendo y leyendo, cifras, datos, discursos, historia, lamentos, se sentó a escuchar y por ahí se le fue el tiempo y se le descompuso el rostro: 90 voces distintas hablaban sobre Nicaragua.

Era el día que le tocó a Nicaragua, entre 14 países, ser evaluada en materia de derechos humanos por las naciones miembros de Naciones Unidas.

La mayoría de voces eran críticas y hacían recomendaciones contrarias a lo leído con vehemencia por él. Su rostro denotaba el cambio de ánimos y la molestia ¿Es que acaso no lo habían oído? ¿O es que no le habían creído? “Derechos humanos” se oía en toda la sala.

El 15 de mayo en Ginebra, la dictadura de Daniel Ortega mandó al vicecanciller Valdrack Jaentschke a mentir a las Naciones Unidas. LA PRENSA/J.SILVA

Vendaval internacional

El rostro orondo y habitualmente sereno del vicecanciller Valdrack Jaentschke, el enviado del régimen de Nicaragua a Ginebra a defender la tesis “Golpe de Estado” de la dictadura ante las Naciones Unidas, se iba descomponiendo poco a poco: de la solemnidad a la incredulidad, a la preocupación, al enojo contenido, a la risa fingida, al cansancio…

Ese día desde el estrado de una sala del Palacio de Naciones, sede del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, Suiza, el discurso oficial del régimen enfrentaba a una tormenta global: 94 países se anotaron en la lista para hablar, 90 delegaciones tomaron la palabra, 10 Estados remitieron preguntas por adelantado y como resultados del examen se recibieron 259 recomendaciones para que la dictadura mejorara los derechos de los nicaragüenses.

El régimen de Nicaragua, una vez más, recibe el repudio de la comunidad internacional por mentir y tratar de ocultar la verdad de la represión que vienen ejecutando desde abril del 2018 en Nicaragua. LA PRENSA/J.SILVA

Récord de recomendaciones

La cifra marcó un nuevo récord que superó las 209 recomendaciones que 86 países hicieron en el examen de 2014 y las 109 sugerencias que 47 naciones hicieron en 2010.

¿Qué pasó aquí? El discurso oficial ante los embajadores del mundo daba cuenta de Nicaragua como un país maravilloso, paraíso del progreso y de los derechos humanos, que había sido víctima de la violencia desenfrenada que desde el exterior promovió el imperio de Estados Unidos, nación esta que no toleraba ver cómo el “buen gobierno” cristiano, socialista y solidario del comandante Daniel Ortega llevaba al país, de su mano firme y amorosa, a la tierra prometida por Dios.

Que 198 personas habían sido asesinadas, 22 de ellos policías y la mayoría de las víctimas hermanos sandinistas, que nunca habían torturado a nadie, que había irrestricta libertad de expresión y que ni un solo periodista estaba preso o detenido por ejercer el oficio, que había respeto a las manifestaciones y que la Policía, la mejor de Centroamérica, había garantizado el orden con celoso apego al discurso de amor y paz del comandante.

Fuerzas combinadas del Sistema Penitenciario y tropas antimotines de la Policía Orteguista se convirtieron en un muro infranqueable el día que asesinaron el reo político estadounidense, Eddy Montes Praslin.
LA PRENSA/R. FONSECA

Mentiras que cansan

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En los corrillos del Palacio de Naciones, el mundo diplomático ya esperaba la estrategia del régimen: mentir, mentir y mentir hasta confundir.

Una delegada miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, cercana a la oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de Naciones Unidas, dijo en su característico tono diplomático, que el discurso del régimen “ya era predecible en Ginebra”.

“Han planteado una estrategia internacional de sostener un discurso de víctima y ofrecer cifras imposibles de evaluar y de creer. Llevan a todos los foros ese discurso y no es una mala estrategia, pero se equivocaron de época: en los años 80 y principios de los 90 hubiera funcionado, ahora existe Internet”, dice la fuente.

La diplomática piensa que el régimen subestima la capacidad de análisis de los países de la ONU y desprecia el poder de la comunicación digital y las redes sociales, al llevar ese mismo discurso “imposible de evaluar y creer” a todos los foros internacionales donde se le cuestiona.

La aplicación de la Carta Democrática Interamericana contra la dictadura de Daniel Ortega, sigue su curso imperturbable en la OEA. La iniciativa fue impulsada por Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Estados Unidos, Paraguay y Perú. LA PRENSA/OEA

Repudio documentado

Lea además: CIDH y ONU condenan abusos de Daniel Ortega en Nicaragua

Antes que Jaentschke dijera una palabra del discurso oficial, los delegados de las Naciones Unidas ya habían leído al menos 60 documentos recopilados por Naciones Unidas, que revelan las políticas de persecución, asedio y agresión contra los opositores, medios de comunicación y defensores de derechos humanos.

Los 325 muertos que reporta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, los miles de exiliados, los cientos de presos políticos, las denuncias de torturas sistemáticas, las violaciones sexuales y abusos contra los detenidos en el contexto de represión desde abril de 2018 y todos los desmanes policiales, siguen pesando en la agenda internacional.

El dictador Daniel Ortega no solo ordenó la represión letal contra la población civil, sino que posteriormente mandó a entrenar a sus agentes en técnicas de guerra para seguir reprimiendo al pueblo de Nicaragua. LA PRENSA/TOMADO DEL SITIO WEB DE LA POLICÍA ORTEGUISTA

En Ginebra habían informes oficiales de la Oficina de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU, reportes de la Unión Europea, de la Organización de Estados Unidos, de organizaciones internacionales de Derechos Humanos, consultas a embajadores y cuerpo diplomático acreditado en Nicaragua y reportes especiales solicitados por Naciones Unidas a actores sociales y víctimas directas de los abusos del régimen.

Jaentschke ya esperaba la reacción mundial y llevaba preparado el discurso de reclamo: con tono de ofendido e indignado, leyó una extensa carta que repitió más de lo mismo en defensa del régimen y su tesis de “fallido golpe de Estado”.

Al final, el informe oficial del régimen no caló ante la comunidad internacional y los países condenaron, con cada recomendación, a la administración Ortega-Murillo.

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La Policía es quien dirige la represión contra la población que protesta contra el régimen de Ortega.
LA PRENSA/ O. NAVARRETE

Uno de esos países fue Argentina.

El embajador de ese país ante Naciones Unidas en Ginebra, Carlos Foradori, escuchó con preocupación el discurso ofensivo del régimen. Ese país sugirió cinco cosas:

  1. Liberar sin demora a los prisioneros políticos y garantizar una investigación transparente de las denuncias de violación, tortura y otros malos tratos cometidos en los centros de detención.
  2. Que proporcionen a las víctimas verdad, justicia, reparación y garantías de no reparación.
  3. Que el Estado reanude su cooperación con la oficina del Alto Comisionado y también con los mecanismos del Consejo de Derechos Humanos y los órganos creados en virtud de los tratados competentes, así como con la Organización de Estados Americanos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, facilitando las visitas y permitiendo el acceso sin trabas a todo el país, inclusive a todos los centros de detención.
  4. Que se aseguren las libertades de expresión, reunión organización y movilización, en particular de los defensores de derechos humanos y los periodistas.
  5. Que cese la utilización excesiva de la fuerza policial ante la presencia de las protestas pacíficas así como el desarme inmediato grupos civiles afines al gobierno.

    El embajador de Argentina ante la sede del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, Carlos Foradori. LA PRENSA/J.SILVA

¿Escuchó Argentina las respuestas del delegado de Nicaragua?

“Si, por supuesto, las escuchamos con cierta preocupación. Vemos que se perciben realidades diferentes, nosotros hemos visto una realidad que implica, como hemos manifestado en varias oportunidades, una desatención al respeto de los derechos humanos, y lo que hemos podido observar es que hay un contraste muy marcado por parte de las autoridades, en el sentido de negar lo que hemos denunciado”.

Para Foradori, el mundo ha sido elocuente ante los discursos del régimen de Nicaragua.

Las mentiras de la dictadura de Nicaragua han rebotado contra la documentación en poder de los delegados de Naciones Unidas. LA PRENSA/J.SILVA

“Hay una medida, si tuviésemos que cuantificar, que es bastante elocuente en términos de los que fue el avasallador número de adhesiones que contó la resolución que fue recientemente aprobada en el marco del Consejo de Derechos Humanos, donde solamente hubo tres países que se opusieron, esto no es tan frecuente, y no solamente eso, sino el hecho de que un número muy grande países fueron han sido muy vocales en términos de advertir la situación crítica de violación de derechos humanos en Nicaragua”.

Las delegaciones de Irán, Venezuela y Cuba fueron las únicas que respaldaron al régimen Ortega-Murillo en el examen mundial. Rusia quedó en dudas.

En la sede del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, la mayoría de países han repudiado la represión y el cinismo de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, quienes han pretendido engañar al mundo con informes oficiales llenos de mentiras y datos falsos sobre la realidad del país. LA PRENSA/J.SILVA

Bachelet en el vecindario

El pasado 21 de marzo, el Consejo de Derechos Humanos adoptó una resolución en la que insta a detener la represión violenta de las protestas, pidió la liberación de los detenidos de forma arbitraria, y solicitó reanudar la cooperación con la ONU.

En esa resolución se le orienta a la Alta Comisionada de los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, elaborar un informe y una actualización oral de la situación del país para septiembre de este año 2019.

Bachelet ya recorre la región buscando la información después del examen a Nicaragua y para ello llegó a Panamá, donde operan las oficinas de OACNUDH para Centroamérica. Una delegación de esa oficina vino a Nicaragua en 2018, pero fue expulsada por la dictadura a los pocos meses cuando emitió un informe que desnudaba la crudeza de la represión de los policías orteguistas y paramilitares de la dictadura contra la población civil.

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La Policía Orteguista fue el principal brazo de represión por parte de la dictadura.
LA PRENSA/O. Navarrete

“El mundo está juzgando a Ortega”

La Red Internacional de Derechos Humanos es una organización local en Ginebra, que lleva años monitoreando las graves violaciones de los derechos humanos en Nicaragua.

Su director, Ramón Muñoz Castro, dice categórico que “el mundo está juzgando al régimen de Nicaragua”.

“Muchos países de Europa, América Latina, Asia, insisten en el tema de derechos humanos, en la necesidad de que tanto la prensa como los defensores de derechos humanos puedan regresar, para ejercer sus funciones libremente, en establecer todas las garantías necesarias para la protección de la sociedad civil activa en materia de derechos humanos”, dice desde el propio Palacio de Naciones donde se ha evaluado a Nicaragua.

Ramón Muñoz Castro, de la Red Internacional de Derechos Humanos con sede en Ginebra, Suiza.

¿Qué le está diciendo el mundo al régimen de Nicaragua?

“Que Nicaragua debe ponerse al día con la rendición de informes ante los órganos de supervisión de tratados de derechos humanos que ha firmado, que debe permitir el ingreso de todos los relatores, que debe colaborar con la oficina de la Alta Comisionada, que se debe someter a la supervisión de las Naciones Unidas y el sistema interamericano, que es esencial para poder avanzar en estos temas porque son mecanismos que hacen recomendaciones muy importante y pueden ayudar al país a progresar”.

¿Y cómo está respondiendo la dictadura Ortega-Murillo al mundo?

Mi impresión es que hay un discurso negacionista de parte del Estado, hay una negación total de que existió una crisis o que existe una crisis de derechos humanos en Nicaragua, si ustedes lo oyeron como yo lo oí, de que hay libertad plena para el ejercicio de libertad de la prensa, de expresión, también afirmaron de manera muy sorprendente que jamás reprimieron una manifestación pacífica, lo que quiere decir que ellos consideran que la represión ejercida contra los manifestantes fue lícita complemente al decir que las manifestaciones eran violentas

Tampoco reconocen la existencia de presos políticos, tampoco reconocen que hay tortura, es decir, la negación total de todas las denuncias que tanto la CIDH como la ONU, como la sociedad civil nicaragüense, como la sociedad civil internacional que ha hecho visitas y ha hablado con las víctimas sobre la situación gravísima, como las embajadas que han informado desde sus sedes.

 

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