Aprovechando un amplio despliegue policial, seguidores del régimen de Daniel Ortega asediaron hasta lograr, con insultos y amenazas de agresión, disolver una protesta que sostuvieron matagalpinos en solidaridad con las madres cuyos hijos fueron asesinados durante las protestas. La manifestación también tuvo como objetivo exigir la liberación de todos los presos políticos.
Con banderas con el Escudo Nacional hacia abajo, en señal de auxilio, pancartas con los nombres de los matagalpinos asesinados, letreros exigiendo justicia y libertad, los manifestantes también gritaron diferentes consignas, recordando además a Eddy Antonio Montes Praslín, el reo político asesinado en la cárcel La Modelo el 16 de mayo.
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“Eddy no murió, el gobierno lo mató”, gritaban los manifestantes que realizaron un plantón en el atrio de la catedral San Pedro Apóstol, inmediatamente después de terminar la misa de Jueves Eucarístico en el principal templo católico de la ciudad.
Sin embargo, en la esquina suroeste de la iglesia, en la Plaza San Juan Pablo II, el oficialismo tenía una actividad y desde el control de audio comenzaron a sonar la canción conocida como “El comandante se queda” y, en menos de diez minutos, llegaron al menos seis patrullas llenas de agentes del Grupo de Intervención Rápida de la Policía Orteguista (PO) que inicialmente subieron al atrio.
Manifestantes se replegaron
Los manifestantes se replegaron hacia la puerta principal de la iglesia, mientras los policías descendieron las gradas, apostándose en la acera del templo mientras los simpatizantes orteguistas, sintiéndose “protegidos”, avanzaron por el sector suroeste del atrio, gritando insultos y también consignas en favor del orteguismo.
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Pero, las voces oficialistas fueron opacadas por la de los manifestantes que saltaban coreando: “el que no brinca es sapo”, antes de cantar a todo pulmón: “soy puro pinolero, nicaragüense por gracia de Dios”.
Así estuvieron varios minutos. Manifestantes gritando consignas y orteguistas intentando provocar, mientras los policías se mantenían en la acera, expectantes, con sus armas de guerra.
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Los simpatizantes del gobierno, incluyendo a mujeres con niños en brazos, avanzaron directamente contra los manifestantes, quienes tuvieron que refugiarse adentro de la iglesia, cerrando la puerta principal.
Minutos después, en señal de un supuesto “triunfo”, algunos orteguistas aprovecharon para tomarse fotos con una bandera roja y negra, en la entrada cerrada de la catedral, mientras los policías cruzaron la calle y se apostaron en la acera del Colegio Diocesano San Luis Gonzaga.