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Ahora si hubo fiesta. Noel Valdez finalmente fue liberado por la dictadura. LAPRENSA/ Luis Eduardo Martínez

Matagalpinos celebran liberación de presos políticos a los que esperaban desde el lunes

Chimbombas azules y blancas, banderas de Nicaragua y la foto de Eddy Montes Praslín, el matagalpino-estadounidense asesinado en la cárcel el 16 de mayo recién pasado, adornaban las casas de los presos políticos de Matagalpa.

Antes de las 7:00 a.m. de este martes 11 de junio, Arlen Prado estaba alistándose para viajar a las cárceles de La Modelo y visitar a su esposo, John Leonard Amort Paiz, cuando tocaron a la puerta en su casa en Matagalpa. Al abrir, fue sorprendida porque él estaba allí. Lo había llevado personal de Cruz Roja y su primera reacción fue gritar y correr hacia adentro.

“Creo que asusté a los señores de la Cruz Roja por los gritos que pegué”, dice todavía emocionada la mujer, mientras Amort, sonriente la interrumpe contando que “cuando ella pega el grito y sale corriendo, me dice el de la Cruz Roja: ‘¿qué le pasa?’ No, no se preocupe, anda trayendo las llaves”.

Fue instantes después que Prado volvió gritando: “aquí está John, aquí está John”. Abrió la verja y pudo abrazar a su esposo, uno de los cinco presos políticos matagalpinos excarcelados este martes.

Experiencias similares hubo en las casas de Noel Valdez Rodríguez, conocido como “Brack” —el seudónimo que usó en la Contra—; Abdul Montoya Vivas, Rogelio José Gámez Martínez y Omar Antonio Avilés Rocha; cuyos familiares tenían previsto viajar para visitarles en la cárcel.

Los cinco habían sido procesados por los sucesos del 11 de agosto de 2018, cuando una marcha de manifestantes exigía la liberación de presos políticos y, cerca de la Alcaldía de Matagalpa, fue atacada por simpatizantes del orteguismo. Durante ese incidente, fue asesinado Lenín Díaz Mendiola.

El arroz a la valenciana que iba a la cárcel, se comió en casa

Por las ubicaciones de sus casas, “Brack” fue el primero en llegar a su hogar. Su esposa Aydalina Rostrán había cocinado un arroz a la valenciana para llevarle a la cárcel y se disponía a salir con sus hijos de 18, 15, 13 y 5 años, cuando lo vieron llegar.

Omar Antonio Avilés sostiene una fotografía del presos político Eddy Montes. LA PRENSA/Luis E. Martínez

“Fue una sorpresa bien emotiva”, dice Aydalina, quien un día antes había quedado esperando la excarcelación de su esposo. De inmediato pusieron música en la casa adornada con la bandera de Nicaragua y los vecinos, amigos y otros familiares llegaban a recibirle como héroe, entre lágrimas, abrazos y vivas a Nicaragua. También acudieron otros presos políticos que habían sido excarcelados en ocasiones anteriores.

Lea: Detienen a cinco personas en Matagalpa tras la muerte de un hombre en marcha de autoconvocado.

Igual ocurrió en la casa de Montoya. Ahí adornaron con chimbombas azules y blancas, banderas de Nicaragua y la foto de Eddy Montes Praslín, el matagalpino-estadounidense asesinado en la cárcel el 16 de mayo recién pasado y que había sido propuesto como un testigo a favor de los cinco procesados por el caso de Díaz Mendiola.

Montoya, exdelegado departamental del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales en Matagalpa, durante los primeros años del nuevo régimen de Ortega, fue acusado como el autor directo de la muerte de Mendiola y debía cumplir una condena que expiraría en agosto de 2048.

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Familiares reciben a John Amort en su casa en Matagalpa. LA PRENSA/Luis E. Martínez

Doble rasero

Montoya y Gámez son exmilitares y el primero fungió como delegado departamental del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales en Matagalpa durante los primeros años del nuevo régimen de Daniel Ortega. Ambos coincidieron con Valdez y Avilés al contar los distintos tipos de torturas a los que fueron sometidos, principalmente cuando fueron “investigados” en las cárceles policiales de El Chipote.

“Me investigaron durante cinco noches seguidas y me sacaban tres veces por noche. Yo calculaba que eran a las 11:00 (p.m.); 1:00 (a.m.) y 3:00 (a.m.)… yo siempre les decía que soy autoconvocado”, refiere Montoya.

Por su parte, Valdez narró que, en El Chipote, “hay golpes y torturas de todo tipo, incluso amenazan con que van a violar a tus hijos y te dicen que ya los tienen allí, es algo angustiante”.

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Abdyl Montoya junto a sus familiares. LA PRENSA/Luis E. Martínez

Gámez, en tanto, relata que después de lo vivido en El Chipote, les tocó duro también en La Modelo, donde “me tuvieron en las celdas de máxima seguridad, en la llamada línea amarilla, donde se supone que están los que van a ser torturados a medianoche y como yo sabía lo que significa la línea amarilla, me sentí hombre muerto”.

“Cuando nos ingresaron a La Modelo, un funcionario de alto rango, dirigiéndose a nosotros dijo: ‘Abdul Montoya, Rogelio Gámez, ya sabemos y conocemos la capacidad de ustedes, pórtense bien para que no tengan problemas’. De entrada, nos amenazaron. Estuvimos juntos 9 días en la celda de castigo 004, pero después nos separaron en las celdas de máxima seguridad y todos los exmilitares tuvimos tratos distintos”, dice Gámez.

Además, cuenta el exmilitar Gámez, “entramos allí el 31 de agosto y hasta el 15 de octubre permitieron que nuestras familias supieran, porque negaban que estuviéramos allí. Mis tratamientos para la presión y el glaucoma no lo dejaban entrar y en el caso de la presión hasta el 15 de enero me comenzaron a dar la medicina que me llevaban de aquí”.

Las cosas fueron un tanto distintas en el caso de Amort, quien es diabético. El acceso a medicamentos “nunca me lo negaron, lo recibí por parte de mi esposa y recibí la asistencia médica de parte de ellos que me atendieron bien… tal vez porque creyeron que era americano (estadounidense), no sé si será por eso, pero tuve ese privilegio”.

Sin embargo, Amort coincide con los demás al detallar las condiciones inhumanas de las cárceles. “Vengo un poco llagado”, dice, indicando que debe buscar atención médica

Rogelio Gámez junto a sus familiares. LA PRENSA/Luis E. Martínez

“No podemos seguir viviendo esta pesadilla”

A pesar de la dolora experiencia vivida, Montoya asegura que “la lucha sigue y va a terminar hasta que saquemos a Daniel (Ortega) y a la ‘Chayo’ (Rosario Murillo) del poder para recuperar la libertad y democracia que es lo que Nicaragua necesita”.Por su parte, Gámez apunta que “no podemos seguir viviendo esta pesadilla, algo hay que hacer para acabarla.”

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