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En Letra Pequeña, Silvio Báez

Desde que tiraron a matar planeaban la amnistía

Algo falló en el plan: los presos nunca pidieron la amnistía para salir libres. La idea era que ellos la concedieran, no que la promovieran. Salir a promoverla era delatarse como los verdaderos criminales

Amnistía

No nos equivoquemos: desde que dieron la orden de tirar a matar, ya estaban pensando en la amnistía. No es cierto que esta amnistía nazca de la presión nacional o internacional que pesa sobre el régimen. Es una ley oportunista. La amnistía es parte de su mismo plan. Disparen a matar, fue lo primero. Apresen a los que puedan, fue después. Cúlpenlos de los muertos. Tortúrenlos. Enjuícienlos. Condénenlos. Provóquenles tanto dolor que sean ellos, los inocentes, quienes clamen por una amnistía, para, al final, salir nosotros, Daniel Ortega y Rosario Murillo, en nuestra magnanimidad, perdonándoles la vida.

Magos

La amnistía pretende ser un truco de prestidigitación. Quieren que nos fijemos solo en la liberación de los presos políticos para que pase desapercibido el verdadero truco del mago: limpiar de culpas a los criminales con vistas a un nuevo gobierno que ya siente venir. Tienen pesadillas con la justicia tocando a sus puertas.

Sepultureros

¡Claro que celebramos la libertad de los inocentes! En principio porque nunca debieron estar presos. En segundo lugar, porque en esas cárceles estaban muchos de las mejores personas que hay en este país. El cambio estaba ahí. Parodiando a Marx y Engels, en las mazmorras de Ortega se forjaron los sepultureros de su propio régimen. Los presos políticos están libres porque son inocentes. Cayeron presos, no porque fueran culpables, sino, precisamente, entre otras razones, para justificar la autoamnistía que sabían iba a necesitar desde que dieron la orden de disparar a matar a los otros inocentes.

Falla

Algo falló en el plan: los presos nunca pidieron la amnistía para salir libres. La idea era que ellos la concedieran, no que la promovieran. Salir a promoverla era delatarse como los verdaderos criminales. No tuvieron de otra más que salir con su “domingo siete” porque los tiempos se les están venciendo. Saben que viene un cambio de gobierno y no quieren dejar el poder con esa cola que los atrape.

Presos políticos

Estos presos están hechos de buena madera. Los secuestraron. Torturaron. Los condenaron a penas inverosímiles. Les amenazaron con sufrimientos inimaginables a ellos y a sus familiares. Quisieron comprarlos. Para que pidieran perdón por los delitos que no habían cometido. O para que la familia, con tal de verlos libres, aceptase, pidiese, la amnistía como la puerta de salida a su libertad. Nunca sucedió. El régimen tuvo que aprobar solo una amnistía que nadie le pidió. Nicaragua le debe mucho a estos hombres y mujeres dignos y valientes que salen de las cárceles vistiendo orgullosos sus trajes de preso y con el puño en alto desafiando a sus verdugos.

Justicia

Aquí el problema de fondo es la justicia. El régimen está buscando como sortear este asunto. Hablan de 21 policías muertos como si fuesen la totalidad de las víctimas. Hablan de Bismarck Martínez como si fue el único secuestrado y asesinado. La cosa no es así. Hablemos de justicia pareja. Que se investigue crimen por crimen, y se castigue culpable por culpable, a ver de a cuánto le toca a cada quien.

Investigación

Obviamente, hablamos una investigación profesional y supervisada por terceros expertos en el tema. No pueden los principales sospechosos ser también los encargados de impartir justicia. No se trata de que salgan libres los nuestros y caigan presos los de ellos. Se trata de que salgan libres los inocentes y entren a la cárcel los culpables. Que entre quien haya asesinado a Bismarck Martínez, pero también los que asesinaron a Alvarito Conrado, Marcelo Mayorga, Sandor Dolmus, Junior Gaitán, el bebé Teyler Lorío, Richar Pavón, Ángel Gahona, Kevin Dávila y así por más de 300 nombres. No es impunidad lo que necesita este país parta tener paz y seguir adelante. Es justicia.

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