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Eduardo Cuba Gadea, Jinotega, barrio Sandino

LA PRENSA/Reproducción web

Joven autoconvocado sobrevive lavando ropa a otros reos en La Modelo

Eduardo José Cuba Gadea estuvo en el tranque del barrio Sandino en Jinotega y mediante juicio viciado lo condenaron a cuatro años y seis meses por supuesto robo agravado

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Aura Johana Gadea García, de 48 años, madre del preso político Eduardo José Cuba Gadea, de 19 años, venció el miedo y decidió por fin denunciar el caso de su primogénito, quien tiene 10 meses y 18 días preso de forma injusta en el Sistema Penitenciario Nacional Jorge Navarro en Tipitapa por haber protestado contra el régimen de Daniel Ortega. Actualmente no está en ninguna lista de la Alianza Cívica ni del Comité de Presos Políticos.

El delito de Cuba fue haber participado en las barricadas del barrio Sandino en Jinotega durante la insurrección de abril de 2018 y haberse negado a ‘quemar’ o delatar a otros jóvenes que participaron en la protesta contra el régimen orteguista.

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“Mi hijo ha sufrido mucho en esas cárceles por mi miedo a denunciar, porque existen amenazas de quema de casa, pero ya no aguanto. Los muchachos (presos políticos) del Sandino (barrio) que acaban de salir me dijeron que sufre mucho, porque yo no tengo dinero para llevarle comida y tiene que lavar ropa a otros reos para que le den comida”, dijo Gadea.

Cuba fue secuestrado el 27 de julio en el barrio Carlos Rizo, en horas del mediodía por la policía orteguista, cuando este andaba almorzando en la casa de su abuela. La captura fue cinco días después que la policía junto a paramilitares levantaran con violencia las últimas barricadas del barrio Sandino en Jinotega el 23 de julio de 2018.

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“Lo único que dijeron es que se había robado una moto en Managua y les pregunté ¿cómo, si él no va a Managua, trabaja como mecánico aquí en Jinotega?”, dijo la madre apesarada.

El joven fue capturado cuando aún tenía 18 años, cursaba tercer y cuarto grado de primaria por la noche, mediante la modalidad multigrado y en el día era ayudante de un taller de mecánica. “Mi hijo tuvo que salirse de estudiar desde muy pequeño porque yo caí en crisis de lupus y no podía salir a trabajar y soy madre soltera. Mi hijo abnegado se metió a aprender mecánica para llevar la comida a la casa para mí y sus dos hermanitos, él es mi único apoyo y se lo llevaron”, dijo la mamá.

Vejámenes legales

En una más de las inverosímiles historias del Ministerio Público, acusaron a Cuba de robarse una moto junto a Yader Palacios Blandón, quien misteriosamente no ha sido arrestado y vive en Managua; el 27 de julio de 2018 a eso de las 7:50 de la mañana, mismo día que lo capturaron en Jinotega.

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El supuesto robo fue en el sector de la colonia 10 de Junio, cuando presuntamente la víctima Abner Largaespada Suárez viajaba a bordo de la moto placa M156-495 junto a su esposa y supuestamente Yader Palacios quien viajaba en otra moto, lo interceptó y lo apuntó con una pistola para que le diera la moto.

Cuba quien presuntamente iba de acompañante se bajó y empujó a la víctima para que se bajara de la moto y se la llevó.

“Pasé una semana sin saber de él. Mi hijo prestó un teléfono y me dijo que estaba en el Distrito Siete de la policía de Managua, que lo habían trasladado a las cuatro de la madrugada. Presté dinero y me fui allá. Contraté a un abogado que me robó 2 mil córdobas y me decía que era mejor que lo trataran como robo común y no como político porque de lo contrario no saldría de la cárcel”, relató la madre.

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Ese día Cuba le contó a su mamá que lo habían llegado a reconocer unas personas y que los mismos policías les dijeron:”- vos decís que es él”. La familia de Gadea la dejó sola, comenta, le dijeron -que nadie le había dicho a Eduardo que se metiera en esas protestas y que lo resolviera sola-.

“Esto es en desquite (venganza) porque dos días antes una comisionada investigadora de Jinotega mandó a decirle a mi hijo que llegara de decir quiénes andaban en los tranques y que le iba a pagar y él dijo ni que me paguen voy a hablar”, contó Gadea.

La moto supuestamente robada fue recuperada el mismo día porque un hombre desconocido la entregó a Cuba, con pretexto que le revisara el sistema eléctrico, el hombre jamás volvió a aparecer. El muchacho contó lo sucedido, pero aún así se lo llevaron.

El 31 de julio fue llevado a los juzgados y le realizaron la audiencia preliminar donde ordenaron prisión preventiva. “Ese día vi al hombre que me lo acusa y me pidió 1,500 dólares, yo le dije y de dónde voy a sacar eso, -entonces se lo voy a hundir-”, me contestó.

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La audiencia inicial fue el 8 de agosto y le asignaron una defensora pública. Fue enviado a juicio en el Juzgado primero Distrito Penal de Juicio de Managua, ante la juez Irma Laguna. “Yo como no se nada de eso y mi hijo decía que lo entrevistaban a cada rato, lo golpeaban y lo amenazaban , yo le dije echáte la culpa hijo para que no te sigan haciendo nada. Además la abogada pública me dijo, aquí no hay testigos, se va a procesar y punto, entonces no tenía esperanza”, dijo Gadea.

El juicio inició el 27 de agosto, luego fue reprogramado para el 23 de octubre, pasaron a declarar cuatro policías y la esposa de la supuesta víctima. Ese día la defensora pública María Magdalena Torres Cortez, pidió la palabra a la juez y le dijo que realizaría una petición de derecho, según se lee en el acta de audiencia de juicio.

Se trataba que Cuba admitiría los hechos, pero estos deben ser de libre y espontánea voluntad y la juez debe comprobarlo antes de darle legalidad. Las palabras del joven autoconvocado según acta de juicio fue: “admitó los hechos, el 27 de julio se dio el robo, pero el robo lo hicieron otras personas, no yo, a mi me dieron la moto para que la llevara a reparar”, dijo.

Inmediatamente, la fiscal Kruchesca Durán interrumpió la palabra y dijo que el acusado debía admitir a como dice la acusación del Ministerio Público y la judicial simplemente aceptó que el muchacho volviera a repetir “admito los hechos a como los acusa el Ministerio Público”, faltando a su función de garante, lo declaró culpable.

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La Fiscal Durán, la defensa y la juez sabiendo que esa admisión no cumplió requisitos legales, continuaron con el juicio y pasaron al debate de la pena, donde la fiscal pidió pena máxima de siete años de cárcel.

El 26 de octubre la judicial dictó sentencia donde condenó a Eduardo Cuba Gadea a cuatro años y seis meses de prisión por robo con intimidación agravado, pero fue hasta el 10 de enero de 2019, que las secretarias del Juzgado Primero Distrito Penal de Juicio de Managua, Jessica Tamara Salinas Hidalgo y Mireya Cruz Pereira fueron a notificarle la sentencia al autoconvocado hasta el Sistema Penitenciario Nacional Jorge Navarro.

Tribunal confirma ilegalidades

La defensora pública María Magdalena Torres Cortez, apeló la sentencia por errónea aplicación de la circunstancias agravantes, que le subieron la pena a Eduardo Cuba Gadea, pues ella alegó que no tenía antecedentes penales, era menor de 21 años de edad y que admitió hechos, pero al parecer no fueron tomados en cuenta.

La Sala Penal Dos del Tribunal de Apelaciones de Managua conformada por la magistrada Ingrid Lazo, como ponente, Martha Quezada y Noel Napoleón Pereira como miembros, confirmaron la sentencia de primera instancia y la notificaron el 7 de junio, enviando el expediente a Ordice, para que le asignen Juzgado de Ejecución de Sentencia.

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Eduardo José Cuba Gadea, guarda prisión en la Galería Uno baja, celda 49, junto a reos comunes a quienes a algunos les lava ropa para que le den comida, pues en 10 meses y 20 días de estar preso su mamá Aura Johana Gadea García, quien padece lupus y tiene muchas carencias económicas, solo ha podido visitarlo en tres ocasiones en el Sistema Penitenciario Jorge Navarro.

“Mi hijo no tiene nada ahí adentro, solo él, vive ayudando a los otros presos para ganar un poquito de comida o les lava la ropa”, dijo la mamá.

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