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Subprocurador de derechos humanos Adolfo José Jarquín Ortel. CORTESÍA

Adolfo Jarquín Ortel, el subprocurador de Derechos Humanos que se dedica a defender a Daniel Ortega

Llegó al cargo de subprocurador por defender a Arnoldo Alemán y ahora inunda sus redes sociales de propaganda política del FSLN y alabanzas a Daniel Ortega. Esta es su historia

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Su rostro severamente adusto no pareciera reñirse con el torcido humor político con que bromea en sus dos cuentas de redes sociales: Facebook y Twitter. El subprocurador de derechos humanos y miembro de la Comisión Porras, Adolfo Jarquín Ortel comparte desde sus cuentas fotos, enlaces y frases que desbordan propaganda partidaria del Frente Sandinista y del dictador Daniel Ortega y Rosario Murillo.

En su cuenta en Facebook con 819 amigos y la de Twitter, con 330 seguidores, no hay cabida para la pluralidad política que su cargo de funcionario público demanda para la sensibilidad del tema por el que le pagan los nicaragüenses: la defensa de los derechos humanos.

Jarquín Ortel se dedica a compartir propaganda del régimen orteguista a pesar de que la Ley de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos establece que su cargo es incompatible, entre otros, con “el ejercicio de actividades de propaganda política”.

El 23 de junio de este año, cuando se celebra en Nicaragua el día de los padres y el orteguismo rinde honores a su héroe Carlos Fonseca Amador, Jarquín Ortel compartió en Facebook 152 posts de Daniel Ortega y Rosario Murillo, 25  sobre Fonseca y 12 imágenes celebrando el cumpleaños número 68 de Murillo.

En uno de los post, que dice algo de su inoportuno humor político, el subprocurador de derechos humanos comparte una imagen donde aparece el dictador con un mensaje del día del padre nicaragüense: “Saluden a sus padres, puchitos”. Ese mismo día, compartió una foto que decía: “Hoy es el día de los Padres y los puchitos lo saben”. La foto es de Ortega y el comisionado general Ramón Avellán, señalado de cometer abusos de derechos humanos en Masaya, según el informe de 2018 del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI).

En sus redes, Jarquín Ortel comparte poco de su historia personal. Empleo actual: subprocurador de Derechos Humanos de Nicaragua, vive en Managua, oriundo de Puerto Cabezas, estudiante del Instituto Nacional Ramírez Goyena y consultor en una oficina de Derecho que lleva sus iniciales como razón social, AJ Consultoría S.A.

Su pasado político

Lo que no hay en sus cuentas es rastro de su pasado político. De los años 80, cuando era socialdemócrata o de los 90 y 2000, cuando asomó al mundo de los derechos humanos a través de la defensa ardorosa del entonces expresidente Arnoldo Alemán, quien estuvo preso por actos de corrupción.

¿Cómo llegó allí este polémico personaje público que alegremente publica sus fotos colocando flores en el mausoleo del símbolo sandinista entre banderas rojinegras y mensajes amorosos hacia la pareja dictatorial de Nicaragua?

Vilma Núñez de Escorcia, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, recuerda que gracias al pacto político entre Daniel Ortega y el expresidente Arnoldo Alemán, en junio de 1999 se eligieron los primeros dos cargos públicos de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, que tanto el Cenidh como otras organizaciones de derechos humanos y países europeos venían impulsando desde 1995.

Los primeros en el cargo fueron el diputado Benjamín Pérez, propuesto por su Partido Liberal Constitucional (PLC) y el profesor Julián Corrales, exviceministro sandinista de los años ochenta propuesto por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

Luego, recuerda Núñez, la Asamblea Nacional dominada por liberales y sandinistas, en 2004, siempre bajo los acuerdos del pacto Ortega-Alemán en el cual se repartían los cargos públicos por igual, eligió como procurador al exguerrillero sandinista Omar Cabezas y al diputado liberal suplente Adolfo Jarquín Ortel.

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El binomio político al frente de los derechos humanos no tardó mucho en chocar y por largos cuatro años Adolfo Jarquín Ortel se volvió asiduo visitante del Cenidh y otras organizaciones de derechos humanos independientes, a donde llegaba a denunciar el trato denigrante, humillante y abusivo del procurador Cabezas, a quien acusaba de manejar la institución como “un cuartel militar”, de despedir a personal profesional para colocar sus fichas de exguerrilleros, militares en retiro o sindicalistas y de no brindar informes claros del manejo de los recursos públicos.

“Desde su nacimiento, al amparo del pacto político entre el FSLN y el PLC, la Procuraduría de Derechos Humanos nació muerta en su espíritu, así que no me extraña nada que este señor (Jarquín Ortel) o la otra señora (la sindicalista sandinista Corina Centeno) ocupen sus cargos como miembros de un partido y no como defensores de los derechos de todos los nicaragüenses”, dice Núñez, quien nunca se pudo explicar cómo Jarquín Ortel reunió méritos para el cargo que ocupa desde 15 años.

Omar Cabezas cuando fue juramentado junto al actual subprocurador de Derechos Humanos, Alfonso Jarquín Ortel.

Fue socialdemócrata primero, liberal después y ahora sandinista 

Quien sí conoce el transfondo del ascenso de Jarquín Ortel es el ex diputado liberal Eliseo Núñez Morales, quien pertenecía al PLC cuando se dio la postulación. Según Núñez, Jarquín Ortel había llegado al PLC a mediados de los años 90 cuando Alemán controlaba el país; para entonces había abandonado su antiguo Partido Social Demócrata “y pronto se hizo tan o más liberal que Alemán”.

Al salir Alemán del poder en 2001 y destaparse toda la corrupción de su administración que lo llevaron a la cárcel, el PLC organizó una estructura para tratar de rescatar al convicto de la cárcel y ahí nació el Comité de Defensa de los Derechos Humanos y Justicia para Arnoldo Alemán, presidido por Jarquín Ortel y dirigido por María Fernanda Flores, esposa del expresidente.

Gracias a su ardorosa defensa de Alemán, recuerda Núñez, fue que se propuso en 2004 a Jarquín Ortel al cargo de subprocurador y desde entonces sigue ahí contra viento y marea.

Cuando el 5 de noviembre de 2010 se le venció su período para el que fue nombrado por la Asamblea Nacional como subprocurador de Derechos Humanos, Jarquín Ortel no se fue a su casa sino que se atrincheró en su oficina en la  Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PPDDH), para retomar el cargo, amparado en un decreto de Daniel Ortega que prorrogó inconstitucionalmente a los funcionarios en sus cargos.

Dos meses antes Jarquín Ortel, cuando aún hablaba con los medios independientes, dijo a LA PRENSA que sometía a la decisión del PLC, en el cual militaba, el futuro de su cargo; su partido le dijo que decidiera a conciencia pero le aconsejó dejar el cargo, consejo que él desechó y abandonó la bandera roja del liberalismo.

Debería ser destituido

Para Eliseo Núñez, si en Nicaragua se respetara la Constitución Política, Adolfo Jarquín Ortel ya hubiera sido destituido por violar flagrantemente la Ley 212, Ley de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos.

El exdiputado cita que el artículo 16 de la Ley 212, establece que los cargos de Procurador, Subprocurador y Procuradores Especiales son incompatibles, entre otros, “con el desempeño de funciones en directivas nacionales, departamentales o municipales de partidos políticos y el ejercicio de actividades de propaganda política. La participación notoria dentro de un partido político, si lo fueren, deberán cesar en sus funciones partidarias al ser electos”.


Para Vilma Núñez, la presencia digital del subprocurador refleja fielmente la crisis de esa institución y la deplorable imagen que a nivel interno e internacional se ha forjado la Procuraduría de Derechos Humanos por su subordinación absoluta al Orteguismo.

Seña de ello, recalca Núñez, es el proceso internacional que desde 2017 viene gestando la Alianza Global de Instituciones Nacionales para la Promoción y la Protección de los Derechos Humanos, desde el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, para degradar la categoría de “defensor de derechos humanos independientes” de la institución nicaragüense.

Ramón Muñoz Castro, director de la Red Internacional de Derechos Humanos con sede en Ginebra, dijo a LA PRENSA a inicios de junio que la institución había perdido toda la confianza y credibilidad ante los defensores del mundo representados ante las Naciones Unidas.  Y sobre Jarquín Ortel aseguró: “Vino dos veces a Ginebra, a hablar ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el subprocurador Adolfo Jarquín Ortel, y se presentó ante el mundo como delegado del Gobierno de Ortega”.

“Su misión constitucional no es agitar banderas partidarias, es la promoción y la defensa de los derechos humanos de todos los nicaragüenses”, dice Vilma Núñez, pero nada de eso figura en sus redes sociales ahora y quien predomina en el contenido de sus publicaciones es el FSLN y las dos figuras de ese partido: Ortega y Murillo.

Allá, en muy pocas publicaciones, Jarquín Ortel deja ver algunos de sus gustos: conspiraciones rusas sobre los atentados a las Torres Gemelas de Estados Unidos, figuras de deportes mundiales, viejos actores de cine y nuevas cantantes y actrices de Hollywood, muchas imágenes de santos, vírgenes y oraciones cristianas y últimamente publicaciones científicas sobre tratamientos exitosos contra el cáncer.

 

 

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