Hace 40 años, cientos de personas lucharon y murieron por un futuro sin dictaduras en Nicaragua, sin saber que estaban imponiendo otra “dictadura despiadada”. Esto es lo que piensa el político opositor Moisés Hassan, al conmemorarse, el pasado 27 de junio, 40 años del repliegue táctico a Masaya, del que él es uno de los líderes sobrevivientes.
“En el repliegue murieron una cantidad de gente que estaba jugándose el pellejo para sacar a la dictadura somocista, pero nunca se les ocurrió que con sus muertes iban a ayudar a poner otra dictadura despiadada”, dijo Hassan.
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El repliegue representa uno de los momentos históricos de la lucha contra la dictadura de la familia Somoza, cuando pobladores de los barrios orientales de Managua y combatientes sandinistas intentaban escapar del ataque terrestre y aéreo de la Guardia Nacional, el 27 de junio de 1979. Cientos murieron en ese recorrido hacia Masaya, principalmente por los ataques aéreos.
Ruta original del repliegue
La ruta original del repliegue fue desde los barrios orientales de Managua, que estaban en insurrección, hasta Masaya, la ciudad que ya había sido tomada por los guerrilleros del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Cientos de personas fueron asesinadas en ese recorrido.
En los últimos años, el Gobierno sandinista ha realizado la réplica del repliegue en diferentes fechas y saliendo de diferentes puntos de Managua, pero siempre hasta Masaya. No obstante, lo más criticado por los sandinistas que participaron en el repliegue original y que actualmente son disidentes del FSLN es el “bacanal de guaro y bailes” con que se conmemora esta fecha, encabezada por Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, actualmente gobernantes del país.
“Lo que ha venido ocurriendo año con año es un bacanal en el que se bebe guaro. En aquel entonces cayeron centenares de personas bajo el fuego de la Guardia, ahora los únicos caídos son los que caen por efectos del lícor”, dijo Hassan.
El año pasado, en plena crisis por la represión, el dictador Daniel Ortega hizo el recorrido hacia Masaya, aunque esa ciudad había sufrido los ataques más crueles de la Policía y paramilitares.