Una de las tendencias marcadas que existen en algunas organizaciones es la viciosa simplificación de los hallazgos provenientes de una investigación de accidente industrial. Probablemente la sobre simplificación más grande —con certeza— es aquella de miniaturizar el proceso de investigación y análisis del percance, degradándolo a un mero ejercicio de “bola pasada”, el cual, de antemano, va a dar como resultado la proverbial, pero a la vez ridícula conclusión: el evento fue causado por un acto y/o condición insegura.
En realidad, lo que comúnmente se denomina un accidente industrial en una empresa con orientación profesional —a diferencia de un percance vulgar acontecido a cualquier organización sin normativas o regulaciones mínimas de seguridad— se origina en diversas fallas de control operacional.
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Citaré algunas de ellas con el fin de ilustrar que la superficialidad en las investigaciones no solamente es contraproducente, sino muy peligrosa, puesto que promueve la repetición de los mismos factores y circunstancias en que ocurrió el evento original.
Falla en proveer recursos /presupuestación suficientes para administrar prudencialmente las operaciones.
Ausencia de evaluaciones de riesgo independientes, decantándose más bien por aquellas efectuadas internamente, en forma empírica y por personal con cualificaciones inadecuadas.
Competencias y adecuación técnica del personal en necesidad de mejora.
Filosofía de mantenimiento “al fallo”, o bien, ausencia de una estrategia basada en el riesgo potencial de la instalación.
Carencia de Manejo / Gestión del Cambio como método normado para evaluar riesgos ante las modificaciones en procesos, herramientas, personal crítico, equipos, dispositivos, entre otros.
Políticas inadecuadas de adquisiciones de equipos, materiales, maquinaria y dispositivos de ingeniería, proceso que frecuentemente se hace en desconexión o desviación de los requerimientos de seguridad.
Sistemas inapropiados para la evaluación de riesgos: aquí hay varios sub-factores, tales como la forma de organización del trabajo, la capacitación y entrenamiento específico del personal, el involucramiento de los colaboradores, la información provista para quienes participan en las tareas de riesgo, inspecciones y verificaciones, entre otros.
Proceso diminuto de investigación y análisis de incidentes: incluye no solamente el Alcance de estos procesos, sino la conformación o configuración que la gerencia decide sobre el equipo de investigación. Este desarrollo es muy sensitivo a los conflictos de interés, como cuando el equipo de investigación involucra al propio supervisor del área o a la misma gerencia donde aconteció el percance, por lo cual será virtualmente imposible alcanzar resultados independientes y confiables que puedan ser suficientemente críticos del estatus quo.
Calidad del personal tercero o contratistas: este es un factor que tiene una importancia creciente en las operaciones de una gran mayoría de empresas, puesto que existe una inclinación a contratar este tipo de personal por el principio de especialidad, o bien, para no incurrir en las cargas sociales que conlleva una plantilla propia. No obstante, algunas organizaciones contratan bajo el esquema de mínimo costo o sin utilizar un sistema robusto de acreditación de contratistas, por lo cual, se utiliza una mano de obra que puede estar sujeta a omisiones o acciones que puedan poner en peligro a este personal y la operación misma de la contratante.
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Sistemas deficientes de respuesta ante la emergencia: estos tienen una extraña maldición, que nadie les pone atención crítica sino hasta que ocurre un evento potencialmente catastrófico. El descuido, las inspecciones cosméticas y la falta de inversión, han causado eventos que terminan con la vida de la instalación, como aconteció hace pocos días con el siniestro de la refinería de Energy Solutions en Filadelfia.
Cumplimiento regulatorio inadecuado: algunas organizaciones se enfocan en legislación simplista de un alcance reducido, evitando revisar, verificar, cerrar brechas en relación con los estándares internacionales que le aplican a su proceso productivo. Se debe buscar cumplir con los niveles más elevados de integridad operacional internacional.
Medición de desempeño: algunas gerencias miden su actuación en seguridad basadas únicamente en índices de frecuencia y severidad, lo cual es notoriamente anacrónico, ya que no incluyen lo que son los indicadores de liderazgo, que son los que verdaderamente tienen valor predictivo para la organización.
*El autor es director ejecutivo de Cambio Cultural Consultores