Tras 11 años de reformas y transformación, el Puerto Salvador Allende, una de las pocas zonas turísticas de Managua, tendrá una nueva imagen, en un intento por revitalizar el destino afectado afectado por la crisis económica. Del bolsillo de los nicaragüenses saldrán dos millones de córdobas para modernizar las entradas del sitio, informó el presidente de la Empresa Portuaria de Nicaragua (EPN), Virgilio Silva, a medios oficialistas.
La inversión, que se comenzará a ejecutar en los próximos días, se desarrollará en momentos que dicho sitio turístico está siendo afectado por la caída del consumo nacional, como consecuencia de la recesión económica que se derivó tras el estallido de la crisis política en Nicaragua el pasado 18 de abril. Es por ello que la EPN anunció nuevas obras, que abarcan desempolvar viejas promesas que datan desde el 2013.
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“Vamos a poner una fuente a colores, vamos a remodelar totalmente y va a quedar muy lindo”, dijo en declaraciones a medios oficialistas, el presidente de EPN, entidad que al igual que el resto de instituciones del Estado tiene vetada la información a LA PRENSA.
En la maqueta del proyecto se observa que se modernizarán las entradas, con un nuevo entechado para el acceso vehicular y peatonal.
Además se planea que un microbús comience a movilizar turistas extranjeros de los distintos hoteles de Managua hacia el lugar en horas de la noche, precisó, sin dar mayores detalles.
Una piscina y más restaurantes
El 26 de junio, durante la celebración de los 11 años del Puerto Salvador Allende, Silva anunció que también se contempla construir una piscina en el lugar, así como nuevos restaurantes chilenos y argentinos. Igualmente informó que el próximo 15 de julio está programada la visita de un inversionista de la India que planea la construcción de un hotel cinco estrellas en el sitio. El funcionario no dio más detalles sobre la obra hotelera, según información publicada por el oficialista 19 digital.
Esta no es la primera vez que el Gobierno aspira a impulsar la construcción de hoteles a orillas del Lago Xolotlán, en Managua. Desde enero del 2012, la Portuaria prometió el desarrollo de obras hoteleras en la terminal lacustre, así como un restaurante flotante en las contaminadas aguas del lago.
Esas ambiciosas obras se desarrollarían en una tercera etapa del proyecto de transformación del Salvador Allende, sin embargo actualmente ya va por la fase cuatro y aún no se logra concretar esa promesa. Inclusive en abril del 2014, la Portuaria anunció una inversión de 35 millones de dólares, para desarrollar obras relacionadas, además de un hotel, con un centro comercial, un parque acuático, una marina y un centro de convenciones.
En ese entonces se informó que la obra sería ejecutada en conjunto con inversionistas árabes y que ya se tenían listos los prediseños. Solo el Centro de Convenciones iba a tener una capacidad de 1,500 personas. Mientras que el centro comercial tendrá una extensión de unos 5,000 metros cuadrados. Sería de dos plantas y tendría salas de cine, supermercados, farmacias, tiendas y restaurantes de comida rápida.
Hasta ahora en la zona se levantan, además de los paseos peatonales y una amplia red de restaurantes, un pequeño parque acuático, así como un área de museos que son visitados por los managua. Del total de los 35 millones de dólares, se desconoce cuánto realmente han sido ejecutados desde el 2014.
Visitado por pocos turistas extranjeros
El puerto Salvador Allende es visitado principalmente por nicaragüenses. Los números del Instituto Nicaragüense de Turismo (Intur) reflejan que del total de turistas extranjeros que llegan cada año menos del tres por ciento tiene entre sus destinados visitados el puerto.
En el 2017, por ejemplo, solo el dos por ciento de los viajeros extranjeros visitó el puerto, por debajo del 2.9 por ciento que lo hizo en el 2016.
Golpeado por la crisis
La actual crisis política que ha provocado una caída en el consumo nacional, como consecuencia de un mayor desempleo, afecte dicho destino turístico, donde varios restaurantes han cesado su operación, según constató LA PRENSA en un recorrido realizado casi a finales de febrero de este año.
En el lugar se observaron locales medio llenos, con dueños que tenían problemas de pago del canon de arriendo.