Excancilleres consideraron que para Nicaragua no representa beneficio económico la designación de representantes en países de Medio Oriente, por lo que tenerlos respondería más a la obsesión del dictador Daniel Ortega en hacer alianzas políticas con esos gobiernos para ver qué negocios personales y políticos puede generar.
Ortega nombró al libio Mohamed Farrara Lasthar embajador en Kuwait, Egipto y Emiratos Árabes, y al jordano Mazen Othman Al Khuffash en Palestina. Ambos fueron nacionalizados nicaragüenses por el gobierno sandinista antes de entregar el poder en 1990.
Lasthar es sobrino del fallecido dictador de Libia, Muamar Gadafi, quien fue aliado de Ortega en la década de los ochenta.
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El excanciller Francisco Aguirre Sacas analiza que la decisión del régimen de tener embajadas en Medio Oriente sería porque Ortega “siempre ha buscado a los países no alineados por razones ideológicas, por lo que debe darle satisfacción personal”.
Los anteriores gobiernos no vieron conveniencia de tener embajadas en Kuwait, Palestina, Egipto, Emiratos Árabes u otros de Medio Oriente porque, según los excancilleres Aguirre y Norman Caldera, el gasto no generaría réditos económicos importantes para Nicaragua porque no es un mercado que demanda productos locales.
Aguirre calculó que puede costar unos 250 mil dólares al año mantener una embajada en esos países, por el gasto “del salario del embajador y su personal, vivienda, oficina, viajes, representación”.
Aguirre y Caldera coincidieron en que las prioridades eran las relaciones con Estados Unidos, los países de Mesoamérica, Europa Occidental, Japón, Corea y Taiwán por razones económicas, como fuentes de ayuda y comercio. El excanciller Caldera refirió que si en algún momento se requirió gestiones en Medio Oriente se recurría a un embajador nombrado en otro país o en Naciones Unidas.
¿A promover el Canal?
De acuerdo con reportes de medios oficialistas, entre 2014 y 2015 el libio Mohamed Farrara Lasthar y el jordano Mazen Othman Al Khuffash tenían la misión de promover el Canal Interoceánico, el proyecto faraónico que Daniel Ortega ofreció para sacar de la pobreza a los nicaragüenses, pero que fracasó.
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En junio del 2015, según registros, el diputado orteguista Edwin Castro se reunió con Othman y afirmó que “Kuwait no solo está interesado en el Canal Interoceánico, también le interesa aumentar las relaciones comerciales y productivas” con el país. Othman era primer secretario de la embajada en Kuwait