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Lucía Pineda, presos políticos

Ubau fue liberada el pasado 11 de junio junto a Miguel Mora, dueño del Canal 100% Noticias. LA PRENSA/ARCHIVO

Lucía Pineda Ubau: “El Gobierno tiene que devolvernos el Canal”

Hoy mira el futuro con optimismo y ya está pensando en cómo volver a ejercer el periodismo. Así vivió la cárcel la presa política a la que le impusieron el código AJ04

Su nombre completo es Lucía Agustina Pineda Ubau. Nació el 8 de septiembre de 1973, en San Carlos, Río San Juan. Acaba de ser galardonada con el premio internacional Coraje en Periodismo 2019 que entrega la Fundación Internacional de Mujeres Periodistas (IWMF, por sus siglas en inglés).

La noche del 21 de diciembre de 2018, la Policía Orteguista entró a las instalaciones del canal de televisión 100% Noticias, y secuestró a su director Miguel Mora y a su jefa de prensa Lucía Pineda. Asegura que siempre tuvo fe en que iba a ser liberada.

Al momento de ofrecer esta entrevista se encuentra en San José, Costa Rica, rodeada de su familia y en constantes chequeos médicos tras casi seis meses primero en las antiguas instalaciones de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), mejor conocidas como el Chipote y luego en la cárcel de mujeres La Esperanza.

“Esto es lo más duro que me ha pasado”, asegura en esta entrevista en donde recuerda con exactitud muchos detalles desde que fue secuestrada hasta su liberación el pasado 11 de junio. Hoy mira el futuro con optimismo y ya está pensando en cómo volver a ejercer el oficio de informar. Así vivió la cárcel la presa política a la que le impusieron el código AJ04.

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¿Cómo fue el día que entró la Policía a 100% Noticias?

Ese día, eran aproximadamente las nueve de la noche, había terminado mis labores. Subimos al segundo piso. Estábamos viviendo prácticamente en el canal. Teníamos como 20 días ahí y le dije a Miguel Mora: “Hola ya vine de trabajar”. Puse mi bolso y Miguel me dijo que la semana había sido dura. Le contesté que fue muy cansada. Ese día fue lo del GIEI, con su informe. Miguel me dijo que algo tiene que pasar, dándome a entender que esto se tenía que terminar, y en eso cuando él terminó de decir eso salen los mensajes del WhatsApp de la gente, diciéndonos que el Canal no está en el cable.

Verónica me llamó pegando gritos avisándome de que la Policía estaba entrando al edificio del Canal, entonces colgué y le dije al controlista vamos de última hora y fue en ese momento que todos escucharon que la Policía estaba ingresando y que había paramilitares afuera.

¿Cómo fue el momento de su captura?

Terminando de informar que la Policía había entrado, yo trato de subir unas escaleras que están en el estudio y que van a las oficinas de Miguel; voy con el teléfono ya lista para filmar, pero en eso escucho que un policía está abriendo la puerta. Yo bajé y me escondí debajo de las escaleras no pude filmar. Desde la escalera escondida observo que ya está adentro el jefe de Auxilio Judicial, estaba en máster haciendo desconexiones. Sacaron al controlista y anduvieron en el estudio, las luces están apagadas eso facilitó que no me vieran y desde ahí mandé mi último reporte, que habían ingresado y la Policía tenía prácticamente tomado el canal y cuando escuché ruido del segundo piso, estaban quebrando los vidrios, entonces decidí salir. Ya fuera de las escaleras un policía me alumbra y yo le digo “hola” y me dice “hola” e inmediatamente me condujo para afuera. Cuando iba por el pasillo de redacción yo miré a un civil armado. Era un paramilitar.

¿Adónde la llevaron?

Un policía dijo que las mujeres íbamos para nuestras casas y me preguntaron dónde es mi casa. Yo les digo que en mi casa no hay nadie, entonces la Verónica dijo que me dejaran en su casa. Arranca la patrulla y nos llevan a la casa de ella y quedamos en la entrada del residencial. La patrulla se detuvo y recibieron una orden de regresarse y nos llevaron al Chipote.

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¿Y fue entonces cuando miró a Miguel Mora?

Sí, a mí me bajaron y a Verónica la tuvieron retenida más de dos horas. Entrando yo al Chipote observo en las celdas preventivas a Miguel, el chofer en otra, el controlista en otra, y estaba una vacía, son unas jaulitas y vi a Miguel que estaba todo golpeado y me pregunta por la Vero, le dije que no se preocupara que la iban a dejar en libertad. Cuando yo estaba en la celda le dije que por lo menos cerramos con broche de oro, logré informar que nos estaban llevando presos y se puso a reír y me dijo que yo era valiente. Cruzamos palabras y después es que comenzaron los interrogatorios.

El día de su liberación se entero de que la iban a excarcelar hasta que miró que las demás presas políticas iban con ella en el microbus. LA PRENSA/Archivo

¿Cuántas veces la interrogaron esa noche?

Como cuatro veces, entre la noche y la madrugada. Hasta la mañana fue que me pasaron a una de las celdas, la número 37, habían cuatro mujeres cuando yo llegué estaba una profesora de nombre Adelayda de León, la Carla Matus, una muchacha que se llama Paola de Masaya y una que se llamaba Yubelka que nada tenía que ver con las protestas pero estaba en investigación de otras cosas. Yo dormí en el suelo tres días porque los camarotes son de concreto y el del segundo nivel nadie lo ocupa, por miedo a caerse.

¿Qué le preguntaron en los interrogatorios?

Me preguntaban que de dónde era financiado 100 % Noticias. De los anuncios, le digo yo. Que si recibía remesas y me dijeron que de todos modos ellos iban a investigar todo eso. Les dije que yo solo tenía deudas. Me dijeron que nosotros éramos golpistas que habíamos incitado a la gente que se levantara, y yo le decía todo lo contrario, que ellos los habían levantado desde el 18 de abril.

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¿Cómo pasó el 24 y 31 de diciembre en el Chipote?

Fue diferente, como una nueva experiencia ahí en la prisión, hicimos oración, compartimos los alimentos que nos había llevado nuestra familia, el 31 estaba sola en una celda y después me llevaron a otra celda donde estaba el inodoro taqueado.

¿Qué la impulsó a tomar la decisión de quedarse a dormir en las instalaciones de 100 % Noticias, sabiendo que era peligroso?

Si iba a pasar algo yo iba a estar hasta el final con Miguel y Verónica, nosotros somos viejos amigos y los quiero mucho. Yo te soy sincera, la Policía no me andaba siguiendo a mí en la calle. Era a ellos. Como amigos que hemos sido hemos estado juntos en las buenas y en las malas, y esto fue uno de los momentos más amargos y más duros que hemos vivido juntos.

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¿Cómo fue la visita de los eurodiputados?

Pues nos dio una gran alegría, sentí un gran alivio porque ya había gente moviéndose, el hecho de que estuvieran en Nicaragua nos daba esperanza, nos dijeron que ellos estaban trabajando con el tema de nuestra libertad, que no iban a dejar que aquí en Nicaragua ocurriera lo mismo que en Venezuela y que tuviéramos paciencia que ellos se iban a reunir con Daniel Ortega y la Alianza Cívica y con varios sectores. Las mujeres que estaban ahí conmigo lloraron. Yo las abracé. Ellos (los diplomáticos) se fueron bien impactados, lloraron, vieron ellos con sus ojos las condiciones del Chipote.

¿Cuál es la diferencia entre el Chipote y La Esperanza?

Pues el cambio del Chipote a La Esperanza es completamente abismal. Me sentí un poco aliviada en el sentido de que ya no vas a estar en una mazmorra, es algo más decente, pero me sentía sola en la cárcel de mujeres. Le dije a la directora que me pasaran con las presas políticas o que pasaran a una ahí, yo estuve en una celda conyugal una semana. Ahí pasé solita y se mantenía cerrado, solo abrían para pasarme la comida, ahí estuve casi todo estos meses.

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¿Qué fue lo más duro que vivió dentro de la cárcel?

Pasar dos semanas defecando en la mano. Eso fue humillante. Yo les decía este inodoro no sirve, pero les entraba por un oído y les salía por el otro. Había policías que se burlaban. Había policías que se quedaban callados como conmovidos. A otros policías les ves los ojos de maldad. Disfrutan verte así.

¿Cómo recuerda el día de su liberación?

Un día antes me habían llegado a pedir mis pertenencias, yo dejé todo listo y procedí a entregarlo. Pensé que tal vez me iban a trasladar a las celdas de las presas políticas. En la madrugada, como a eso de la una de la de la mañana, me abren la puerta y yo estoy dormida en la celda y me dijeron que me alistara, les pregunté qué adónde me llevaban y me dijeron “no le puedo decir ahí afuera le va a explicar la directora”, me dijo una de las oficiales que recuerdo que era evangélica. Les dije que esas no son horas de venir, y que todo eso era raro. No me gustó. Luego llegó otra policía y me dice “póngase esta camisa”, recuerdo que era una camisa floreada. Alisté lo poco que tenía y me llevaron afuera y cuando miro en el bus están unas cosas mías que les había dado y de ahí fue saliendo la Amaya, sacaron a Irlanda, a Olesia, que eran las únicas presa políticas que estaban.

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Luego de pasar en una celda de aislamiento en La Esperanza, ¿cómo fue encontrarse con Miguel?

Lo miré el 30 de enero el día de la audiencia y después hasta el día que nos sacan de la cárcel. Me emocioné, se me pusieron los ojos llorosos, mientras que a él lo miré fortalecido, todos esos hombres salieron con consignas y cantando el Himno Nacional.

Ese día miré a Medardo Mairena y lo fui a abrazar. Fue bonito porque todos nos llegamos a abrazar con Edwin Carcache. Los chavalos de Bluefields, gente que yo no conocía, que nosotros habíamos reportado en las noticias que estaba secuestrados, y te los encontrás ahí y empiezan a decir yo soy el fulano de tal parte, yo soy el de Jinotega, todos presentándose, no es lo mismo la foto de cuando estaban secuestrados a verlos en persona. Fue bonito. Todos ellos tenían la moral en alto y sus principios firmes. Eso fue en La Modelo.

Lucía Pineda de sus 45 años, le ha dedicado 23 al periodismo, se ha destacado como presentadora de informativos televisivos. LA PRENSA/Archivo

¿Cómo se dio cuenta de que estaba nominada a un premio internacional?

Cuando estaba en la prisión me dijo mi primo que me estaban nominando a un premio. A mí se me salieron las lágrimas y yo le dije que ese premio se lo dedicaría a Dios si me lo ganaba. Yo nunca he andado buscando premio, yo nunca participo en concursos ni convocatorias para periodista y que digan que estoy nominada a un premio por informar, por decir la verdad, que destacan la valentía por informar, eso viene de Dios. Pero yo no lo andaba buscando.

Luego escribí, precisamente hablando de ese premio, primeramente agradeciendo, dándole las gracias a Dios, a todos mis compañeros de 100 % Noticias que hemos sufrido la represión, al punto que nos llevaron a la cárcel, otros están desempleados, otros están exiliados. Claro que no nos arrepentimos de haber informado de la verdad, de haber luchado y seguir luchando por nuestro derecho al trabajo, nuestro derecho a informar, nuestro derecho a la libertad de expresión. Prácticamente así, cerrado 100 % Noticias, estamos derrotando la dictadura. Porque mientras nosotros estábamos encerrados ustedes seguían informando, nuestros colegas los que se fueron al exilio siguieron informando.

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Los otros medios no sintieron temor, hay periodistas que formaron su propia plataforma y hay más medios informando ahora, es verdad lo hacen con muchas limitaciones, pero los periodistas siguen informando en medio de toda las adversidades.

¿Cuáles son sus planes a futuro, va a volver a Nicaragua, qué es lo que tiene en mente?

He estado en familia pasando también varios chequeos médicos, con varios viajes con todo esto del premio, viajes que tengo ya pactados para ir a los Estados Unidos, estamos esperando que se nos devuelva el canal. Nosotros estamos también trabajando en varias opciones que eso sería bueno que Miguel las explique pero estamos enfocados en eso. Si no nos devuelven el canal estamos viendo qué otras opciones tenemos para hacer nuestro trabajo, pero tenemos claro que lo que tiene que hacer el gobierno es devolvernos el Canal.

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Si les devuelven el Canal ¿usted se regresa a Nicaragua?

Sí, o vemos qué opciones tenemos desde aquí para hacer un poco talvez como lo que hace Carlos Fernando Chamorro, pero tratar de salir bien porque la gente quiere vernos, y eso en cualquier momento puede ser cuando ya estemos listos.

¿Cómo mira el futuro de Nicaragua?

Yo soy bien optimista y el cambio en Nicaragua viene, ninguna dictadura se va a sostener persiguiendo, deteniendo y metiendo presa a la gente; ninguna dictadura se mantiene así coartando la libertad de los ciudadanos, eso no es sostenible. Mientras ellos sigan así, cerrados, les van a llega más sanciones, porque los sistemas democráticos sancionan a sistemas dictatoriales, mientras sigan aferrados al poder, les van a seguir lloviendo sanciones.

¿Cree que habrá elecciones adelantadas?

Sí veo que van a haber elecciones adelantadas, es la única salida a esta crisis. Luego ya que el nuevo gobierno desarme a eso paramilitares, que transforme a la Policía que vuelva a ser Policía Nacional y no policía sandinista.

Es importante el desarme total de los asesinos y que la justicia vuelva. Va a ser difícil porque sabemos que todo el sistema judicial está dominado por el partido sandinista, pero eso será otro proceso que mientras eso llega el nuevo gobierno deberá tomar todas las recomendaciones que dio el GIEI.

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En cuanto a la Fiscalía, debe de hacer investigaciones profundas de los casos que ellos mismo documentaron y también está la justicia internacional obviamente ya está operando. Eso que te sancionen a personas que han estado involucrados en violaciones de derechos humanos a nicaragüenses, ya eso es parte de la justicia. Y tenemos el tema de los crímenes de lesa humanidad, que no prescriben. Eso es algo que los va a perseguir toda la vida, aunque no funcione la justicia interna pero está la justicia internacional.

Plano personal

Lucía Pineda de sus 45 años, le ha dedicado 23 al periodismo, se volvió popular por su trabajo en televisión. De niña con cuatro años su familia se vino de su natal San Carlos para Managua y desde entonces no ha dejado la capital.

Desde 1997 la llaman Chilindrina, esto luego de que el expresidente Arnoldo Alemán, la llamara así durante una entrevista.

Le encanta los jardines y cuidar plantas, en su casa en Carretera Sur tiene muchos árboles frutales.

De pequeña siempre quiso ser periodista, pero también quiso ser médico.

Es prima de la cantautora Ceshia Ubau, y asegura que la música de ella es su favorita.

Se define como apasionada por el periodismo.

La mayor parte de su familia vive en Costa Rica, y ella posee doble nacionalidad, pero asegura que no quiere irse de Nicaragua ya que aquí ha hecho su vida.

En una ocasión se salió de las instalaciones de 100% Noticias a cuestionar a miembros de la Policía sobre el asedio a este medio de comunicación.

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