Nicaragua enfrenta una profunda crisis económica y eso se logra ver en la caída del consumo en general, donde no se escapa el combustible, que acumula once meses de contracción, indican estadísticas del primer cuatrimestre del Ministerio de Energía y Minas (MEM).
En el país, pese a que tiene el combustible más caro de Centroamérica, el consumo no caía desde el 2009.
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El economista y catedrático Luis Murillo explica que esto también está asociado con la caída en la venta de vehículos.
Asimismo, sostuvo que influye las continuas alzas en el producto.
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Entre enero y abril del 2019 la demanda de gasolina súper se redujo 4.36 por ciento y en el diesel, 7.31 por ciento. El consumo de combustibles comenzó a caer en mayo del año pasado y hasta la fecha no se reporta crecimiento.
Consumo con respecto al PIB
El año pasado, el Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo 3.8 por ciento y la demanda de diesel —el carburante de mayor consumo nacional— mermó 7.9 por ciento, la gasolina regular cayó 4.23 por ciento y la súper 7.36 por ciento.
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Este año el PIB se estima que caerá 5 por ciento, según proyección del Fondo Monetario Internacional (FMI), mientras que la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) estima una caída de entre 5.4 y 6.8 por ciento, lo cual se asocia al consumo.
Funides espera al cierre del año en curso que el consumo en general se reduzca un 6.6 por ciento, mientras que el año pasado tuvo una contracción de 4.8 por ciento.
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Al respecto, César Arévalo, especialista en mercados de hidrocarburos, señala que este año el consumo de combustibles caerá un 5.5 por ciento.
“Acuérdese que de mayo a octubre 2018 fueron los meses más duros y cayó más el consumo, así que para el resto del 2019 deberá ser mayor el consumo versus el 2018, sin embargo, yo estimo una baja en el 2019 frente al 2018 del 5.5 por ciento”, dijo Arévalo.
Se importa menos combustible
En total, el año pasado en gasolina súper se demandó 1.4 millones de barriles, inferior a los 1.6 millones que se requirieron en 2017. No obstante, en los primeros cuatro meses del 2019 se han importado 498,000 barriles, inferior a los 654,000 barriles que se consumieron en el mismo tiempo en el 2018.
Cabe destacar que la gasolina súper es la más usada por la clase media, y ha sido duramente golpeada por la crisis sociopolítica.
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En el caso del diesel, que es el carburante de mayor consumo, en total se demandó un millón de barriles de enero a abril de este año, por debajo de los 1.2 millones en el mismo lapso en el 2018.
De igual forma sucedió con la gasolina regular. En el primer cuatrimestre del 2019 se importó 163,000 barriles, cuando para la misma fecha el año pasado se había comprado 217,000 barriles.
Ventas en estaciones de servicio
Sobre las estaciones de servicio, el informe del MEM da a conocer que Puma Energy fue el principal proveedor con 33.5 por ciento, seguido por Uno Nicaragua con un 27.8 por ciento y el tercer lugar sigue siendo DNP con un 22.9 por ciento
La empresa Distribuidora Nicaragüense de Petróleos (DNP) —ligada al régimen de Daniel Ortega— en las estaciones de servicio registró una caída de 11.1 por ciento en la venta de gasolina súper, una reducción del 6.7 en la venta de gasolina regular y una merma del 2.3 por ciento en diesel.
Arévalo manifestó que tomando de referencia los números oficiales, DNP Petronic perdió más clientes que Puma, esto solo en estaciones de servicio.
Arévalo indica que sus pérdidas no fueron mayores, porque para compensar la caída del consumo decidieron aumentar el precio de comercialización o ganancia.
Todo está más caro
Juan Carlos López, asesor en temas jurídicos, manifestó que el consumo de los combustibles también se ha caído por las constantes alzas en una economía de crisis.
“Todo ha subido, la energía está más cara, la canasta básica se ha encarecido, el combustible sube cada fin de semana, hay menos empleo, entonces la gente comienza a tomar medidas de ahorro, ya salen con menos frecuencia con la familia o van a un lugar más cerca para gastar menos, pero también esto está asociado con las empresas, las empresas demandan menos combustibles porque muchas han cerrado o disminuido operaciones”, dijo.