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Minsa, coronavirus, pandemia

Carolina Reyes en el centro era la antigua ministra de Salud. LA PRENSA/Tomado de internet

Nombramiento de Daniel Ortega agrava el nepotismo en el Ministerio de Salud

Ortega nombró a Carolina Dávila Murillo como ministra del Ministerio de Salud (Minsa), siendo esposa del actual viceministro de la misma entidad, Enrique Beteta

El dictador Daniel Ortega replicó el nepotismo que ha destacado en su régimen al nombrar a Carolina Dávila Murillo como ministra del Ministerio de Salud (Minsa), siendo esposa del actual viceministro de la misma entidad, Enrique Beteta, un hecho que además viola la Ley de Probidad, afirmó el exprocurador Alberto Novoa.

Dávila Murillo sustituyó como titular del Minsa a Sonia Castro, quien quedó inhabilitada de poder seguir con el control administrativo y financiero del ministerio al estar sancionada por Estados Unidos (EE. UU.) y Canadá, por violaciones a los derechos humanos durante la jornada de represión del régimen a las protestas ciudadanas.

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“Estamos ante un modelo de Estado nepotista que empieza al tener a un matrimonio en el gobierno, como es el caso del señor Ortega y su esposa Rosario Murillo, y esto es otro elemento de la corrupción, porque la corrupción se da por el tráfico de influencias para que se nombre de ministra de Salud (Dávila) cuando su esposo ya es viceministro (Beteta) y el tráfico de influencias es penado”, explicó Novoa.

Ortega, al reelegirse por segunda ocasión consecutiva en los comicios del 2016 designó a Murillo como su vicepresidenta, un proceso electoral que fue denunciado como fraudulento por partidos opositores y organismos de la sociedad civil y de observación nacional.

Esposo era su jefe, ahora ella es la jefa

Dávila Murillo desde 2017 fungía como viceministra de Salud para asuntos del Sistema Local de Atención Integral en Salud (Silais-Managua). Su jefe era precisamente su esposo Enrique Beteta, quien además de viceministro es secretario general del Minsa.

Ahora la relación de jerarquía cambió porque Dávila pasó a ser la jefa de su esposo Beteta.

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Juristas consultados señalaron que la designación de Carolina Dávila como ministra de Salud cuando conforma un matrimonio con Enrique Beteta, evidencia que en la dictadura orteguista no se designan funcionarios con base en su perfil profesional, sino que demuestren lealtad y culto al partido y a la pareja presidencial.

Ley lo prohíbe

El exprocurador Novoa explicó que Ley de Probidad (Ley 438) establece la prohibición de que los funcionarios empleen a familiares en las instituciones estatales, limitantes que incluye a los altos cargos como los ministros y viceministros, aun cuando estos se consideren puestos políticos por ser designaciones del presidente.

Novoa explicó que “el fenómeno jurídico se llama nepotismo”, que es hacer recaer nombramientos de parientes o amigos en cargos del servicio público, por parte de la autoridad que los nombra o designa sin tomar en cuenta los méritos técnicos o profesionales sino la mera condición de que es un familiar o amigo.

“Está cometiendo la falta de probidad el señor Ortega, porque es quien nombró a la ministra de Salud (Dávila) sabiendo muy bien que su esposo (Beteta) es una de las autoridades del Minsa como viceministro”, dijo el exprocurador.

Novoa cuestionó la práctica del dictador Ortega y Murillo en haber convertido la ilegalidad de poner a sus familiares en cargos públicos “como algo común”, pues “es el caso de ellos mismos como presidente y vicepresidenta, pero también tienen a varios de sus hijos como Laureano de asesor en ProNicaragua”.

Fieles a Gustavo Porras

Beteta es un reconocido sindicalista de la Federación de Trabajadores de la Salud (Fetsalud), brazo represor del régimen en ese sector. Dávila también es parte del mismo sindicato.

Fetsalud es dirigido por Gustavo Porras, diputado y presidente de la Asamblea Nacional, uno de los cuadros del círculo de poder de los dictadores Ortega y Rosario Murillo.

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Porras fue sancionado junto con Sonia Castro, el presidente de Telcor, Óscar Castillo y el ministro de Transporte y general en retiro, Óscar Mojica, por EE. UU. y Canadá por su responsabilidad en la represión contra los ciudadanos que se levantaron en protesta en abril del 2018 para exigir la salida del poder de Ortega y Murillo.

Asamblea debería frenar nombramiento de Dávila

El diputado liberal Maximino Rodríguez señaló el hecho de que Dávila y Beteta sean de Fetsalud y no es de extrañar que el nombramiento de ambos como autoridades del Minsa responda a que son fieles a Porras.

“Esto es parte del nepotismo, del enraizamiento de los grupos familiares dirigiendo instituciones públicas, y evidencia el círculo bastante cerrado del poder de Ortega y Murillo con el que dicen que la corrupción va a continuar”, afirmó Rodríguez, diputado por el Partido Liberal Constitucionalista (PLC).

Conforme la Constitución corresponde a los diputados detener el nombramiento de Dávila como ministra de Salud e incluso destituir a su esposo Beteta como viceministro del Minsa, al ser una clara violación de las normas éticas que deben regir en el servicio público.

La Constitución en su artículo 138, numeral 30, dicta la atribución de la Asamblea de ratificar en un plazo no mayor de 15 días hábiles —una vez enviados los nombramientos— y “con el voto favorable de la mayoría simple del total de diputados” de quienes integran el gabinete del Ejecutivo

El artículo 150 constitucional, en el numeral seis establece que el presidente tiene tres días para “poner en conocimiento de la Asamblea” “el nombramiento para su ratificación” de sus ministros, “el cual se considerará firme” hasta que lo ratifiquen los diputados.

El diputado Rodríguez señaló que la Constitución estableció esas funciones a la Asamblea para ejercer control sobre el Ejecutivo, para poder evitar este tipo de violaciones éticas y legales en los nombramientos de los ministros.

Sin embargo, Rodríguez señaló que la Asamblea está paralizada para actuar contra intereses de la dictadura orteguista debido a que setenta de los 91 diputados en funciones son del partido oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

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“A Nicaragua la han convertido en una pequeña parcela donde el propietario emplea a familiares y a amigos de sus amigos. En un país donde hay Estado de derecho eso no pasaría porque está promoviendo la corrupción y el nepotismo”, afirmó Rodríguez.

Aunque Ortega asumió su tercer período consecutivo en el Gobierno en 2017 no ha cumplido con la Constitución ya que sigue sin mandar a la Asamblea la solicitud de ratificación de los 96 funcionarios que integran el Gabinete de Gobierno.

Viola Código de Ética del poder ejecutivo

El dictador Daniel Ortega al nombrar a Verónica Dávila Murillo como ministra de Salud también viola el Código de Ética de los Servicios Públicos del poder ejecutivo, que en el artículo 13, inciso “b”, establece que el funcionario “ no deberá, en ninguna circunstancia, vincular su vida privada con el desempeño del cargo que ejerce”. Irónicamente ese Código de Ética lo aprobó Ortega en el Decreto Ejecutivo 35-2009, publicado en La Gaceta, Diario Oficial, el 18 de junio del 2019.

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