Al menos 52 reclusos murieron este lunes en un motín carcelario en la localidad de Altamira, en el estado brasileño de Pará (norte), según informaron las autoridades locales, precisando que 16 de las víctimas fueron decapitadas.
“Fue un enfrentamiento entre bandas rivales. Dos guardiacárceles fueron tomados como rehenes, pero ya fueron liberados”, dijo un portavoz de la Superintendencia de Prisiones de Pará.
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La rebelión inició la mañana de este lunes cuando un grupo de presos entró en otro pabellón donde permanecían recluidos miembros de un grupo rival y finalizó al mediodía de Brasil.
A finales de mayo, 55 detenidos murieron en dos días de enfrentamientos en varias cárceles del estado de Amazonas, vecino de Pará.
Una ola de enfrentamientos sacudió el país a inicios de 2017, atribuidos a rivalidades entre bandas por el control de las rutas del tráfico de cocaína.
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Brasil, con 727,000 detenidos, tiene la tercera mayor población carcelaria del mundo, por apenas 368,000 plazas.