Como dijo MacArthur, “nada sustituye a la victoria”, sin embargo hay actuaciones magníficas que dejan un nivel de satisfacción cercano al triunfo. Es decir, se puede perder y terminar en el piso, pero cuando se cae de cara al sol, se asimila mejor el tropiezo y las fuerzas se recobran más rápidamente para intentarlo de nuevo.
Este miércoles, la Selección Nacional de beisbol se reivindicó después de una pálida presentación ante Puerto Rico en su debut en los Juegos Panamericanos de Lima, Perú. No solo fue lamentable la derrota (7-3), sino la actuación. Dio la impresión de ser un equipo desorientado, incapaz de ofrecer alguna resistencia.
Ante República Dominicana la historia fue distinta. Y aunque se ganó (4-2) en medio de mucho drama, fue evidente la combatividad del equipo, la precisión en sus maniobras, el aprovechamiento de las fallas rivales y la tenacidad de buscar una victoria sin la cual ya no había mañana. Fue un triunfo bien trabajado.
Pocas veces el trabajo de equipo fue tan bien materializado como este miércoles. Hay incluso una jugaba en la que el camarero Marvin Martínez salva de un error a Benjamín Alegría en el primer episodio. Alegría busca un elevado de Garabez Rosa y la bola rebota en su guante, pero Martínez está cerca y no la deja caer.
Fue una jugada que además de artística, refleja el trabajo de conjunto: un equipo avispado, que se movió en el sentido correcto y que mantuvo la mira puesta en el triunfo, a pesar de las amenazas constantes de los quisqueyanos, quienes llegaron con un plantel de buen nivel y como candidatos incluso a una medalla.
El tiró de Isaac Benard, otra vez
¿A usted qué fue lo que más le gustó? Los lanzadores estuvieron al máximo. Fidencio Flores colgó tres ceros, antes de tener que ser auxiliado por Wilton López, quien como buen relevista, resolvió en el acto. López conjuró el peligro y se dispuso a caminar cuatro entradas con una autoridad llamativa y buena ayuda defensiva.
Y cuando a Wilton se le acabó la cuerda, Sandor Guido, quien dirigió como un experimentado timonel, trajo al zurdo Elvin García, quien había llegado hoy mismo a Perú, y tras cambiarle el perfil a dos peligrosos artilleros, los eliminó y mantuvo la ventaja que luego fue asegurada por Wilber Bucardo, quien salvó el encuentro.
Mi jugada favorita fue un tiro de Isaac Benard al homeplate en el sexto episodio. A Wilton lo están atacando con cuatro hits corridos, el juego se empata 2-2 y tras cañonazo de Argelis Inoa, Miguel Gómez está a punto de anotar la carrera de la ventaja quisqueyana, pero el tirazo de Benard lo elimina en el plato y conserva el empate.
De no ser por ese tiro, no sé qué habría pasado. Ahí, Dominicana se iba adelante 3-2, explotaba Wilton y quedaban corredores en tercera y primera. En lugar de eso, persistió el empate, la entrada se colocó en dos outs y el equipo nica se adueñó del momentum psicológico, de forma tal que llegó inspirado al séptimo inning.
Ahí se definió la batalla con el bateo de Norlando Valle y Wuillians Vásquez. Antes habíamos visto tronar a Javier Robles, un estupendo patrullero, lo mismo que a Jilton Calderón, ese silencioso artillero que hace daño cuando duele. Una gran victoria que mantiene vivas las opciones clasificatorias para Nicaragua.
En definitiva, este miércoles observamos al equipo que deseábamos ver. No sabemos qué ruta tomará la Selección, pero no hay dudas que su presentación fue magnífica.
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