Las incidencias ocurridas recientemente en San José de Costa Rica, en una reunión promovida por Hagamos Democracia en donde asistieron miembros de la Alianza por la Justicia y la Democracia, expresos políticos, el activista Félix Maradiaga y miembros del Movimiento 19 de Abril exiliados en ese país, acapararon la atención de las redes sociales. Los reproches contra los panelistas a mi juicio fueron razonamientos discutibles. Lo que sí fue evidente es que las reprimendas de los jóvenes dejaron entrever sus frustraciones, desengaños y penurias propias de un exilio.
Esa situación me recordó el diálogo en una película icono del cine, me refiero a Lawrence de Arabia, ambientada en los años posteriores a la Primera Guerra Mundial. En ella Lawrence de Arabia, un capitán del ejército inglés enviado a apoyar a los árabes en su lucha contra los turcos, logra después de ganar varias batallas, liberar la ciudad de Akaba último bastión de los turcos. Una vez liberada, se reunieron los embajadores Picot de Francia y Dreyden de Inglaterra con Feisal, rey de Arabia. En ella el rey Feisal, después de escuchar a los embajadores, les dice: Ustedes han venido aquí a dividirse mi país como un pastel y yo estoy aquí para seguir siendo rey. Negociemos que la paz la construimos los viejos, las guerras la hacen los jóvenes como él, señalando a Lawrence, quien se encontraba al otro extremo de la sala pero sin participar de la reunión.
Esta anécdota lejos de ser una crítica contra los miembros de la Alianza en el diálogo, pretende ser un llamado de atención a nuestros jóvenes. Nuestros dialogantes no representan a nadie en particular, pero sí representan a todos aquellos que luchamos por un cambio. Hasta hoy lo han hecho bien dentro de sus posibilidades, basta con ver el apoyo internacional que están recibiendo.
Apoyo que ha obligado al régimen a redoblar la represión contra el pueblo, represión que lo terminará ahogando más temprano que tarde. Si no está de acuerdo con esta aseveración, ponga en la balanza sin prejuicios de ningún tipo, los resultados del primer diálogo y el actual. Hablar de paro nacional, hablar de guerra, hablar de boicot, es algo que está en el imaginario de todos, pero su implementación requiere de unir voluntades que están más allá de nuestras capacidades. Lo que sí debemos y podemos hacer todos, es seguir denunciando al mundo las atrocidades del régimen, exigir la excarcelación de nuestros jóvenes que continúan en prisión, continuar exigiendo elecciones supervisadas por organismos internacionales y no cesar en la presión en las calles. Pero por sobre todas las cosas, antes de proponer candidatos a presidente, examinémoslos como lo hacen los médicos con los recién nacidos. Pues hoy después de muchos sufrimientos, nos dimos cuenta que cualquier cosa no fue mejor que Somoza.
El autor es analista político.