El nuncio apostólico, monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag, confirmó a LA PRENSA que el régimen de Daniel Ortega a través de la Cancillería envió una carta el 30 de julio pasado dirigida al Vaticano en la que notifica que da por terminadas las negociaciones con la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia.
“Recibí una carta dirigida a la Santa Sede, no del presidente Ortega, pero de Minrex (Ministerio de Relaciones Exteriores) a firma del canciller (Denis Moncada) en la cual, entre otras cosas, se comunica que la mesa de negociación “se culminó con la ausencia definitiva de la otra parte”, en este caso la Alianza Cívica (AC), informó el nuncio Sommertang este 1 de agosto.
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La AC se levantó de las negociaciones en mayo pasado en protesta por el asesinato del preso político Eddy Montes, a manos de custodios en el penal La Modelo, en Tipitapa. La oposición también optó por presionar así por la liberación de todos los presos políticos, que para entonces eran más de 300. Aunque la oposición luego emplazó al régimen a reanudar las conversaciones el 31 de julio a fin de acordar la libertad de más de cien reos políticos que aun están en las cárceles, así como discutir las reformas electorales que permitan elecciones transparentes y adelantadas.
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La delegación del régimen no se presentó el 31 de julio a la sede del Incae, al sur de Managua, donde se realizaban las negociaciones, pero hasta ahora no ha notificado a la AC de su decisión de no conversar más con ellos.
El canciller Moncada a quien les informó de la “muerte” de las negociaciones fue al Vaticano, a través del nuncio Sommertang y hay información de que también envió carta a Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), pero esto no ha sido confirmado por el organismo.
El nuncio Sommertang dijo a LA PRENSA que seguirán abogando porque se reanuden las negociaciones por cuanto consideran que es la única forma en que se solucione la crisis sociopolítica en Nicaragua.
El presidente Daniel Ortega envio una carta al Vaticano, en la que da por cancelado el dialogo que sostenia con la Alianza Civica. Sin embargo, Ortega no informa al pais su decision. El dialogo buscaba una salida a la crisis socio politica de #Nicaragua. @laprensa
— Emiliano Chamorro / Periodista Nicaragüense (@EmilianoCHM69) August 1, 2019
“Es más que obvio y se sabe que la Santa Sede respalda la salida pacífica y negociada de cualquier conflicto. Los mensajes del Santo Padre junto con el cotidiano actuar de su representante en Nicaragua son claros que este tipo de salida es la única viable y necesaria para superar la sociopolítica en Nicaragua”, afirmó el nuncio Sommertang.
El representante del Vaticano estuvo la tarde del martes pasado con Ortega, durante el acto de entrega de credenciales de siete nuevo embajadores, pero según el religioso en esa ocasión no habló con Ortega el tema de reanudar las negociaciones con la oposición.
Pallais: Ortega debe rendir cuentas al pueblo
Hasta ahora la AC no ha recibido la notificación oficial del canciller Moncada de que no reanudarán las pláticas.
El miembro de la oposición, José Pallais, reclamó que el dictador Ortega tiene “la obligación” de explicar directamente a los nicaragüenses de que se niega a dialogar con la AC donde se agrupan la mayoría de sectores de campesinos, estudiantes, empresarios, sociedad civil, académicos que conforman la lucha cívica desde el estallido de las protestas hace más de 15 meses.
” Ortega ante quien está obligado a comunicarse su posición oficial de negativa al diálogo es al pueblo nicaragüenses, y el desprecio que hace al no informar y hacerlo de forma privada a los testigos y acompañantes demuestra que a Ortega no le importa en absoluto la opinión y la posición de los nicaragüenses que son los grandes paganos de su decisión, porque la falta de diálogo castigará al pueblo con más pobreza, más crisis, más carestía y migración”, sostuvo Pallais.
Esta es la segunda ocasión en que el dictador Ortega cierra la puerta a continuar las negociaciones con la Alianza Cívica a la crisis sociopolítica y económica provocada por la brutal represión de la Policía Orteguista (PO), grupos de choque y parapoliciales contra las protestas ciudadanas, que iniciaron en abril del 2018.
La represión ha dejado al menos 326 muertos, miles de heridos, más de mil presos políticos de los cuales aun permanecen encarcelados 124, según el último dato de la AC. La dictadura ha suprimido de facto las libertades ciudadanas como el derecho a la manifestación, mantiene el asedio y hostigamiento a los sectores que le adversan, así como confiscado propiedades privadas y medios de comunicación como Confidencial, el canal 100 % Noticias y la censura contra los medios de comunicación independientes como a LA PRENSA, Hoy y el Nuevo Diario a quienes les mantiene retenido el material para la versión impresa de los diarios.
El primer diálogo que inició en mayo del 2018, en el punto más álgido de las protestas, Ortega lo “mató” al acusar a los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) de “golpistas” pero sin pruebas les señaló de estar detrás de levantamiento popular. El dictador culminó esa negociación en el acto del 19 de julio, al conmemorar el aniversario de la revolución.
Un segundo intento de diálogo se inició el 27 de febrero del 2019. Pero en la misma plaza, pero el 19 de julio del 2019 Ortega volvió a cerrar la puerta a la segunda negociación con la Alianza Cívica diciendo que con quien dialogará será directamente con sectores productivos. Ofreció reformas electorales pero con los partidos políticos.