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La división que sostiene a Ortega

Hay un esfuerzo deliberado, calculado, casi me atrevería a decir científico, para mantener la división entre los opositores a Ortega

División

Daniel Ortega siempre ha apostado a la división. Se acuerdan que la economista Ligia Gómez en su testimonio relata que cuando en abril del 2018 le llega a avisar de las protestas a Ovidio Reyes, presidente del Banco Central, este le contesta literalmente para tranquilizarla: “La oposición está totalmente dividida, no existe ninguna oposición”. No le dijo “nosotros somos la gran mayoría” ni “ellos son unos puchitos”, sino que le insistió que “el poder está seguro” porque “la oposición está totalmente divida”. La seguridad de la dictadura descansa en la división de sus adversarios.

Gatopardismo

Si nos quedamos solo con los nombres, el régimen ya ha dado todo. Creó una “Comisión de la Verdad”, promulgó una ley para “el retorno seguro de exiliados”, impuso una ley de Amnistía, asistió a un “Diálogo”, ahora se inventa otro “diálogo” con otros actores, y pronto promulgará reformas electorales. ¡Este país debería ser algo parecido al reino de los cielos! Pero que lo compre quien no lo conozca. Cuando vamos a la sustancia vemos que no hay nada. Pura basura. Las acciones del régimen valen para resolver la crisis lo que valen los billetes de Monopolio para comprar en una tienda. Daniel Ortega, insisto, juega al “gatopardismo”: cambiar muchas cosas para no cambiar nada.

Cálculo

Puede que haya algo de cierto en eso de que basta juntar a dos nicaragüenses para que surjan dos bandos. Somos buenos a volarles riata a los amigos. Pero tampoco podemos ignorar que ha habido un esfuerzo deliberado, calculado, casi me atrevería a decir científico, para mantenernos permanentemente divididos, y evitar así que los enfrente una unidad de todos los que se beneficiarían, que son una gran mayoría, incluyendo una gran parte de sus simpatizantes, si se elimina esta dictadura.

Partidos

Aquí hay partidos políticos que han sido diseñados, armados y encendidos exclusivamente para evitar que los opositores de verdad se unan. Son esos que se asoman cada vez que hay un intento de unidad, aparecen con el discurso más duro, reclaman participación en la lucha, ponen su personería jurídica a la orden de la unidad y cuando ya está cogiendo viaje la cosa, la hace estallar desde adentro. Luego se les ve en la foto junto a Ortega, celebrando la victoria y recogiendo los escaños que les regalaron. Ahí los vamos ver de nuevo, disfrazados de opositores, cuando se vaya acercando alguna elección.

Fuego amigo

Obviamente, también hay orteguistas disfrazados de azul y blanco con la misión de no permitir la unidad. Sería ingenuo pensar que alguien como Ortega que ha dedicado tanto esfuerzo y recursos a la división de los contrarios, no haya infiltrado esta vez a alguno de los suyos cuando enfrenta la amenaza más seria de todo su gobierno. No es casualidad, por ejemplo, que el momento que más necesitaba descalificar a la Alianza Cívica como interlocutor para huir de la negociación que lo cercaba, haya sido también el momento en que mas “fuego amigo” recibió esta organización, que mal que bien, es por ahora el único vehículo que goza de cierto consenso para enfrentar a la dictadura.

Viejo zorro

Tampoco es que crea que la Alianza Cívica es incriticable. O que, por ejemplo, quienes la cuestionaron en Costa Rica son orteguistas por el hecho de hacerlo. Es más, creo que ahí hay un sentimiento de frustración genuino y legítimo que debe ser atendido. Lo que digo es que Ortega es un viejo zorro experto en estimular esos descontentos para atomizar a quienes se le oponen. Y muchas veces, sin darnos cuenta, terminamos siendo usados para destruirnos unos a otros, mientras él ve el pleito desde el palco que pagó de antemano.

Abril 2018

Lo que hizo posible abril 2018 fue la unidad de los distintos. Ahí participaron gente de todos los signos. Estaban los clásicos, los que siempre cuestionaron a Ortega, los antisandinistas de sangre, los sandinistas anti Ortega, los activistas de partidos, los sin partido, los pro vidas y los pro abortos, pobres y ricos, viejos y jóvenes, empresarios y trabajadores. Recuerden que la insurrección se dispara cuando la UNEN busca a jóvenes universitarios que hasta hace poco le servían para reventar protestas, y estos deciden darle la espalda. La unidad la hacen los mínimos comunes. Y el mínimo común en ese momento era que se acabara ese gobierno tan abusador. Y no deberíamos perder de vista eso.

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