Tres episodios de fuego al plato, sosteniendo su bola rápida entre las 96 y las 98 millas por hora (mph), hicieron lucir imponente a Jonathan Loáisiga en su segunda salida de rehabilitación en Triple A. Así que en un futuro cercano lo podríamos ver de regreso en las Grandes Ligas con los Yanquis de Nueva York.
Loáisiga lanzó tres entradas de un hit, ninguna carrera, sin bases y cuatro ponches frente a Gwinnett, la sucursal de los Bravos de Atlanta. Hizo 48 lanzamientos, de los cuales 26 fueron bolas rápidas y además provocó 11 swings fallidos, que es un indicativo de lo difícil que era conectarle.
El mánager de los Yanquis, Aaron Boone, dijo que el nica será utilizado como relevista, dejando atrás la idea inicial de ser abridor exclusivamente. Y muchos creen que el bullpen sería el mejor lugar para el derecho pinolero, debido a su historia de lesiones.
Loáisiga abrió el juego con un scone de ponches. Hizo abanicar la brisa a Drew Waters, luego dejó con el bate al hombro a Pedro Florimon y cerró “fusilando” a Ryan LaMarre.
En el segundo retiró al veterano Lucas Duda en rola al campo corto y ponchó a Alex Jakcson, para luego dominar al superprospecto Cristian Pache en elevado a la segunda base.
Jack López pegó un doblete abriendo tanda en el tercero, para el único hit contra Loáisiga, quien luego retiró en orden a Sean Kazmar, Luis Marte y Drew Waters sin que le sacaran la bola del cuadro, para concluir una gran labor.
Dejó el partido 0-0 y al final Gwinnett derrotó 10-2 a Scranton/Wilkes-Barre.