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Dictador Maduro está acorralado

Las recientes y más drásticas sanciones económicas de Estados Unidos (EE. UU.) contra la dictadura de Venezuela, provocaron la furiosa reacción de Nicolás Maduro, quien convocó a sus partidarios en Venezuela y el mundo a repudiar a los EE. UU. Además Maduro suspendió la participación del régimen en el diálogo con la oposición democrática en Barbados, que es auspiciado por Noruega para buscar una salida electoral de la dictadura chavista.

La reacción de Maduro era de esperarse. El golpe de EE. UU. es demoledor. Si el bloqueo económico funciona esta vez en Venezuela, como funcionó en 1985 contra la dictadura sandinista y en 1988 en Panamá contra Manuel Noriega —según lo recordó el asesor de seguridad nacional de EE. UU., John Bolton—, el régimen de Maduro podría haber entrado en la crítica situación de cuenta regresiva.

En Panamá, Noriega cayó un año después de que fue impuesto el bloqueo económico a su régimen, aunque fue como resultado directo de la invasión militar estadounidense. En Nicaragua pasaron cinco años de penurias, hasta que cayó la dictadura sandinista al verse obligada a negociar con la oposición armada y civil unas elecciones libres y supervigiladas, que Daniel Ortega y el FSLN perdieron irremediablemente.

Ahora las sanciones son más contundentes y al parecer EE. UU. espera que las fuerzas armadas por fin reaccionen y dejen de apoyar a Maduro. Por eso mantiene la oferta de trato favorable a los mandos militares después de que caiga Maduro, si contribuyen a sacarlo del poder. Así lo ha entendido el presidente democrático encargado, Juan Guaidó, quien dijo que “es el momento para que la comunidad internacional, el pueblo de Venezuela y nuestros hermanos de la Fuerza Armada presionemos para que la cúpula política del régimen ofrezca y acepte una solución real y seria a esta grave crisis”.

Sin embargo, en el lado democrático de la opinión pública internacional también se duda de las sanciones de EE. UU. Se dice que no servirán a menos que el resto de la comunidad democrática internacional las respalde activamente. Se considera que Maduro podrá seguir resistiendo en el poder, mientras tenga el respaldo de Rusia, Turquía e Irán y cuente con la neutralidad o indiferencia cómplice de la Unión Europea y de China. Y se asegura que Maduro resistirá sobre todo porque lo sostienen las agrupaciones criminales de las FARC, Hezbolá y los cárteles de la droga que lavan y manejan decenas de miles de millones de dólares.

Pero la verdad es que Maduro está acorralado. Es cierto que no se puede descartar la posibilidad de que la dictadura chavista sobreviva a la presión internacional, a la inviabilidad del socialismo autoritario y a sus contradicciones políticas internas, como ha sobrevivido el régimen castrista en Cuba durante 60 años. Sin embargo la eternización de las dictaduras no es ley de la historia, ni siquiera de las dictaduras comunistas que se creen iluminadas por la “verdad absoluta” del materialismo histórico.

También las dictaduras comunistas caen y la venezolana del llamado socialismo del siglo 21 podría caer pronto, para alivio del pueblo venezolano y regocijo del mundo democrático.

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