China concentraba el jueves fuerzas en Shenzhen, ciudad fronteriza con Hong Kong, -un territorio semiautónomo chino-, en medio de la escalada de la crisis por las manifestaciones prodemocracia que ha llamado la atención de Estados Unidos.
La agencia de noticias francesa AFP indicó que los hombres concentrados estaban rodeados de camiones y blindados de transporte de tropas.
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El presidente Donald Trump ha dicho que espera que Pekín actúe con “humanidad” respecto a Hong Kong por el bien de las negociaciones comerciales entre las dos potencias.
“Se están perdiendo millones de trabajos en China hacia países sin aranceles. Miles de compañías se están yendo. Por supuesto, China quiere alcanzar un acuerdo. ¡Dejémosles primero solucionar humanamente lo de Hong Kong!”, escribió el mandatario en Twitter.
En otro tuit Trump afirmó que el presidente chino Xi Jinping podía “solucionar el problema de Hong Kong rápida y humanamente”, proponiendo una “reunión personal”.
Legisladores estadounidenses también han instado a que no se cometa “el error” de aplastar violentamente las protestas y dijeron el miércoles que de ocurrir, podrían tener “consecuencias rápidas”.
China cataloga las manifestaciones que duran varias semanas como agresiones “de tipo terrorista”. La actual crisis en Hong Kong supone el mayor desafío a la autoridad de China sobre ese territorio desde su devolución por Reino Unido en 1997.
Las protestas provocaron por dos días consecutivos la cancelación de vuelos en el aeropuerto internacional de Hong Kong, y el miércoles una manifestación cerca de una estación policial fue aplacada con gases lacrimógenos.
A continuación algunos datos sobre la crisis:
¿Cómo empezó todo?
Las protestas estallaron en julio por la oposición generalizada a un proyecto de ley de extradición ahora archivado, pero desde entonces, se han expandido a demandas de democracia plena y responsabilidad policial.
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Los manifestantes han salido a las calles, irrumpido en la sede del gobierno y hasta bloquearon por dos días esta semana las operaciones del aeropuerto internacional de Hong Kong.
Muchas de las protestas han sido pacíficas, pero otras han terminado con gases lacrimógenos lanzados por la policía.
¿Qué es lo que pasa en Hong Kong?
Hong Kong pertenece a China, pero tiene su propia moneda, sistema político e identidad cultural. Muchos residentes de Hong Kong no se ven a sí mismos como chinos, sino como hongkoneses.
En la identidad actual de Hong Kong confluye el hecho de que la ciudad fue una colonia y territorio británico durante más de 150 años, hasta que fue devuelta a China en 1997.
Sin embargo, el sistema legal de Hong Kong todavía refleja el modelo británico, que contempla la transparencia y el debido proceso.
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Algunas de las libertades con que cuentan los habitantes de Hong Kong, no están disponibles en el territorio chino de gobierno comunista, como el derecho a protestar, el derecho a una prensa libre y la libertad de expresión.
La Ley Básica establece que Hong Kong “salvaguardará los derechos y libertades de los residentes” durante 50 años después de la entrega. Pero muchos residentes dicen que China ya está comenzando a entrometerse en esos derechos.
¿Quiénes protestan en Hong Kong?
Las manifestaciones de las últimas semanas incluyen marchas multitudinarias de carácter pacífico. Muchos son jóvenes.
También han habido huelgas de diferentes sectores profesionales y acciones de grupos más pequeños que terminaron con enfrentamientos y vandalismo.
“No hay manifestantes, solo hay tiranía”, rezaba una pancarta en una de las protestas frente a la sede del gobierno semanas atrás.
¿En qué afectan las protestas a Hong Kong?
Desde el punto de vista económico, Hong Kong es un centro comercial y financiero internacional, y la economía ya muestra señales de afectaciones como resultado de las protestas.
China es su principal socio comercial.
Compañías estadounidenses basadas en el territorio, por ejemplo, se han quejado de lo que catalogan “graves consecuencias”, incluyendo la pérdida de ingresos, la interrupción de cadenas de suministro y la postergación de inversiones, según declaró el pasado mes la Cámara de Comercio de EE.UU. en Hong Kong.
Empresas en Hong Kong, tanto internacionales como locales, también han enfrentado presiones y acusaciones de actuar junto con los manifestantes o simpatizar con ellos. Las autoridades de aviación chinas le ordenaron a Cathay Pacific, la aerolínea insignia de Hong Kong y un importante empleador local, que prohíba viajar a China a su personal que participa en las protestas.
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El aeropuerto contribuye con el 5% del PIB de Hong Kong. La cancelación de vuelos ha sido grave para las empresas que operan en el centro financiero. Más de 74 millones de pasajeros viajaron hacia y desde el aeropuerto el año pasado. Desde allí salen 1.100 vuelos de pasajeros y carga cada día y sirve a unos 200 destinos en todo el mundo.
¿Cuál es la posición del gobierno?
Tanto el gobierno de Hong Kong como el de China son cada vez más críticos con las protestas.
En un comunicado emitido el miércoles por la mañana, la policía de Hong Kong denunció los “actos radicales y violentos de los manifestantes” en el aeropuerto, y un portavoz del gobierno describió lo que sucedió en la terminal aérea como rebasar “el último límite de una sociedad civilizada”.
China comenzó censurando la información sobre las protestas hasta hablar de ellas y catalogarlas de estar impulsadas por “turbas violentas” y “criminales”.
Medios oficiales han dicho que se trata de “indicios de terrorismo” que amenaza al Estado de Derecho.