En la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Fernando Vélez Paiz, aún se encuentra Seylit Jackeline Parrales Sevilla, de 26 años, quien el pasado lunes recibió varios navajazos en la yugular y seno izquierdo de parte de su expareja Yerol Josué Álvarez. El hecho sucedió en el barrio El Recreo.
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Ruth Parrales, hermana de la víctima, aseguró que su hermana respondió bien a la operación realizada por los médicos, pero aún se mantiene en estado delicado. “Nos dijeron que si continuaba evolucionando le iban a quitar el tubo que tenía en su boca, ella tragó mucha sangre y se le fue a los pulmones”, manifestó. La joven sigue en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Parrales, quien también fue herida por Álvarez cuando intentaba evitar que le hiciera daño a su hermana, recibió tres puntadas en cuatro dedos de su mano derecha. “Me remitieron a Medicina Legal para que me realizaran también una placas en los dedos porque casi no los podía mover, gracias a Dios no tengo lesiones graves”, contó Ruth.
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Yerol, a quien capturaron los mismos habitantes en el vecino barrio Andrés Castro, fue amarrado y golpeado. Mientras eso sucedía, le pedía perdón a Dios por lo que había hecho.
El joven de 29 años aún no ha sido puesto a la orden del juez, pero la hermana de la víctima pide que le caiga todo el peso de la ley.
“Que pague por lo que hizo, no merece el perdón, queremos justicia, esto no se puede quedar así, no podemos seguir permitiendo que maten a las mujeres, debemos hacer algo”, mencionó.
Seylit y Yarol tenían 17 meses de haberse separado, pero él constantemente la llamaba para acosarla y amenazarla de muerte.
Yerol Álvarez agredió a su expareja con una navaja en la vivienda de ésta, ubicada en el barrio El Recreo, en Managua. La mujer sobrevivió al ataque salvaje y fue trasladada al hospital Vélez Paiz. Ruth Parrales, hermana de la víctima, cuenta que el hombre llegó a las 09:30 de la mañana exigiendo saber dónde estaba Seylit, de 26 años; y aunque ella quiso impedir que la viera, asegura, el hombre de manera violenta empezó a forcejear y gritar que necesitaba verla.