La opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia organizó las seis comisiones anunciadas en su reestructuración, para dar funcionalidad al trabajo en distintos ámbitos en su lucha contra la dictadura de Daniel Ortega.
Juan Sebastián Chamorro, director ejecutivo de la Alianza Cívica, explicó que cada comisión tendrá la responsabilidad de fortalecer el área asignada.
“Esta es una asignación de responsabilidades con coordinadores en los temas que ya la Alianza Cívica ha venido trabajando, pero que se requiere (que) se vayan ampliando para la labor que realizamos en defensa de la democracia de Nicaragua”, explicó Chamorro.
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Las comisiones formadas trabajarán en temas de seguridad y verificación (derechos humanos), política, inclusión de nuevos miembros, gestión con la comunidad internacional, comunicación y administración.
Las comisiones y sus coordinadores
Comisión Política: coordinada por el universitario Máx Jerez, se encargará del fortalecimiento de alianzas con organizaciones y en los territorios.
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Comisión de Inclusión: se encargará de la incorporación de nuevos miembros, coordinada por el empresario Michael Healy.
Comisión de Comunicación: coordinada por Claudia Neira
Comisión de Administración: coordina Dolly Mora
Comisión de Seguridad y Verificación: coordinada por Álvaro Vargas, se encargará de dar seguimiento al tema de los derechos humanos.
Comisión Internacional: coordinada por Mario Arana para presentar un mensaje coherente ante la comunidad y consolidar ese apoyo.
La Alianza Cívica nació en medio de la crisis sociopolítica de Nicaragua al estallar la represión estatal de abril. La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), quien en ese entonces había sido invitada por Daniel Ortega para participar como mediadora y testigo de un diálogo que el dictador llamó en mayo de 2018, aceptó el reto.
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Fue así que el Episcopado llamó a distintos sectores sociales, políticos, intelectuales, campesinos y universitarios para formar la Alianza Cívica, para que fuese la contraparte del diálogo frente a la dictadura.
Una vez organizada la Alianza Cívica, se inició el diálogo el 16 de mayo pasado con un Daniel Ortega que nunca quiso reconocer la crisis, mucho menos, actuar con voluntad política para darle una solución a las demandas de la población que estaba en las calles pidiendo el fin del régimen orteguista.
La segunda etapa del diálogo fue boicoteado por Ortega y se terminó en junio pasado. De igual manera, se retomó en febrero de este año, ya sin los obispos de mediadores, pero de igual manera fracasó ante un Ortega reincidente en boicotear los esfuerzos para alcanzar acuerdos que terminen en una solución definitiva para el país.