Pese a que el régimen de Daniel Ortega se ha empeñado, a partir de esta semana, en destacar el uso de la bandera nacional, después de criminalizarla por convertirse en un símbolo de las protestas ciudadanas, la bandera rojinegra sigue siendo una pieza clave en los actos educativos; acción que según especialistas en educación, corresponde a la estrategia de partidirización del sistema de educación, implementada desde el 2007.
En torno a la conmemoración del 39 aniversario de la Cruzada Nacional de Alfabetización, varios centros educativos realizaron diversas actividades en las que además de la bandera de la Cruzada Nacional también utilizaron la bandera del partido de gobierno; un hecho que contradice la actual disposición gubernamental de vestir de azul y blanco todas las instituciones públicas, incluyendo las escuelas.
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Para el director ejecutivo del foro de educación y desarrollo humano, Jorge Mendoza, es incorrecto que cualquier bandera partidaria sea colocada en los centros educativos. “Es una manipulación política, partidaria, que daña la real formacion cívica que deben de recibir nuestros estudiantes”, expuso.
En el articulo 28 de la Ley sobre características y uso de los símbolos patrios, establece que “en todos los centros de enseñanza de la República, nacionales o particulares, se rendirá culto a la bandera nacional (…)”, pero en ningún momento, menciona el uso de un símbolo partidario.
Mendoza expone que el pabellón nacional no es un “adorno”, sino un símbolo patrio, cívico, nacional. Las nuevas acciones del régimen con respecto al uso de la bandera nacional tiene la intención de partidarizar el símbolo patrio, con fines de imposición política-ideológica.
En los momentos más álgidos de la crisis sociopolítica, la bandera azul y blanco fue reemplazada por la rojinegra por parte de fanáticos del régimen orteguista y por los grupos parapoliciales, quienes utilizaban la bandera partidaria como una señal de conquista cuando un territorio “era liberado”, lo que en realidad significaba que habían atacado el lugar, dejando muerte y dolor en las ciudades donde la misma población puso tranques como una medida de protesta ante los abusos del dictador Daniel Ortega.
Alex Bonilla, especialista en educación, explica que la permanencia de la bandera del gobierno en colegios obedece a una estrategia ideológica-partidaria, en función que los ciudadanos veneren la bandera del partido, como si se tratara de un símbolo patrio, lo cual es totalmente errado. Lo que se está tratando de hacer es “adoctrinar a un grupo de ciudadanos en función de una ideología (..)”, indicó.
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La alfabetización es de todos
Para Bonilla, la Cruzada Nacional de Alfabetización no corresponde a un partido, es un patrimonio nacional, y debe ser vista como una acción del pueblo nicaragüense en función de su propia mejoría en términos educativos; pese a que estuvo vinculada al primer gobierno sandinista, también encabezado por Daniel Ortega.
La Cruzada fue en 1980, en esta participaron 95, 582 personas, entre estudiantes, maestros, trabajadores de la salud, y otros, quienes enseñaron a leer y escribir a 406 mil 056 nicaragüenses, lo que significó una reducción de la tasa de analfabetismo de 50.35 por ciento a un 12.96 por ciento, según datos del Ministerio de Educación (Mined).
No obstante, el hecho siempre es recordado como una acción política-partidaria y solo es celebrada por las personas afines al régimen orteguista. Bonilla explicó que han puesto a la bandera del FSLN y la nacional en el mismo estatus, lo que significa una distorsión del uso de los símbolos patrios.
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