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En Letra Pequeña | ¿Para qué sirve el Ejército?

El jefe del Ejército esta semana dio un paso al lado, acercándose más a Daniel Ortega y su alucinante cuento de un "intento de golpe de Estado"

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Ejército

Los que vimos esta semana es al Ejército cruzando una línea imaginaria que él mismo trazó. A ver si me explico. Desde el comienzo de la crisis el Ejército trató de vender la imagen de que se había colocado en el punto medio. Que ni iba contra los paramilitares de Daniel Ortega, pero tampoco contra los ciudadanos que se rebelaron. Trató, digo. Algunos incluso consideraron que era lo mejor. Que pedirle al Ejército que se involucrara de cualquier manera era como darle las llaves del gallinero al zorro. Que nunca ha salido nada bueno cuando los militares son los que toman el control. Y puede ser. Pero, entonces, muchos nos preguntábamos, ¿para qué demonios sirve el Ejército si lo mejor que puede hacer por un país es no hacer nada?

Tres escenarios

El Ejército tenía en sus narices tres posibles escenarios. Uno, acompañar a los paramilitares en la matancina que armaron para desbaratar lo que ellos llaman “el fallido golpe de Estado”. Dos, cumplir con su principal misión que se supone es proteger al país y sus ciudadanos de los ataques que ejércitos internos o externos puedan ejecutar contra ellos. Y tres, quedarse quietos, hacer como que se hacen de la vista gorda, y seguir en sus negocios. ¿Cuál creen que escogieron?

Neutralidad

Neutralidad como neutralidad, tampoco hubo. Una cosa es que no haya salido a las calles a matar junto a policías y paramilitares, y otra que no apoyaran. Por lo menos hay sospechas y acusaciones no aclaradas de que el Ejército apoyó la represión ya sea con información de inteligencia, con efectivos encubiertos o con armas de sus almacenes. Es más, ver la matancina sin hacer nada, suponiendo que no hubo ayuda encubierta, era apoyar a un bando. El bando que estaba armado y matando.

Línea roja

Pero esta semana las cosas quedaron más claras. El jefe del Ejército, si es que estaba en línea media, dio un paso al lado, acercándose más a Daniel Ortega y su alucinante cuento de un intento de golpe de Estado, terrorismo, conspiración internacional y otras hierbas, algo en que su discurso, a la par del general Avilés, dice no entender, porque, asegura, “no le hacemos daños a nadie”.

Utilidad

La utilidad del Ejército comienza por preguntarse para qué sirven esos desfiles que hace cada año. O en qué escenario lógico, racional, se ve el Ejército usando esos tanques rusos que se pagaron peso sobre peso. Ni siquiera es una demostración de poder. Lo que nos queda a los ciudadanos de Managua es el caos vial que arman cada año. ¿Cuánto cuesta armar todo ese despelote? Y qué poder puede demostrar una institución que desfila con sus fierros a tales horas de la noche porque es en ese tiempo que pueden sobrellevar los achaques del comandante en jefe.

Funciones

Nicaragua debe empezar una discusión seria sobre las funciones del Ejército. Yo por lo menos ahora tengo claro cuáles NO deberían ser esas funciones. No debería ser el Ejército de ningún partido o una familia. Tampoco es una institución para hacer negocios. La subordinación al Presidente no significa seguirlo en cualquier locura que a este se le ocurra. El asunto es que entre más cosas se me ocurren que no debe hacer, más me percato que eso es exactamente lo que está haciendo.

Dinero

El Ejército recibe 84.4 millones de dólares al año. O sea, cada uno de nosotros, todos, le damos unos 500 córdobas de nuestra bolsa para que cumpla su trabajo. No es Daniel Ortega, somos nosotros. Si en su familia hay siete miembros, incluyendo al bebé o al abuelo, ustedes entregaron 3,500 córdobas para que este Ejército exista este año así como está. No debería ser dinero botado. Valdría la pena discutir si es dinero bien gastado. El Ejército tiene armas de guerra, pagadas con ese dinero, para que nosotros no tengamos que tenerlas para defendernos de quienes con ese tipo de armamento nos ataquen, ya sean nacionales o extranjeros. Pero si ese dinero solo sirve para desfiles inútiles, o para decir que su mejor contribución en una matacina es no hacer nada o, peor aún, para ponerse del lado de los abusadores, pues, hombre, vale la pena preguntarse ¿para qué demonios queremos un Ejército así?

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