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Poeta Carlos Perezalonso. LA PRENSA/Archivo

Carlos Perezalonso o el tiempo que canta

"Cancionero del tiempo" es un libro extraordinario en la poesía nicaragüense donde sabemos no es fácil colocar una clepsidra que asombre poéticamente

[…] –Tiempo, ¿dónde estamos tú y yo, yo que vivo en ti y tú que no existes?
(La canción del espacio – Alfonso Cortés)


“Cancionero del tiempo”  (Editorial Tesoro, León 2019) es el más reciente libro de Carlos Perezalonso (León, 1943) y como dicen los porteños de Carlitos Gardel, también este Carlos cada día canta mejor.

“Cancionero del tiempo”  es un libro extraordinario en la poesía nicaragüense donde sabemos no es fácil colocar una clepsidra que asombre poéticamente, satisfaga estéticamente y posea la potencia de perdurabilidad que solo encontramos en un clásico.

“Cancionero del tiempo”  para mí, cumple cabalmente con ser esa clepsidra.

Carlos Perezalonso es un auténtico poeta de la vida que ha pulsado con pasión, pensamiento, placer, dolor y belleza, los avatares de su existencia. De eso nos queda testimonio en toda su obra literaria, donde la disección de su mirada sobre seres, espacio y tiempo ha sido una constante evidenciada en su singular capacidad de poetizar/cantar.

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Pero en este texto,”Cancionero del tiempo” , se canta al tiempo como el fluir del ser humano en el espacio, lo que hace derivar a  este libro en toda una ontología poética sin precedentes en nuestras letras. El poeta nos hace sentir que es el mismo tiempo quien canta. El poeta que canta es el tiempo por interpósita voz de Carlos Perezalonso.

Un tiempo fluyendo en el espacio y cantando; un espacio fluyendo en el tiempo y cantando. Cantando en un dolcestilnovo, que sorbe el vino de amor de una fuente castalia y la convierte en la fontana de “Las Cuchillas”; que da los gratos bocados del banquete de la vida y los convierte en ágape, eros, festum y carnaval; pero en oposición semántica, al vivir el cantor el inevitable paso del tiempo también acusa los severos mordiscos de lo perdido, el desamor, el deterioro, la enfermedad y  la muerte.

Carlos Perezalonso estructura su “Cancionero del tiempo”  como un concierto arbitrario –como el tiempo y el jazz- cuya placenta cósmica es musical. La musiqueavanttoutechoses, como le gustaba repetir a Rubén Darío esa célebre frase hija de la poética de Paul Verlaine y que Perezalonso asume toutcourt en este magnífico Cancionero. 

El libro “Cancionero del tiempo”  está compuesto por dos textos:

1. “Cancionero del tiempo”, que dona el título a la totalidad del volumen y que a su vez contiene las siguientes estructuras poético-musicales: “Canto de estos días”, “Adagio”, “Coral”, “Arias”, “Rapsodia” y “Variaciones”.

2. “Sonatas en sombra”, de tono elegíaco y donde el cantor erige con espléndidos versos el panteón de sus poetas amados ya idos o por levar anclas.

No debe llamarnos a engaño la palabra cancionero. No se trata de un cancionero popular como tendería a connotarse en la cultura nicaragüense donde todos conocimos los célebres Cancioneros populares de la Nicaragua de infancia y juventud. No.

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Con este título Carlos Perezalonso, el poeta nicaragüense de mayor raigambre y estro latino, alude al Cancionero de Petrarca y a los cancioneros renacentistas que eran libros de poemas que cantaban lo que siempre han cantado los poetas: el amor, la vida, la guerra, el tiempo, la muerte, la palabra, la poesía etc.

Y en el caso particular del “Cancionero del tiempo” de Perezalonso, es sencillamente densa y vasta su red intertextual; a lo largo del texto son innumerables las citas, apropiaciones, guiños, diálogos, burlas, ironías y complicidades a textos de Homero, Píndaro, los líricos arcaicos griegos, los autores de la tragedia griega clásica, Virgilio, Dante, Petrarca, Montale, Ungarretti, los árboles poéticos hispanos, sajones y etc.

En otros escritos críticos sobre la obra poética de Carlos Perezalonso, el Maestro Erwin Silva y este servidor, hemos descubierto y perfilado una dimensión filosófica, específicamente heideggeriana y existencialista en su decir y en su escritura.

A propósito, Martin Heidegger señala que: Cantar y pensar son troncos cercanos del poetizar. Crecen del ser y se alzan hasta tocar su verdad. Y más aún porque: El ser-ahí (dasein) siempre se encuentra en un modo de su posible ser temporal.

Carlos Perezalonso como poeta de probada autenticidad y de apego a la verdad vívida,  obtenida en su comunicación con seres, naturaleza, trascendencia y cosmos, da cuenta de su paso temporal por el espacio humano, por el paisaje, por el entusiasmo emocional y la angustia interna para alzar este cancionero desde su ser hasta tocar una verdad poética irrefutable y de inefable belleza.

(Anastasio Lovo, Jinotepe, 23 de Mayo de 2019)

Cultura Carlos Perezalonso escritor libro archivo

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