Las dos últimas muertes maternas ocurridas durante este mes en el país reflejan que la falta de atención y prevención médica siguen siendo un problema sin resolver y que las mujeres de la zona rural son las principales víctimas fatales.
En lo que val del año se registran 26 muertes maternas. Entre las primeras causas de muerte, como en los años anteriores, están la hemorragia del embarazo, parto y puerperio (transparto o postparto). Las unidades médicas son donde mayormente ocurren estas muertes, según el mapa de mortalidad del Ministerio de Salud (Minsa) del primer semestre de 2019.
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“Si no hacen el control prenatal a como debe ser, lógicamente nunca se van a dar cuenta si una mujer tiene dolores, si tienen contracciones frecuentes y es candidata para un embarazo de alto riesgo, es lo que se le llama un parto distócico (que se presentan complicaciones que requieren de la intervención médica)”, expresó el doctor Alejandro Lagos, exdirector de varios hospitales de Managua, entre ellos el Bertha Calderón.
Jinotega, Bilwi, Las Minas y Región Autónoma de la Costa Caribe Sur (RACCS) son los lugares donde se reportan mayores casos de muertes maternas. La distancia, los recursos y sobre todo, la calidad de atención médica inciden en esta problemática nacional.
“Todo gira alrededor de la calidad de la atención, la vigilancia y educación prenatal, todas estas cosas han desparecido (…) si no hay sulfato ferroso cómo va a subir su emoglobina la pobre mujer, entonces es candidata a que sangre”, manifestó Lagos.
Para el médico, la clave para disminuir la lista de muertes maternas está en la educación y prevención. “El Ministerio de Salud debería ser preventivo. En la prevención está el éxito, si nosotros prevenimos desde las comunidades, desde las casas y luego reforzamos en los centros de salud, casas maternas, de seguro que no tendríamos muertes maternas”, agregó.
Según el informe de ejecución presupuestaria, en el primer semestre de este año, de los 328.8 millones de córdobas destinados para la construcción, rehabilitación, ampliación y reemplazo de centros y puestos de salud, casas maternas, hospitales primarios y dotación de equipos, apenas se había ejecutado el 4.1 por ciento.
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Los últimos casos
Cándida Rosa Flores Pavón, de 24 años, es la víctima más reciente. Ella falleció el 10 de septiembre cuando presentó síntomas de entumecimiento de piernas y dolores de cabeza. Fue atendida primeramente por médicos particulares pero llevada sin signos vitales a la unidad del sistema médico público. Flores Pavón era originaria de la comunidad Mata de Guayabo, en Nandasmo.
Otra muerte materna se registró el pasado 4 de septiembre. La joven Marcia Damaris Martínez Chavarría de 17 años, de la comunidad Wakambay, municipio de Waspam, Región Autónoma de la Costa Caribe Norte (RACCN), murió por eclampsia (aparición de convulsiones).
En Nicaragua hasta la fecha se contabiliza 26 muertes maternas. En el 2018 se registraron 47 en total.
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Aunque en las zonas rurales existen las casas maternas, estas cada vez reciben menos fondos para ejecutar sus proyectos, lo que afecta directamente a las familias alejadas de la ciudad y de escasos recursos. “Las casas maternas son como albergues y yo le pregunto ‘¿hay médicos en las casas maternas?’, no hay, lo que hay son enfermeras (…) La unidad de salud todavía en trabajo de parto claro que puede prevenir; la que llega con alumbramiento pero que llegan con la placenta retenida es un riesgo”, expuso el doctor.