Pese a que el régimen de Daniel Ortega prohibió el ingreso de la comisión de alto nivel diplomático, con la intención de que no se constate la represión que mantiene en Nicaragua y se reúna con diversos sectores, la Alianza Cívica igual sostendrá encuentros con este grupo fuera del país.
La información fue confirmada por Mario Arana, miembro de la Alianza, quien además dio a conocer que si la dictadura no cambia de decisión, esta misma semana podrían reunirse con la delegación, creada por la Organización de Estados Americanos (OEA).
“Que no quepa duda, vamos a encontrar el lugar porque hay que conversar (con la comisión) para ver cómo se apoya a Nicaragua para que salga de esta crisis. La comunidad internacional es parte de este esfuerzo. Tenemos que mantener la comunicación, la estrategia coordinada”, dijo Arana mientras se unía a un piquete exprés realizado este domingo al mediodía, afuera de Catedral, para rechazar la negativa de Ortega que ingrese la comisión de la OEA.
Más condena nacional por rechazo del régimen
Tras conocerse el rechazo del régimen con respecto al arribo de la comisión, varias organizaciones condenaron la decisión y recordaron que obedece a la falta de voluntad para encontrar una salida a la crisis y el respeto de los derechos humanos.
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Mientras que la Alianza indicó en un comunicado que el bloqueo a la comisión “es consistente con la política de estado policial que ha seguido”, la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) expuso que “además de improcedente e irracional, es otra muestra de su falta de voluntad a escuchar las justas demandas del pueblo nicaragüense y más aún, el no aceptar el apoyo de la comunidad internacional para encontrar una forma negociada de salir de la crisis en que ha sumido” a los nicaragüenses.
Por su parte, el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) lo catalogó de inapropiado, soberbio, prepotente, temerario e irresponsable, porque es “el único puente que le queda para buscar una solución pacífica y negociada al conflicto”.
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La comisión de alto nivel fue creada por orientación de la OEA en su Asamblea General, celebrada en Medellín, Colombia. Está conformada por Elisa Ruiz Díaz Bareiro, representante permanente de Paraguay ante el citado organismo; Leopoldo Francisco Sahores, subsecretario de Asuntos de las Américas del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina; Sebastien Sigouin, director de Asuntos Globales de Canadá para Centroamérica, Cuba y República Dominicana; Carlos Trujillo, representante permanente de los Estados Unidos ante la OEA, y Audrey Marks, representante permanente de Jamaica ante la OEA.
Además de prohibir la visita de esos funcionarios que integran la comisión, Ortega extendió la misma restricción al jefe de gabinete del secretario general de la OEA, Gonzalo Koncke, y al oficial de prensa de la organización, Pablo Sandino Martínez, puesto que también viajarían a Nicaragua.
“Este país no va a salir de la crisis si no construimos un nuevo consenso, eso significa decisiones conjuntas acerca del rumbo del futuro de Nicaragua y ese es el mandato que tiene esa comisión, contribuir en ese sentido, a que por la vía negociada encontremos una salida. Unilateralmente no vamos para ningún lado”, aclaró Arana.
Piquete exprés para mostrar rechazo
Además del pronunciamiento que compartió la UNAB, al mediodía de este domingo desarrolló un piquete exprés fuera de la Catedral de Managua para rechazar la decisión del régimen con respecto al trabajo de la comisión de alto nivel.
A esta protesta se sumaron personas que participaron en la misa de las 11:00 a.m., donde el fraile Silvio Romero, vicario de catedral, aprovechó su homilía para hacer hablar sobre los asesinados y miles de exiliados que ha dejado la represión orteguista.
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El piquete duró aproximadamente veinte minutos, tiempo en que los manifestantes repitieron consignas de rechazo a Ortega, demandaron justicia, se leyó el comunicado de la UNAB y hubo compromisos para continuar en resistencia cívica pese al asedio de la Policía Orteguista (PO).
Durante se realizó la misa y la protesta, los alrededores del templo religioso permanecieron rodeados de policías antimotines.