Sandor Guido tiene título universitario y grados en la solapa, pero ha sido su forma de ser lo que ha marcado su exitosa carrera en el beisbol, dentro y fuera del campo.
Bateador zurdo con habilidad para hacer contacto con la bola frecuentemente, tuvo siempre la gran virtud de crecer bajo la presión que normalmente ahoga a los otros.
Durante su carrera de 22 años, terminó con promedio de .308, acumuló 1,324 hits y se coronó campeón en ocho ocasiones. Y como mánager ha iniciado todavía mejor.
Guido se coronó campeón con León en el torneo Sub23, la Liga Profesional, la Serie Latinoamericana, bronce panamericano con la Selección en Perú y ahora el Pomares.
Y ha hecho todo eso en un año. Nadie ha tenido mejor inicio que Sandor y aunque un período corto no define la carrera de un mánager, no hay dudas de su impacto.
¿Y cuál es su fórmula? “El trato a los jugadores. Yo los respeto y los animo a dar lo mejor cada día. Y les doy su oportunidad a todos”, me dijo hace un tiempo Guido.
Pero eso no es todo. Sandor entiende y domina este juego. Es perspicaz, astuto y confía en su intuición. No le teme al riesgo. Hace su movida y punto. Es ganador.
Su llegada al beisbol en el plano dirigencial, es refrescante. Juega para adelante, a diferencia de los mánagers tradicionales que siguen anclados en un sistema conservador.
Su última victoria acabó con un ayuno de 16 años sin ganar el Pomares. Vive una extensa luna de miel con los fanáticos y la prensa, mientras se alista para conducir en la Liga Profesional.
Pero también vendrán los días duros, decisiones sin el resultado deseado, temporadas sin títulos y críticas de la prensa. Ojalá que entonces, no se olvide lo que ha sucedido ahora.
Nadie sabe el futuro, pero por la forma como arrancó Sandor, no hay dudas que le espera un gran porvenir, pero también vive un gran presente, el que es celebrado ahora en León.
Edgard Rodríguez en Twitter: @EdgardR