La paranoia de la Policía Orteguista (PO) ha llegado al extremo que cualquier grupo de personas que se reúnan en un espacio público podría resultarle una amenaza a su control, siendo esta la expresión extrema de una política de incertidumbre, propia de regímenes autoritarios, que tratan de tener el mayor dominio sobre cualquier elemento que considere un riesgo, explicó el investigador social, Mario Sánchez.
Este domingo se desarrolló en el Parque Japonés una expo anime, que se esperaba que finalizara a las 5:00 p.m. según la programación; sin embargo, en la página oficial de Facebook de Eventos de Anime y Comic Nicaragua (Evacon Nicaragua), comunicaron que la Policía les ordenó que finalizarán la actividad a las 2:00 p.m., tres horas antes de lo previsto, porque había mucha gente.
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“Estimados todos, les comentamos que la Policía Nacional se movilizó al Parque Japonés y nos ordenó que cerráramos el evento a las 2:00 p.m. porque había demasiada gente. Sentimos mucho todo eso, pero estas son cosas de fuerza mayor. Trataremos de buscar otro lugar menos público para que podamos desarrollar mejor la actividad, sabemos que hay personas molestas e incómodas por este inconveniente y los comprendemos; nosotros también estamos molestos e indignados, pero NO vamos a pelear contra las autoridades (…)”, fue parte del mensaje de explicación, en el que también solicitaron la comprensión a los asistentes.
Este mismo domingo, las autoridades policiales también les advirtieron a los expresos políticos Edder Muñoz Centeno y José Santos Sánchez, quienes fueron secuestrados por la mañana y dejados en libertad por la tarde, sobre su participación en reuniones con otros excarcelados por la dictadura.
Ningún grupo mayor de cinco personas, relató periodista
Marlon Powell, periodista y también excarcelado, relató que hace poco más de un mes, estaban reunidos con otros exreos en un restaurante y llegó un comisionado de la PO, quien les dijo que ningún grupo de nicaragüenses mayor a cinco personas podría reunirse sin previa solicitud a la autoridad correspondiente, en clara alusión a la Policía. Ellos le cuestionaron su posición, pero el oficial les contestó que ese era una ley y punto, y tuvieron que disolver la reunión.
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Powell considera que la paranoia policial viene desde El Carmen, donde vive la pareja de dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo. El periodista ha sido víctima de asedio, y las últimas acciones intimidatorias ocurrieron este fin de semana, cuando unas cinco patrullas llegaron a buscarlo a la casa de su mamá, ya fallecida, se bajaron unos doce antimotines y rodearon la casa, pero al enterarse que no se encontraba, se fueron. Él logró salir a tiempo del lugar.
Limitan un derecho constitucional
El actuar policial relatado por Powell y lo que pasó en el parque Japonés, viola el artículo 53 establecido en la Constitución Política de Nicaragua, donde “se reconoce el derecho de reunión pacífica; el ejercicio de este derecho no requiere permiso previo”, indica.
Asimismo, en el artículo 55, asegura que “los ciudadanos nicaragüenses tienen derecho de organizar o afiliarse a partidos políticos, con el fin de participar, ejercer y optar al poder”. Para el investigador Sánchez, las acciones de la Policía con respecto a la reunión,“es una forma extrema de querer contener cualquier expresión social o cualquier acción colectiva, de cualquier naturaleza y objetivo”. Son niveles extremos, violatorios totalmente, ya que ni siquiera una actividad se puede hacer. Es una situación extrema que realmente preocupa en el país, dijo.