Néstor Daniel González Trujillo, Richard Antonio González Rugama, Marcos Ulises Sánchez y Adrián Alexander Calero Cordero son jóvenes que han alzado el nombre de Nicaragua a nivel Iberoamericano: ganaron medalla de plata, de bronce y una mención honorífica en la XXXIV Olimpiada Iberoamericana de Matemáticas, realizada en Guanajuato, México.
Con este resultado, los estudiantes de la Academia Sabatina de Jóvenes Talentos que dirige la Universidad de Ingeniería (UNI), el Ministerio de Educación (Mined) y Fundación UNO, colocaron a Nicaragua en el séptimo lugar (de 23) a nivel regional, con 75 puntos. Los primeros lugares se lo llevaron Perú, Brasil y México.
Este año, en la competencia se evaluó ejercicios de álgebra, geometría, combinatoria y teoría de números.
“Logramos nuestro objetivo. El objetivo que tenía el país era volver a estar en el top 10, lo logramos. Nicaragua no es simplemente uno que llena un espacio en la competencia sino que es un digno competidor”, dijo Hank Espinoza, tutor y coordinador de la academia.
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Ejemplo de superación y disciplina
El grupo de jóvenes tiene pensamientos y gustos diferentes pero por ahora comparten el mismo objetivo: cada vez ser mejores en matemáticas. Pero para ello, los estudiantes tienen claro que deben esforzarse y sacrificar ciertas comodidades.
Néstor González Trujillo, de 17 años, es originario de Ciudad Darío, Matagalpa. Todos los sábados tiene que madrugar para estar a las 8 de la mañana en la academia. Lleva cuatro años haciendo la misma rutina todos los sábados. Para él, recibir clases de matemáticas “es una motivación de salir adelante” en la vida.
Néstor le dio a Nicaragua la medalla de plata en un examen que lo ha descrito como “bonito”. “Me siento bastante alegre porque participé de esta olimpiada donde solo dos veces podemos participar. Me gustó el examen, estuvo bastante bonito”, expresó.
El bachiller, quien dijo que desde pequeño le gustan las matemáticas, afirmó que participar de una olimpiada no solo significa trabajar bajo presión, sino de demostrar “la serenidad” al momento de resolver un problema. “Me siento feliz por eso, es un gran paso pero que conlleva motivación y estudio. Mi gran motivación es salir adelante”, compartió.
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De momento, Néstor le ayuda a su papá en su taller de carpintería en Matagalpa. Aseguró que seguirá preparándose para competir en las futuras olimpiadas y estudiar una carrera universitaria como Matemática aplicada y ciencias de la computación o Ingeniería en sistemas.
Richard González Rugama y Marcos Ulises Sánchez ganaron medallas de bronce. Marcos, originario de Yalí, Jinotega, pertenece a la academia desde hace seis años y esta fue su quinta participación en una competencia. A diferencia de Néstor, a él no le gustaba las matemáticas y confesó que nunca se imaginó llegar tan lejos.
Pese a todo el sacrificio que requieren las matemáticas, Marcos compartió que los números le han ayudado a desarrollar su mente y a tener clara sus metas. “Te ayuda a desarrollar tu manera de pensar… para poder entenderlas siempre es necesario trabajar duro. (La matemática) abre tu mente y te hace pensar en más posibilidades, uno nunca sabe suficiente. Hay que estudiar bastante aunque sintás que tenés talento, lo importante es el trabajo duro”, señaló.
“Cada año se aprende algo nuevo”
Adrián Calero Cordero tiene 16 años y vive en Matagalpa. Desde los 12 años realiza un largo viaje para cumplir con el horario estipulado y siente que esto lo ha ayudado a ser más disciplinado.
Las Olimpiadas en México fue su primera competencia y ahora está claro que quiere seguir participando en este tipo de actividades. “Fue una experiencia inolvidable, es mi primera competencia a nivel de Iberoamérica, lo mejor de esta competencia es todos los años que uno lleva preparándose y al final es como la escuela, conocés a amigos además de los lazos que se crean”, relató Adrián, estudiante de quinto año de secundaria.
Por el momento no tiene intenciones de desistir de la academia puesto que cree que le ayudará para tomar mejores decisiones en el futuro. “Me ayuda en que las matemáticas no solo son números sino que te ayuda a desarrollar tu manera de pensar, tu lógica, filosofía y otras materias que no tienen que ver con matemáticas. Al entrar a la academia ni siquiera pensé durar un año ni ir a una olimpiadas pero aquí estoy gracias a Dios”, concluyó.