A propósito del decreto de asueto de los recién pasados días 16 y 17 de septiembre, he tratado de averiguar desde hace varios años sobre los efectos de los días feriados o asuetos en la economía de los países. Fruto de esas investigaciones he encontrando datos de expertos en economía mundial, quienes explican de las bondades de estos días libres para la microeconomía, en especial la llamada economía informal, turismo, diversión, restaurantes, servicios como paquetes de viajes, alquileres de autos y hotelería, hasta la industria de perfumes, ropa y calzado.
Según el economista Florentino Felgueroso, publicado por BBC, no está claro si los festivos afectan el PIB aunque sí que perjudica a determinados sectores económicos, pero, por ejemplo, al sector turístico y otros servicios les va muy bien. O si se analiza desde el punto de vista psicológico, puede representar la recompensa para el trabajador que estimula la productividad laboral, el deseo de superación y la lealtad a las instituciones o empresas, expresa este economista.
Colombia es el país con más días festivos en América, con 18, seguido por Argentina con 16. El exministro del trabajo colombiano Emiliani Ramon, trasladó a los lunes la mayoría de los festivos para elevar la productividad del país y desarrollar el turismo, al igual que Argentina que aumentó dos días en el 2011. Bajo este mismo sentido el gobierno de Mariano Rajoy, de España, tomó una medida similar a este país cafetero para evitar los puentes entre días festivos y laborales. México es uno de los países con menos días festivos y no es la mejor economía de Latinoamérica; encabeza la lista con menos días feriados al igual que Estados Unidos con 10.
Ahora, considerando las mejores economías y relacionándolas con los días festivos, tenemos otra sorpresa: “Países con destacada posición de nación trabajadora, como Alemania, Japón, Francia y Suiza están en la lista de países con más días festivos, con 18 el primero y 16 los otros tres de la lista”. Seguidos por España y Suecia con 14, aunque en algunos países europeos como Portugal, Holanda e Inglaterra actualmente están en la lucha por el recorte de los feriados. De manera opuesta en algunos países latinoamericanos, como Bolivia y Venezuela, apuestan por aumentarlos.
Nicaragua es un país que, por su particularidad religiosa y tradicional, tenemos 12 días feriados según el Mitrab, sin tomar en cuenta los feriados locales que oscilan entre uno y dos días, lo cual también es fuente de críticas por ciertos sectores de la economía que dejan de percibir un ingreso debido al cese de labores cotidianas o por esperas para hacer gestiones legales o civiles en instituciones públicas. Por otro lado, hay otras empresas y muchas personas que no tienen su empleo formal o cotidiano, que están esperando con ansias esos días feriados para obtener más ingresos en sus ventas.
Un amigo dueño de restaurante aduce que en los días festivos y feriados es cuando más vende, “es como un fin de semana que aprovecho para vender más y hasta un poco más caro doy, incluso contrato más personal para esos días, asegura el empresario”. Otra persona que vende en las calles dice que esos días aprovecha la afluencia de personas en determinados eventos o lugares para sacar sus ventas donde oferta comidas o bebidas. Otros se pueden ver vitoreando tragos y cervezas, también en común la venta de objetos religiosos, juguetes, sombreros, gorras, camisetas, según sea el evento que en ese momento se festeja.
Es claro que no a todos favorecen los días feriados, pero ahora sabemos que no son tan dañinos a la economía como muchos empresarios imaginan, o al menos es poco medible ese impacto. Por el contrario, existen más estudios que señalan el impacto positivo de estos a ciertos sectores de la economía, el impulso de más y mejores relaciones sociales y el aumento de la productividad laboral y ese movimiento de turismo que genera tantas divisas a países en desarrollo como el nuestro.
El autor es docente de Economía.