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CONTENIDO EXCLUSIVO.En una noche en la que los Yanquis de Nueva York desplegaron su instinto devastador y su naturaleza competitiva frente a los pujantes Astros de Houston, Jonathan Loáisiga apareció como un rayo prodigioso sobre el montículo y volvió a ofrecer destellos sobre la grandeza que podría alcanzar en el futuro.
Loáisiga puso de manifiesto su electrizante arsenal para sellar el triunfo 7-0 de los Yanquis, quienes regresaron pisando fuerte a la Serie de Campeonato de la Liga Americana. El nica resolvió la novena entrada sin despeinarse, convencido de su autoridad y cerró puertas a un equipo de gran carga explosiva.
Fue una buena forma de ponerle fin a un encuentro en el que los neoyorquinos flexionaron su músculo a través de tres jonrones en medio de un ataque de 13 cañonazos, pero sobre todo, contaron con una espectacular actuación de Masahiro Tanaka, quien eclipsó por completo a los Astros ante su público.
Tanaka y Zack Greinke se trenzaron en un duelo al principio, antes de que Gleyber Torres apareciera en escena para estropear la salida del abridor de Houston, con cinco remolques y un misil que se introdujo entre los fanáticos del jardín izquierdo incluido. Giancarlo Stanton y Giovanny Urshela también se fueron a la calle.
Sin embargo, cuando Loáisiga apareció en el box, el nivel de excitación de los aficionados nicaragüenses se elevó al máximo y pudimos apreciar la maestría del nica, quien a pesar de su edad (24 años) e inexperiencia, se mostró con la serenidad que suele apreciarse en veteranos o jugadores de estimable recorrido en el juego.
Loáisiga, quien ha lucido en esta postemporada como un proyecto de fenómeno que viene avalado por opiniones de expertos competentes y un arsenal envidiable, atacó con agresividad a los bateadores y dominó a los tres que se enfrentó para acabar de forma contundente con las últimas esperanzas de sus rivales.
¿Cómo lo hizo Loáisiga?
Primero se deshizo de Robinson Chirinos -a quien ofreció dos disparos a 98 millas-, en una rola floja por tercera. A George Springer lo combinó con dos rectas a 99, antes de lanzarle dos curvas a 87 y rematarlo con una bala a 98 para otra conexión por la antesala, pero Michael Brantley le dio más trabajo.
Brantley es un bateador con una enorme habilidad para hacer contacto con la bola y la cosa se puso fea cuando el nica lo puso rápido en dos bolas sin strikes. Sin embargo, lo siguió retando con disparos a 97 y 98 millas, uno de los cuales éste elevó profundo al leftfield, donde Cameron Maybin lo atrapó.
De esta forma, Loáisiga cumple con la misión de cerrar un encuentro por segunda vez en la actual postemporada. Antes lo hizo ante los Mellizos en la Serie Divisional, barrida por los Yanquis. Ahora ante los Astros y en el inicio de la Serie de Campeonato de liga, una instancia de mayor envergadura y competitividad.
Loáisiga es el primer nicaragüense en lanzar en una Serie de Campeonato desde que lo hizo Vicente Padilla el 21 de octubre de 2009 con los Dodgers ante los Filis. Antes actuaron en esa etapa David Green (1982) y Dennis Martínez (1979, 1995 y 1998). Ahora, Loáisiga, quien ha respondido a las expectativas.
Esta actuación, mejor que la que tuvo ante Minnesota, fortalece la confianza del alto mando de los Yanquis en el “Pistolero de Las Sierritas”, quien sigue construyéndose como un lanzador clave en el futuro de los neoyorquinos, pero también capaz de hacer aportes importantes en el presente.
Tanaka y Torres son los nombres que más impactaron en esta primera victoria, con el aporte clave de Stanton, Urshela y Aaron Judge, quien hizo una atrapada y un tirazo en el quinto, cuando Houston intentaba caerle arriba a Tanaka, pero para nosotros, Loáisiga fue la cereza en el pastel en una noche mágica.
Edgard Rodríguez en Twitter: @EdgardR