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Daniel Ortega, Unión Europea

Daniel Ortega regresó al poder en 2007. LA PRENSA/AFP/Archivo

Dictador Daniel Ortega insulta a la Unión Europea pero pide apoyo “incondicional” a la comunidad internacional

Según el dictador, la Unión Europea se sumó a las políticas internacionales "intervencionistas e imperiales" de Estados Unidos contra su régimen

El dictador Daniel Ortega dedicó gran parte de su largo y agresivo discurso de este 16 de octubre a criticar e insultar a la Unión Europea luego de la aprobación el pasado 14 de octubre de un marco jurídico para aplicar sanciones a funcionarios del régimen orteguista, pero contradictoriamente, pidió “apoyo incondicional” económico para “seguir combatiendo la pobreza”.

En un acto protocolario en que dio la bienvenida a Nicaragua a varios diplomáticos que presentaron sus cartas credenciales, el dictador, acompañado de su pareja la dictadora Rosario Murillo, la emprendió a insultos y críticas a la organización europea, en presencia del nuevo embajador y jefe de esa misión en Nicaragua, Pelayo Castro Zuzuárregui.

En el evento también estaban los embajadores de Alemania, Finlandia, Austria, Italia y otros países, que impávidos oyeron el delirante y amargo discurso de Ortega.

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Según el dictador, la Unión Europea se sumó a las políticas internacionales “intervencionistas e imperiales” de Estados Unidos contra su régimen.

“¡Increíble! La Unión Europea se suma a las políticas norteamericanas !Increíble! Reconociendo a un presidente fantasma (Juan Guaidó de Venezuela) que fue electo como diputado… 50 países lo reconocen” se lamentó amargamente Ortega, sobre la decisión de esas naciones de desconocer como presidente legítimo al dictador de Venezuela y socio comercial de la dictadura de Nicaragua, Nicolás Maduro.

“¡Arrastrada la Unión Europea! a hacer el ridículo de apoyar a un alguien como presidente… Increíble la Unión Europea que elige como jefe de política exterior al señor (Josep) Borrell”, dijo Ortega, calificando al eurodiputado entrante como “un radical”, luego que el pasado 8 de octubre el político socialista dijera en el Parlamento Europeo que bajo la dictadura de Ortega Nicaragua estaba peor que Venezuela.

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“Ahora es increíble escucharlo”, dijo el dictador, quien se quejó de la decisión de España de aceptar una visita del Rey a Cuba, pero procurando evitar la presencia de Ortega y Maduro.

“Es una vergüenza para la política exterior de la Unión Europea poner a Borrell”, dijo el dictador, quien descalificó cualquier llamado de ese foro a tratar de encontrar soluciones políticas pacíficas a la crisis de represión que Nicaragua sufre desde abril de 2018, cuando Ortega desató la peor represión y matanza contra la población civil desde el final de la guerra en 1990.

“No veo cómo promover un diálogo con la Unión Europea si están hablando de sanciones”, dijo Ortega, quien calificó las sanciones de Estados Unidos, Canadá y las potenciales de la Unión Europea como “agresiones” contra el “pueblo nicaragüense”, pese a que las mismas han sido específicas y directas a funcionarios acusados de corrupción y violación de derechos humanos, como Rosario Murillo.

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En tono totalmente amargado, Ortega se quejó de que la comisión del parlamento europeo que visitó el país en enero de este año “parecían personas sensatas”, pero luego criticaron la represión que ellos constataron en el país y para Ortega esas críticas fueron “mensajes a cual más duro”.

“Pidiendo sangre… eso es lo que piden (los parlamentarios de la Unión Europea), sangre”, acusó Ortega, quien exigió “relaciones respetuosas” con la Unión Europea “pero no queremos ser colonia”.

En su largo discurso de más de una hora, Ortega nuevamente se puso como víctima de un intento de golpe de estado y mintió descaradamente sobre las proporciones de su represión, al achacar a las protestas sociales y los líderes estudiantiles y campesinos como responsables de “terrorismo”, que según su retórica, causaron graves daños daños económicos al país.

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De acuerdo al discurso distorsionado del dictador, Estados Unidos “provocó” la crisis desde el año 2007 cuando el Frente Sandinista regresó al poder con el 38 por ciento de los votos.

Según Ortega, la Casa Blanca organizó grupos armados que con esas “acciones terroristas” provocaron 450 muertos y miles de heridos para destruir “el desarrollo de Nicaragua” hasta llegar “la explosión” del 18 de abril por las reformas a la Seguridad Social que, según el dictador, fueron la excusa para tratar de derrocarlo: “no fue ninguna protesta pacífica”, fue “terrorismo” mintió Ortega tratando de calar su discurso ante la misma comunidad internacional que vota en contra de su régimen en todos los foros internacionales donde se ha abordado la crisis de represión que sufre Nicaragua.

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En un arranque de rabia contenida, Ortega acusó a los empresarios de plegarse a Estados Unidos bajo la amenaza de sanciones económicas, lo cual a criterio del dictador, ayudó a afectar la economía de Nicaragua que, admitió, se encuentra severamente golpeada y por ello, después de las críticas e insultos, pidió el apoyo a la comunidad internacional “para seguir fortaleciendo un proceso que nos permita poner fin a la pobreza”.

A modo de ofrecimiento de garantía, Ortega recordó que la Constitución Política de Nicaragua establece procesos electorales en 2021 y que esa sería la ruta “para cambios políticos”.

Después del agresivo discurso televisado, el dictador Ortega, junto a empleados de la cancillería, hablaron al menos durante ocho minutos con el embajador de la Unión Europea, quien lucía sereno pero serio ante la cara adusta y fría de Ortega.

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